El Huesca vive un momento crítico y necesita una reacción que pasa por vencer este viernes al Burgos. La mala imagen dada en los dos últimos partidos contra Las Palmas y, especialmente, Alcorcón ha encendido todas las alarmas en un equipo que aún tiene un colchón de 8 puntos sobre los puestos de descenso y que ya ve como una utopía los de play off de ascenso, que se quedan a 11.

Las dudas en torno a la figura de Xisco Muñoz han aparecido y el balear se jugará su puesto en el duelo ante los burgaleses. En caso de derrota y, sobre todo, de no mejorar la imagen dada este domingo, el club buscará un relevo, aprovechando también que habrá nueve días hasta el siguiente encuentro en Málaga.

El de Santo Domingo fue el peor partido de la temporada del Huesca, que no sólo perdió ante un colista que llevaba veintiún jornadas sin ganar, sino que sumó los tres puntos con merecimiento y con un 1-0 que incluso se quedó corto.

Con esa derrota, el conjunto oscense tiene todavía 8 puntos de margen sobre el descenso, pero el fútbol ofrecido en las dos últimas jornadas no invitan al optimismo y los equipos de esa zona mediobaja no se pueden descuidar con una Real Sociedad B que empató el pasado fin de semana en Burgos y que antes llevaba tres victorias consecutivas. Sí quedan más atrás el Fuenlabrada y el Amorebieta, que suman 26 puntos, 12 menos que los azulgranas.

Casi hora y media de charla

Xisco es consciente de que se la juega este viernes y este lunes, cuerpo técnico y plantilla estuvieron prácticamente una hora y media hablando dentro del vestuario del IES Pirámide antes de iniciar el entrenamiento, que estaba previsto para las 16 horas y comenzó a las 17:30. Está claro que el encuentro de este viernes puede ser un antes y un después para el cuadro oscense.