SD Huesca

The long and winding road

SD Huesca
Los jugadores del Huesca celebran el gol de Sandro.
LALIGA

CADA PARTIDO tiene su propia enseñanza. Por algo Pacheta aseguraba en la entrevista que concedió a nuestro diario que el destino es el camino. Es como la maravillosa balada de Los Beatles, “The long and winding road”: el largo y ancho camino que conduce hasta tu puerta nunca desaparecerá. Ipurua nos demostró que, como destacó el entrenador, todos empezamos a creérnoslo y eso nos hace peligrosos... pero con la añadidura que no hay resquicio para la relajación, que aquí todos hemos de apretar los dientes hasta el anhelado desenlace glorioso.

Aunque las estadísticas dibujen un Éibar endeble en su estadio, nada más lejos de la realidad. El partido de ayer fue de combatientes fieros, intensos, sin concesiones, con el cuchillo entre los dientes, a cara de perro. Un cara o cruz en la primera mitad en la que los arreones armeros fueron replicados con serenidad y seriedad del Huesca, sin renunciar tampoco a afilar el colmillo, como acción que Escriche nunca debió pretender que se convirtiera en un regalo a Mir. Un delantero debe oler el miedo rival, y ahí la defensa y Yoel ya rezaban.

El Huesca de Pacheta compite de distinta manera al de Míchel. Quizás con menos lucimiento (tampoco el actual inquilino del banquillo oscense cuenta con algunos jugones por vicisitudes diversas), pero con mucha mayor fiabilidad. El segundo tiempo dio la impresión de que el lobo oscense estaba acechando a su presa hasta lanzar el mordisco letal. Salió Sandro tras 47 días de lesión y la cazó con su calidad y contundencia. Su tercer gol y, lo que es mejor, la confianza por las nubes. El empate constató que todavía quedan restos, viejos vicios, inercias, lagunas de concentración. Pape Diop no debe rematar con esa facilidad en un córner con tanto defensa y todos dentro del área.

Este largo y ancho camino, señoras y señores, va a ser una guerra de guerrillas. Ahora nos llegan los celtas, y los iberos debemos dar réplica con mayor fiereza que ellos. Hay mimbres, hay espíritu, hay ánimo y muchas posibilidades. Esto depende del Huesca, y el profesor de FP de carpintería saca la mejor cuña de la madera.