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Cheick Doukouré se acuerda del Huesca con gratitud tras su reaparición

El marfileño volvió a jugar el domingo tras superar el calvario de las lesiones

Un momento clave para Doukouré, el de su regreso al campo ocho meses después.
Un momento clave para Doukouré, el de su regreso al campo ocho meses después.
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Gracias a todo el cuerpo médico del Levante y de la SD Huesca, a mis compañeros y a mi familia, que me dan la fuerza en el día a día. Gracias a todos los que me apoyan. Seguimos!”, decía Cheick Doukouré este lunes, menos de 24 horas después de haberse reencontrado con la competición y tras 248 días de aquel fatídico mes de julio del año pasado cuando en los primeros minutos del encuentro entre el Huesca y el Las Palmas, en El Alcoraz, se rompía el tendón de Aquiles izquierdo.

Volvió en Anoeta, donde entró en el minuto 69, y dejaba atrás un calvario que se había iniciado hace un par de años, el 24 de febrero de 2018, cuando se rompió el ligamento cruzado de la rodilla izquierda.

El Huesca lo incorporó la temporada pasada pero el calvario del medio centro africano no cesó. En noviembre le tuvieron que hacer una artroscopia por los derrames que sufría en la rodilla izquierda y cuando ya parecía tener bien encaminada la recuperación siguió la pesadilla, esta vez con una rotura fibrilar del bíceps femoral izquierdo.

Llegó el confinamiento, que aprovechó Doukouré para acelerar su puesta a punto, y cuando se reanudó la competición jugó en el primer encuentro los últimos minutos del partido de Málaga. Por testimoniales que fueran esos instantes, aquello fue un gran paso para el costamarfileño, que disfrutó de minutos ante Albacete y Cádiz hasta llegar al duelo con Las Palmas y allí fue cuando volvió a romperse.

El medio centro marfileño, con el balón y sobre el terreno de juego de nuevo.
El medio centro marfileño, con el balón y sobre el terreno de juego de nuevo.
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En la comparecencia que ha hecho esta semana, se mostró “encantado” por los minutos que tuvo en Anoeta este domingo y recordó que no todos los deportistas tienen la misma suerte que él.

El jugador marfileño recordó el caso de su excompañero Iván López, que el pasado verano abandonó el fútbol a los 27 años después de haber encadenado varias lesiones, y subrayó que pasó “por momentos difíciles” como el suyo.

Doukouré admitió que la lesión sufrida en julio en el tendón de Aquiles cuando jugaba cedido en el Huesca fue “muy difícil de encajar” porque acababa de recuperarse de una grave lesión de rodilla padecida en febrero de 2019.

“En Huesca tenía mucha fe y energía positiva para volver y cuando te vuelves a caer es muy difícil. Esa lesión me ha tocado un poco más, porque cuando haces todo para volver y al final no puedes, tienes que volver a intentarlo”, indicó.

El centrocampista del Levante reconoció que tras jugar el pasado domingo en San Sebastián tiene “una sensación muy rara después de tanto tiempo” fuera de los terrenos de juego. “De verdad que mi día a día ha cambiado un poco, para mí es una gran alegría y es algo tan positivo que no lo puedo explicar”, comentó.

Espero que sea el inicio de algo nuevo y que lo bonito esté por llegar, que sea una nueva etapa. Es muy difícil decir qué ha sido lo más difícil”, agregó.

Doukouré quiso dar las gracias al Levante, al Huesca, al cuerpo técnico de Paco López, a los médicos, a sus compañeros, a la afición y, sobre todo, a su familia.

El centrocampista marfileño tiene una estrecha relación con el jefe de los servicios médicos del Huesca, Fernando Sarasa, que el mismo domingo le envió un mensaje de felicitación por su reaparición. “Le di la enhorabuena y me devolvió un audio muy emotivo de agradecimiento”, señala Sarasa, que recordaba el calvario del futbolista a su paso por el Huesca y que desgraciadamente culminó con la lesión del tendón de Aquiles. “Aquel día fue muy duro para todos, Cheick estaba hecho polvo, no estaba su familia aquí y le invité a que durmiera en mi casa”, reveló el doctor.

Unos días después tuvo lugar la intervención en la MAZ, dirigida por el doctor Velilla y en presencia de Fernando Sarasa, que no tiene más que palabras de generosidad hacia Doukouré. “Lo recordamos todos en el club con mucho cariño, demostró ser un gran profesional y lo vio toda la gente que estuvo con él, fisios, readaptador, cuerpo técnico y médico, sus compañeros y toda la gente del club. Se fue muy agradecido del Huesca y apenado por no haber podido dar todo lo que le hubiera gustado a causa de las lesiones. Esa misma profesionalidad es la que ha demostrado en el Levante para volver a levantarse y jugar de nuevo. No todos pueden decir lo mismo después de pasar lo que ha pasado él”, concluyó Fernando Sarasa.