SD Huesca

Betis, 1 - Huesca, 0

González Fuertes, a trabucazos

Gastón Silva
Gastón Silva en el despeje que el árbitro interpreta como penalti.
Agencia EFE

EL 22 DE ABRIL de 2013, el Huesca emitió un comunicado de queja por el arbitraje en Guadalajara, donde fueron expulsados el entrenador D’Alessandro y el jugador Llamas, donde además se comió dos penas máximas. El trencilla de turno era González Fuertes, el que ayer cortó las alas del sueño azulgrana con un penalti que el propio beneficiario, Borja Iglesias, definió como riguroso. En el descanso, en conversaciones “wasaperas”, señalaba a mis interlocutores mi preocupación por el arbitraje sibilino, epíteto meticuloso por la oscuridad de las decisiones del asturiano, no así por el misterio. Era una hoja de ruta que parecía definida desde el silbido inicial, con una discriminación en las faltas y en todas las determinaciones auténticamente indignante.

En aquel lamento de 2013, el Huesca aseguraba que se sintió “literalmente fusilado” y que todo el mundo lo había visto en televisión. La licencia de la literalidad es, con certeza, una hipérbole, porque nadie salió herido, nadie sangró, sólo hubo una nítida adulteración del resultado por parte de este señor al que la mediocridad se le ve a muchas leguas.

Hoy sí, su actuación ha sido sangrante. Lo ha sido el penalti que enterró las aspiraciones de los de Pacheta. Lo ha sido la prodigalidad con la que se liberó de cualquier presión ante el cabezazo con chichón y sangre a Siovas. El colegiado se ha despachado a los del Huesca, tarjetas sin fin hasta dejar en inferioridad a los de Pacheta, a trabucazos, como hacía el Bandolero Cucaracha en sus sentencias letales, desorejando a quienes consideraba traidores, engañando a su propia integridad. Es un histórico en negativo desde hace años, con un balance que revela una mala fe impropia de quien tiene que impartir justicia, porque ni siquiera ha escuchado a la defensa y él mismo ha sido juez y acusación particular.

Dejemos un parrafito para recordar, tras el sofoco porque durante muchos minutos seguíamos en primera, que el Huesca-Valencia es la oportunidad histórica para este club, para esta ciudad, para esta provincia y para los amantes de la justicia y de las causas buenas y bonitas. Que nadie se apee. El fútbol nos debe una.