HUESCA.- Con el blanco y verde ya desenfundado del armario, las plantas de albahaca impregnando con su aroma las casas y calles oscenses, otro de los emblemas por excelencia de la capital altoaragonesa y con ello, de las fiestas de San Lorenzo, son los danzantes, que realizaron este miércoles su último ensayo antes del día grande de las fiestas.

Como cada 7 de agosto, el patio del colegio Pío XII volvió a congregar a una gran multitud que no quiso perderse este ensayo tan especial, que además es el único que realizan de manera conjunta con la banda de música de Huesca. Con el sentimiento laurentino ya presente, durante la media hora que duró este acontecimiento, no cesaron los aplausos por parte de los espectadores quienes al unísono de la música tarareaban cada una de las canciones.

Los danzantes comenzaron con el "baile de las espadas" para luego continuar con "palos viejos", "las cintas", "palos nuevos" y "el degollau" y finalizaron con la repetición del primero.

De los 27 danzantes actuales, estuvieron presentes en el ensayo 23, a falta de un cuadro. En esta ocasión, Francisco San Emeterio ejerció de mayoral durante los tres primeros bailes y le decidió el testigo durante "el degollau" y la repetición del "baile de las espadas" a Pascual Campo, quien, tras 63 años como danzante y 15 como mayoral, se despedirá del cargo este San Lorenzo cuando ceda el bastón a su "amigo Paco" sobre quien aseguró que es un mayor "de categoría". Francisco San Emeterio explicó que bailará por última vez el 10 de agosto y a partir de ese día, pasará a ser oficialmente el nuevo mayoral.

Por su parte, Carlos Nasarre es una de las nuevas incorporaciones de este año, lleva desde mayo ensayando y asegura que vive estos días muy contento y "con muchas ganas de poder debutar el día de San Lorenzo".

En el ensayo también estuvo presente el nuevo concejal de fiestas, Ramón Lasaosa, quien asistía por primera vez al mismo y al que se refirió como la "antesala" de una actuación que se espera con "muchas ganas".

Con los bailes ensayados por última vez y la emoción presente en cada uno de ellos, ya solo quedará verlos con sus trajes el día 10 a las 8 y media de la mañana, cuando en la abarrotada plaza de San Lorenzo, ofrecerán sus bailes al patrón y a todos los oscenses que durante un año entero esperan impacientes ese momento, seña de los laurentinos por excelencia.