MERCADO DE FICHAJES
Once refuerzos y quince salidas con una economía de guerra
Las circunstancias económicas han condicionado muchos movimientos; loa plantilla de la SD Huesca queda cerrada con 25 jugadores hasta invierno

Ha sido un mercado de fichajes con muchos movimientos y altamente complicado para la SD Huesca. El club, consciente en todo momento de sus limitaciones económicas, encomendó a Ángel Martín González la ardua tarea de confeccionar con un bajo presupuesto una plantilla competitiva, y para ello se han producido un gran número de operaciones. Concretamente, ha habido 15 salidas y 11 incorporaciones que han dejado la plantilla con 25 jugadores.
Muchos jugadores que la pasada temporada fueron importantes a lo largo del campeonato han abandonado la entidad azulgrana a lo largo de este verano. Claros ejemplos son Andrés Fernández (Levante), Florian Miguel (OH Leuven), Juan Carlos (Cartagena) o Pablo Tomeo (Mirandés), quienes finalizaron contrato a finales del pasado mes de junio. Otros como Ratiu (Rayo Vallecano), Escriche (Albacete), Sandro (Las Palmas) o Salvador (Elche) han dejado dinero en las arcas del club al ser traspasados a sus respectivos clubes.
Por otro lado, gente como Timor (Eldense), Marc Mateu (Eldense), Carrillo (Real Murcia) y Villar (Recreativo de Huelva) han abandonado la entidad al llegar a un acuerdo para la rescisión de sus contratos, mientras que Carlos Kevin (Yverdon-Sport), Soko (Ibiza) y Anglada (Talavera) han acabado cedidos.
Se trata de 15 movimientos que han sido necesarios para poder liberar suficiente masa salarial y, por ende, reforzar el equipo en la medida de lo posible en prácticamente todas las líneas de juego. Miguel Loureiro e Iván Martos, procedentes del Lugo y del Almería respectivamente, han sido los fichajes que ha realizado Ángel Martín para la defensa.
En el centro del campo, el equipo se ha reforzado con las llegadas de Óscar Sielva traspasado desde el Éibar, Javi Martínez cedido por Osasuna, Álex Balboa cedido por el Alavés, Iker Kortajarena tras su salida de la Real Sociedad, Javi Mier libre desde el Oviedo y Kento Hashimoto, los dos últimos en propiedad. Por último, los refuerzos en ataque han sido Obeng -nuevamente cedido por el Oviedo-, Hugo Vallejo tras rescindir con el Valladolid y Jovanny Bolívar, este último cedido por el Albacete Balompié hasta final de temporada.
Con contrato en vigor, continúan 11 jugadores de la pasada temporada: Juan Pérez, Rubén Pulido, Jorge Pulido, Jérémy Blasco, Juanjo Nieto, Ignasi Vilarrasa, Enzo Lombardo, Manu Rico, Gerard Valentín, Joaquín y Kanté. Y a ellos se ha sumado el regreso de Álvaro Fernández tras su última cesión al Espanyol.
Un plantilla de bajo coste
No ha sido nada fácil el mercado para una SD Huesca que ha visto cómo muchos de sus jugadores más importantes de la campaña anterior han tenido que salir para poder seguir compitiendo en igualdad de condiciones con el resto de equipos.
Ello ha obligado a que, finalmente, Ziganda vaya a tener que echar mano de gente que ha estado en el filial durante este último curso, como es el caso de Manu Rico, Rafa Tresaco y Diego Aznar. A ello hay que añadir que incorporaciones como la del centrocampista ecuatoguineano Álex Balboa se hayan completado con ficha del filial para el jugador, una situación que ha permitido poder contar con una ficha más para el primer equipo, y así poder cerrar los jugadores de medio campo y ataque que tanto necesitaba el equipo a lo largo del verano.
A priori y a pesar de las circunstancias tan ajustadas con las que ha vivido el club el día a día, la plantilla de la SD Huesca se cierra hasta el mercado de invierno con un gran número de jugadores y, sobre todo, de piezas que pueden desempeñar distintos roles dependiendo de cada partido.
Los resultados dirán si la plantilla está lo suficientemente equilibrada como para no pasar apuros a lo largo de la competición y, sobre todo, si los refuerzos que se han hecho desde junio hasta el primer día de septiembre son capaces de ofrecer un nivel igual o superior al mostrado por el equipo de la temporada pasada.
Ziganda tiene mucho trabajo por delante para hacer encajar los 25 engranajes de una máquina que peleará de principio a fin por la permanencia.