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¿Qué me pasa doctor?

El Huesca enlaza tres derrotas y repite errores, por lo que urgen cambios

Ignasi Miquel, en gesto de impotencia durante el partido ante el Lugo en el Anxo Carro.
Ignasi Miquel, en gesto de impotencia durante el partido ante el Lugo en el Anxo Carro.
LOF

Estamos en la jornada cinco, y por supuesto queda tiempo absolutamente para todo, pero está claro que el Huesca necesita un cambio importante para enderezar el rumbo después de tres derrotas seguidas. En una temporada en la que el listón está muy alto, este bache de resultados es especialmente delicado.

El técnico, Nacho Ambriz, apostó tras la derrota en Lugo por el trabajo y la confianza. El técnico dejó claro que sigue creyendo en la plantilla, y llegó a decir que en estas situaciones de más presión se siente fuerte, e incluso cómodo, para revertir esta racha.

Lo que está claro, y ya dejó vislumbrar Ambriz, es que se impone un cambio importante. Según declaró, hay que revisar las bases, empezar de cero, volver a lo que fue el equipo de las dos primeras jornadas, para recuperar el juego y sobre todo los resultados.

Es cierto que la plantilla no ha estado completa hasta hace poco más de una semana, y que el técnico también es nuevo, pero para un equipo descendido de Primera y que se marca como meta el retorno, no hay mucha paciencia sobre todo mirando a la tabla.

Errores que cuestan partidos

Y hay detalles comunes en estas tres derrotas que marcan la pauta de lo que hay que corregir ya para cambiar el sino.

Uno de ellos es el inicio de los partidos. En las Palmas el equipo salió despistado y se vio con un dos a cero en contra en apenas un cuarto de hora. En casa ante el Oviedo, más de lo mismo, un comienzo a medio gas que aprovecharon los carbayones para adelantarse. Y el lunes en Lugo, incluso más acentuado. El equipo gallego salió a morder, con mucha intensidad, también por la urgencia ya que no había ganado todavía. El Huesca no supo responder a ese vendaval y apenas le duraba el balón. El Lugo robaba y llegaba y los azulgrana apenas podían salir de su campo. Consecuencia, otro gol muy pronto que, además, fue calcado al segundo que le hizo Las Palmas a los de Ambriz.

Tres inicios de partido desastrosos que luego marcaron el partido, sobre todo en los dos primeros casos.

Y luego están los fallos en defensa y portería. Es cierto que en los tres partidos el Huesca solo ha contado con un central natural, Pulido en los dos primeros y Miquel en el tercero, pero eso no es excusa. Ha habido fallos de bulto y jugadores señalados por sus errores, tanto en el centro de la zaga como en los laterales. Salvador no estuvo nada fino en el segundo tanto del Oviedo y Buffarini perdió un balón de oro en el primer tanto del Lugo el lunes. Son ejemplos, pero los siete tantos encajados en solo tres partidos son el mejor dato que explica que el Huesca falla en defensa. Y también en portería. Andrés ha realizado alguna buena intervención, pero en alguno de los goles pudo hacer más, y la jugada del segundo tanto lucense, con ese balón que se le escapa entre las manos, fue otro fallo garrafal, por mucho que el esférico estuviese mojado por la lluvia.

Y junto a eso, sobre todo el pasado lunes los cambios y el saber leer el partido no fueron desde luego los mejores. Con el Lugo, tras hacer lo más difícil y remontar para ponerse por delante, el equipo buscó dormir el partido, pero le faltó un poco de ambición para haber intentado cerrar el partido, y al final le costó la derrota.

En cuanto a los cambios, jugadores como Joaquín o Nwakali han desaparecido del once, y estuvieron en esos dos buenos primeros partidos, y de momento los dos delanteros, Gaich y Pitta, han tenido poco tiempo para mostrar su nivel, pero el tiempo urge.

Cinco años del último bache así

Hay que remontarse cinco años para ver una racha negativa igual del Huesca en Segunda División. Fue en la temporada 2015-16, cuando los azulgrana enlazaron no tres, sino cuatro partidos seguidos con derrota. Tras ganar al Alcorcón, los del Alcoraz perdieron en casa con el Mallorca por 1-2, después volvieron a perder en su visita a la Ponferradina por idéntico resultado, 2-1, y de nuevo en casa perdieron con el Bilbato Athletic también por un tanto a dos. El cuarto partido seguido perdido fue en el campo del Numancia, con un 3-2 en contra. El equipo logró romper esa mala racha al quinto partido, cuando, en el Alcoraz, consiguió batir por 2-0 al Nastic de Tarragona. Una temporada que el club azulgrana terminó en mitad de tabla sin excesivos apuros en la clasificación final.