SD Huesca

FÚTBOL / SEGUNDA DIVISIÓN

Sorribas y la gestión psicológica

El ex azulgrana ofrece en Huesca una charla del Comité de Entrenadores

Joaquín Sorribas, jugando en Mestalla.
Joaquín Sorribas, jugando en Mestalla.
S.E.

Ha pasado casi una década desde que Joaquín Sorribas se marchó de la SD Huesca aunque, como él dice, y sin saber qué puede deparar el futuro, “el sentimiento del Huesca siempre va a estar dentro de mí”. Ha hecho parada en Abella, a donde acude raudo y veloz cada vez que puede, el mejor rincón del mundo para él, donde está su familia y respira el aire más puro.

Y este lunes, invitado por el Comite Técnico deEntrenadores de Aragón, estará en el Palacio de Congresos de la capital oscense para participar en una de las jornadas de formación que viene realizando el colectivo. Su ponencia versará sobre “Los enemigos de la formación y el rendimiento en el fútbol: la presión y el ego; gestión psicológica”.

Casi media vida de su trayectoria como futbolista profesional la vivió de azulgrana. Desde su juvenil estreno en Segunda B, en la temporada 96-97, hasta la exitosa segunda etapa, la de su vuelta, entre 2006 y 2013. Por medio, Binéfar, Zaragoza B, Almería, Ceuta, Real Unión y Burgos. Y como despedida, el Toledo, donde tras dos campañas, estuvo tres como director deportivo “para liderar y aprender, aunque era una propuesta casi suicida y con mucha valentía”.

Sorribas nunca perdió el tiempo. Compatibilizó el fútbol con sus estudios de Magisterio de Educación Física y Psicopedagogía. Pero fue más allá, a lo suyo, “unir el fútbol con la psicología”, señala. Dice que tardó tiempo en hacerla, pero haber completado la carrera de psicólogo le ha permitido cumplir el objetivo de “optimizar a los jugadores, sacarles el rendimiento y, sobre todo, generar bienestar”.

Cuando se marchó del Toledo entró como responsable de la Residencia del Valencia, donde hay 40 jóvenes. Allí emprendió su labor psicoeducativa en una edad crítica por la juventud. Al año siguiente se puso al frente del departamento de Educación de la Academia, que cuenta con siete miembros, cuatro de ellos psicólogos.

La del Valencia está reconocida como una de las mejores Academias de los clubes de fútbol europeos. Además del talento deportivo, se trabaja el educativo. Pone como ejemplo reciente la matrícula de honor de un jugador del División de Honor Juvenil que quiere estudiar medicina. “Les ayudamos a organizarse, con una estructura y una supervisión. Es maravilloso porque los jugadores encuentran mucha paz en el estudio y les ayuda a entrenar la concentración”, apunta.

El tiempo no se detiene para nadie y la práctica deportiva se acaba. “El fútbol no llega ni a un tercio de tu vida. Y cuando lo dejas te queda toda la vida por delante. Todo el mundo necesita autorrealizarse y generar proyectos, y para eso hay que estar acreditado en la sociedad. Nuestra labor es enseñar y ayudar a los chicos a que se formen”.

Sorribas ve a los entrenadores como “super hombres” porque tienen que multiplicarse en su función y “saber hacer un poco de todo, de medicina, de preparación física, de análisis, de táctica, de psicología... No todos los técnicos tienen la posibilidad de contar con un especialista al lado para que le asesore y es preciso tener nociones de todo para manejar en todos los ámbitos”.

En su opinión, de la psicología en el deporte “se habla mucho y se conoce poco, y todos los entrenadores hablan de la concentración, de la actitud, de la presión, de la motivación..., pero realmente no saben muy bien qué hay de esas palabras que se usan tanto, cómo se genera eso, cómo se entrena. Que las cosas que se hacen bien, entiendan por qué las hacen bien y con las que todavía no saben cómo hacerlas tengan una pequeña guía”.

Muchos clubes han incorporado la psicología en la formación de jóvenes jugadores, igual que a los primeros equipos, “se utiliza como un entrenamiento que te haga sentir bien, te ayude a empoderarte, a aprender mucho más y a generar un clima motivacional muy bueno. Eso contribuye al uso de la psicología ante los momentos de máxima presión y dificultad. Se puede adquirir con la propia experiencia o la madurez, pero si alguien es capaz de enseñártela a partir de los 13 o 14 años, se tiene muchísimo ganado”.

El sentimiento del Huesca

Ha encontrado acomodo en el Valencia, donde ya tiene galones gracias a un trabajo muy reconocido. ¿Volver al Huesca? No sabe qué puede haber en el futuro pero su sentimiento por el club azulgrana es palpable y aplaude el proyecto de la Base Aragonesa que va a poner en marcha. “Estoy muy orgulloso de que los niños de Huesca y de la provincia encuentren una base aragonesa donde les puedan formar por esa necesidad que hemos tenido desde pequeños, cuando queríamos ser futbolistas y preguntábamos dónde vamos o dónde podemos formarnos y no había ninguna oportunidad. Desarrollar este proyecto me parece una oportunidad maravillosa para ilusionar a los chicos, darles una oportunidad y tengan un lugar. En este mundo todo da mil vueltas y en lo que pueda ayudar al Huesca siempre estaré allí”.

Ha seguido fiel y sin reblar la trayectoria del Huesca desde que se marchó y disfrutó como el que más el ascenso a Primera División. “Recuerdo que en 2008, sin haber ascendido a Segunda, se presentó el himno y un proyecto de campo nuevo en el Casino, que no se pudo hacer, y Petón dijo “el Huesca estará en Primera”. Y todos nos mirábamos y pensábamos que estaba loco. Había muchas limitaciones y éramos demasiado humildes. Y cuando vi al Huesca en Primera pensé en cómo lo supo soñar Petón y fue capaz de proyectar ese sueño e ir convenciendo a todo el mundo. Y no solo una vez, al final ha estado dos veces”.

Elogia el crecimiento de la entidad en términos generales, la transformación de El Alcoraz y la profesionalización y los puestos de trabajo que genera. “Pero yo con lo que me quedo es con ver, cuando vengo a Abella, a los chicos de Laspaúles que son del Huesca. No deberíamos perder nunca esa esencia y ese ADN, esa magia que te ha hecho jugar en Primera. No has jugado en Primera por tener un nivel económico muy alto sino que has llegado por una serie de valores, una identidad y una unión. Esa es la magia de Huesca. Muchas veces profesionalizar en exceso lleva a frivolizar cosas que se nos olvidan por las prisas y la necesidad. El Huesca debería ir a por ese equilibrio de seguir exponenciando mucho la identidad y la magia que le ha sacado de Tercera División y le ha llevado a Primera a través de la profesionalización y de los cambios en la estructura. Ese equilibrio es clave”.

Con arcos y flechas

Joaquín Sorribas concluye con el mensaje del espíritu combativo que le adorna. “Con arcos y flechas, así hay que actuar. Llevando el material, recogiéndolo todo, cantando cuando íbamos a entrenar, sintiendo las cosas y que el escudo significara algo. Allí es donde sacábamos las fuerzas, no de un campo precioso. Y que la afición se sienta cada vez más identificada. Recuerdo ese primer descenso de Primera, con el Valencia que se jugaba la Champions, y ver cómo la afición conservaba esa magia de ser una de las mejores de España, volcándose con los suyos ante la derrota. Pero en el momento que se olvida el ADN o no se lo transmites, no son solo los resultados, es también sentirse que el Huesca les representa”.