SD Huesca
Por
  • Luis Costa

Jugar al fútbol sin público es como bailar sin música

El partido en imágenes
El partido en imágenes
Pablo Segura

"No hay nada más triste que un estadio vacío”. Así venía a decir el gran Eduardo Galeano cuando hablaba sobre su gran pasión: el fútbol. Y esa frase, y alguna más, se me vinieron a la cabeza el pasado sábado cuando llegué al Alcoraz.

Me resultó llamativo ver las gradas tan despobladas en un partido de 2ª división, a las 16 h., en una tarde ideal por la temperatura y ante un histórico como el Sporting de Gijón. Porque si precisamente el Alcoraz se remodeló fue para todo lo contrario. Para que cada día que hubiera fútbol en Huesca fuese una fiesta, disfrutáramos todos de lo maravilloso que es competir entre los mejores y, poco a poco, siguiera creciendo la masa social del club, siempre hacia arriba.

Así que creo que esta campaña ha de servir para reflexionar. No se entiende que una entidad con más de 7000 socios -dato facilitado por la propia SD Huesca- registre una entrada tan pobre, aunque tiene más sentido si uno pregunta diariamente a los aficionados a pie de calle, donde queda patente el desapego entre el club y el grueso de los seguidores. ¿Saben cuántos abonados había el año en el que Petón y Lasaosa se hicieron cargo de la SD Huesca? 450. ¿Y cuántos se metieron en el Alcoraz en el último partido de esa misma temporada? Más de 5000. Y porque no cabían más.

Por todo ello creo que es momento de empezar a planificar el Huesca del futuro. Es momento de dar pasos hacia adelante e intentar que toda la masa social que hay en toda la provincia siga sintiéndose cerca, ilusionada y con ganas de volver a llenar el Alcoraz. Y no porque vengan el Barça o el Madrid. Sino para ver a su Huesca, sintiéndose identificados de nuevo con el proyecto. Eso es ahora lo más importante.

Además, este año hay que sumar a la mediocre temporada del primer equipo el descenso del filial a 3ª RFEF. Por tanto, toca volver a la casilla de salida. No será fácil armar de nuevo un plan ganador, pero eso hace todavía el envite más atractivo e interesante. Tomar decisiones que devuelvan a la SD Huesca esa identidad tan característica, y con la que se llegó a la élite del fútbol español. La misma que se ha ido diluyendo en el subir y bajar de Primera a Segunda de los últimos años.

Sabemos el camino. Conocemos los errores cometidos durante el trayecto. Y no me cabe duda que en el club estarán trabajando ya para mover las piezas correctas para intentar ilusionar de nuevo a la afición. El precioso Alcoraz debe lucir siempre lleno porque, como también decía Galeano, “jugar al fútbol sin hinchada es como bailar sin música”.