SD Huesca
Por
  • Luis Costa

Lección aprendida

Victoria en El Alcoraz
Victoria en El Alcoraz
LaLiga

COMO ya dije en su día en estas mismas líneas, al final de temporada cada uno tiene lo que se merece. Y, para mí, la SD Huesca ha merecido mucho más de lo conseguido hasta ahora.

El sábado se ganó un encuentro del mismo modo que otras muchas lo habíamos perdido o dejado escapar esta temporada: en los minutos finales -cuando todos dábamos por bueno el empate- y a balón parado. ¿No os suena la historia?

La semana pasada intenté ser pragmático y no caer en la típica lectura de partido banal en la que se habla muy poco de fútbol. Ni tampoco en las lecturas resultadistas que acaban ajustándose poco a la realidad. Dije que las derrotas con el Alavés, Atlético o Getafe no fueron porque el equipo no fuera ambicioso o conformista, sino que intenté argumentar por qué se nos atragantan los equipos con propuestas de fútbol como estas que acaban destapando las carencias de una plantilla como la nuestra.

Sin embargo, los equipos más alegres como al Real Sociedad (o Levante o Granada jornadas atrás) se adaptan mejor a nuestras virtudes, algo que quedó demostrado de nuevo este pasado sábado ante otro equipo que plantea sus partidos desde el protagonismo. El sábado vimos a un Huesca con un bloque alto, presionando hasta el área contraria la salida de balón de la Real. Porque esa presión alta es una de las virtudes del equipo de Pacheta y, por lógica, solo puede apreciarse con aquellos equipos que intentan construir desde su portero sin saltarse líneas.

La primera mitad fue redonda para nuestros intereses. Robábamos en campo contrario, sin pérdida a continuación y encontrando con cierta facilidad a nuestros mejores hombres. Sólo la falta de acierto de Rafa Mir y alguna imprecisión nos impidió irnos con ventaja al descanso. La segunda parte fue diferente, porque Imanol Alguacil ajustó a los suyos, y por tanto igualó la contienda. Hasta que, a falta de cinco minutos para el final, nuestro jugador más diferencial se sacó un zapatazo del alma para sumar tres puntos de oro. Con este, Sandro suma ya 5 tantos, y todos han servido para darnos puntos. Siempre que el canario marca, la SD Huesca suma, lo que da mucho más valor a sus goles.

A partir de ahora toca ya pensar en el Cádiz, cuya propuesta futbolística conocemos de sobra. Nos darán el balón e intentarán minimizar nuestras virtudes y potencial, como ya hicieron en la ida. Pero estoy seguro de que esta vez iremos con la lección aprendida. Pacheta y los suyos tocarán las teclas adecuadas para que luzca el mejor Huesca, y las derrotas pasadas habrán servido de aprendizaje. En el Carranza se esconde un botín que nos puede acercar todavía más a la permanencia.