SD Huesca
Por
  • Nacho Alastruey

Un paso al frente

Pulido disputará su quinto derbi aragonés.
Pulido, en el partido ante el Tenerife.
Rafael Gobantes 

La semana pasada publicó LaLiga el ranking de límites salariales (importe máximo que los clubes pueden consumir en jugadores y cuerpo técnico del primer equipo y los filiales). El citado barómetro de posibles ubica al Huesca en una privilegiada cuarta posición sólo detrás de Eibar, Valladolid y Leganés con un montante de más de 19 millones de euros que pueden parecer muchos si se compara con los de otros equipos de la categoría o pocos si miramos los 37 de la pasada campaña.

Si bien es verdad que -a Dios gracias- el dinero no lo es todo en el deporte (recordemos ese ascenso de la 2017/2018), la tabla clasificatoria deportiva (la que vale) deja claro que las cosas no están yendo bien. 4 derrotas en 8 partidos es un bagaje preocupante cuando el objetivo es pelear por lograr el ascenso a Primera División.

Dicho todo esto y dejando claro que no me está gustando el desempeño del equipo, discrepo – en el fondo y en las formas- con las visiones apocalípticas que ya nos sitúan en la pelea por evitar el descenso de categoría. Tocará luchar, y mucho, cada punto y tal como está sucediendo en las últimas temporadas será la dinámica del último arreón primaveral la que determinará el premio o el castigo final.

Pienso que hay mimbres para estar arriba. Me gusta la plantilla (aunque echo de menos a Dani Calvo en ella) y no albergo duda alguna de la capacidad del entrenador. Sin embargo, el rendimiento está siendo preocupante, acumulando ya varias concesiones de bulto para los que los nervios – que los hay- no pueden ni deben ser excusa ateniéndonos precisamente al nivel de los protagonistas.

Podemos renunciar temporalmente a la cruz y las rayas, pero no al carácter luchador que ha sido santo y seña del club. Creo que esta vez toca mirar al vestuario, ya que es desde el verde desde donde hay que romper la dinámica con trabajo, actitud y compromiso para disipar las dudas entendiendo dónde estamos y teniendo claro hacia dónde queremos ir. Se hace indispensable poner los egos al servicio del equipo para recuperar el rumbo.

El momento es ahora. La Primera (y su interminable mercado veraniego) ya pasó y toca asumir el cambio que conlleva pasar de ser cola de león a cabeza de ratón. Es el “ahora” quien determinará nuestra próxima mutación y por ello es el momento de exigir el máximo a los profesionales en lo más próximo, un derbi en La Romareda en el que debemos presentar nuestras credenciales de favoritos – lo somos- con un paso al frente.