SD Huesca
Por
  • Luis Costa

Personalidad

El Huesca no ha logrado repetir una nueva victoria en El Alcoraz.
El Huesca frente a la Ponferradina en El Alcoraz.
Pablo Segura

Si por algo se ha caracterizado la SD Huesca de los últimos años ha sido por ser un equipo muy personal. Con un estilo de fútbol u otro, que gustase más o menos, pero es innegable que Rubi, Francisco, Míchel o Pacheta dejaron su impronta desde el primer día que se hicieron cargo del banquillo, haciendo muy reconocibles a sus equipos. Por ello todos, rivales y aficionados, sabíamos lo que nos íbamos a encontrar en cada partido.

Y eso mismo es por lo que debe pelear la SD Huesca esta temporada. Encontrar una identidad clara y ser un equipo reconocible por propios y extraños. Saber qué Huesca vamos a ver, ya sea en El Alcoraz o a domicilio. Es momento, ahora que tenemos a Pablo Martínez, Lago Júnior, Timor y los que están por llegar, de buscar de nuevo ser un equipo temible para cualquier contrario. Ya llegarán nuevos retos y, quizá, el momento de elevar el punto de mira. Pero primero hay que saber cómo queremos ganar y, a partir de ahí, crecer.

Porque esta temporada nunca hemos tenido esa sensación. Ni al principio con Ambriz ni ahora con Xisco. Que, por cierto, calcan los puntos si comparamos las 12 primeras jornadas de ambos y los dos, hasta ahora, con las mismas herramientas. Por ello la llegada de refuerzos ha de ser un punto de partida sobre el que Xisco debe dejar claro qué Huesca quiere ver y que veamos. Una base sólida sobre la que construir su equipo, su idea de fútbol. Porque hasta ahora, en lo futbolístico, estamos en un punto muy similar al que se encontró al llegar. Y así ratifican los números esta opinión tan subjetiva.

Así que esta semana, estando 7 puntos por encima del descenso y a 8 del playoff, es momento de dejar de mirar la clasificación para empezar a pensar en cómo queremos ganar. No pensar en ascensos o descensos sino, primero, en identificar a este Huesca, el Huesca de Xisco, y que el técnico balear imponga su sello, como antes hicieron otros.

Porque, como me gusta decir, si hay que perder, prefiero elegir cómo hacerlo.