Caminata hasta Loreto en una plácida mañana

HUESCA.- El santuario de Loreto ha acogido este miércoles una romería del primero de mayo que va perdiendo fueste con el paso de los años y cuya organización oficial por el Ayuntamiento se ha perdido con el reglamento de protocolo que entró en vigor en 2016. La fiesta de no hace tanto con gran alfuencia, boato oficial, concurrencia de políticos en años de vísperas electorales y banda de música ha pasado a ser una mañana de paseo al santuario y una charla en el entorno.

La celebración religiosa en el templo ha estado presidida por el deán del cabildo de la Catedral, Juan Carlos Barón. Antes del oficio religios ha tenido lugar la tradicional bendicó de los términos del entorno, en pleno crecmiento de las cosechas.

No ha faltado, porque este rito no se pierde, el habitual reparto de viandas: raciones de torta (mil unidades) y huevo duro (dos mil unidades), acompañadas de agua y vino. Por primera vez, se han reservado cien raciones de torta para Spersonas con celiaquía.

Las tortas han sido elaboradas en el obrador de Olbis y los huevos, cocidos en los fogones de José Fernández.

La celebración ha estado organizada por la cofradías de Nuestra Señora de Loreto y San Lorenzo. El Ayuntamiento colabora en la infraestructura, en la que han trabajado empleados de las Brigadas Municipales.

Hasta la entrada en vigor del nuevo reglamento de protocolo, la Corporación convocaba oficialmente la fiesta, a la que acudía la Corporación junto con el cabildo de la Catedral.

No ha faltado representación municipal, aunque únicamente de ediles del PP: Marta Escartín, Nuria Grau, Teruca Moreno y Jesús Mate, junto con la candidata a la Alcaldía el próximo 26 de mayo, Ana Alós. También ha asistido a la fiesta una representación de la candidatura del Partido Aragonés al Consistorio, con su alcaldable, Fernando Carrera, y Arantxa Guarga (número dos), Natalia Lascorz (tres) y Lourdes Plana (cinco).

También han asistido las mairalesas que, como es habitual, colaboraron en el reparto del convite para el que se organizó una discreta y rápida cola. Sobró producto, que fue llevado al convento de Las Miguelas.

El acceso al santuario fue fluido, porque buena parte de la concurrencia llegó andando en una mañana que invitaba para al paseo. El camino viejo quedó cortado para los vehículos para facilitar el tránsito de viandantes.