Apoyo a los refugiados en Huesca: "Existen ideas preconcebidas como el salto de la valla, las pateras o la pobreza"

HUESCA.- El Día Mundial de las Personas Refugiadas se ha celebrado este jueves en Huesca bajo el lema "Súmate a la integración, ¡Abre las puertas!". Actualmente, 270 personas se encuentran bajo protección internacional en toda la provincia.

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Uno de ellos es Robert Tsoy, tiene 33 años y hace 6 meses llegó procedente de Rusia con su mujer y sus dos hijas, donde tal y como detalla, tenían problemas por su religión. En ese aspecto, considera que "aquí tenemos nuestros derechos. No es fácil pero cada mes es mejor".

Con respecto a las actividades que han tenido lugar por esta jornada, su principal objetivo tal y como ha detallado Teresa Aso, coordinadora de Cruz Roja, es abandonar prejuicios sobre estas personas. "De manera general, existen ideas preconcebidas como el salto de la valla, las pateras o la pobreza. Y nos estamos encontrando justo lo contrario. La mayoría vienen en avión y son personas con formación universitaria que vieron abruptamente cortado su desarrollo en su país y tuvieron que emigrar". En este sentido, Montse Vicens coordinadora de Apip-Acam, la otra entidad que en Huesca trabaja con este ámbito, ha explicado que muchos de ellos son abogados, médicos, profesores o ingenieros.

La primera familia de refugiados llegaron a Huesca el 28 de diciembre del año 2016 acogidas a un programa desarrollado por el Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social. A través de este, en cada Comunidad Autónoma hay una entidad encargada de todo el proceso por el que pasan estas personas. En el caso de Aragón, la fundación Accem es la que desarrolla este programa y recibe en primer lugar a los refugiados.

A partir de ese momento, desde Apip-Acam y Cruz Roja en Huesca (recibieron la primera familia el 23 de febrero de 2018) gestionan el programa de acogida en la provinciauna vez que a las familias se les asigna la plaza en el mismo.

Se trata de un largo proceso que comienza cuando las familias llegan a España de dos maneras, reubicadas o reasentadas (se trata de la minoría, sobre todo las procedentes de Siria o Líbano) o como la mayoría, aterrizan en nuestro país por sus propios medios y solicitan protección internacional o asilo a su llegada al aeropuerto o en una comisaría.

Tras este paso, pasan una media de 6 meses hasta que consiguen la plaza asignada en el Ministerio. En este momento, comienza la actuación de Apip-Acam y Cruz Roja en la denominada como primera fase, donde se les cubre todo, desde gastos de manutención hasta el dinero "de bolsillo" que se les proporciona para sus gastos personales o el alojamiento en los dispositivos que poseen y donde convivenvarias familias actualmente.

Además de todos estos aspectos, desde las entidades llevan a cabo los trámites como el empadronamiento, la creación de tarjetas sanitarias o la escolarización de los niños.

Esta primera fase dura entre 3 y 6 meses, un período en el que no pueden trabajar, aunque tal y como explican, puede ampliarse a más tiempo en caso de una situación de vulnerabilidad.

En la segunda fase, las familias pasan a unas viviendas de alquiler a su propio nombre. En este momento ya pueden trabajar; en ese caso dejan de percibir el importe económico por parte de la entidad aunque sí que están respaldados jurídica y socialmente en todo momento por la misma.

Para poder llevar a cabo todo esto, existe un variado equipo de personal y voluntarios que se encargan de facilitar la situación de acogida a todas estas familias y entre los que se encuentran psicólogos, trabajadores sociales, intérpretes o educadores, ya que la formación es otro de los elementos que potencian con el fin de que en primer lugar, los no hispanohablantes aprendan el idioma y posteriormente puedan ampliar sus conocimientos.