Huesca

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Ramón Lasaosa: "Las fiestas son una inversión que genera riqueza para la ciudad y su entorno"

El concejal de Cultura y Fiestas aborda algunos de los aspectos que le ha tocado gestionar a su llegada al Ayuntamiento

Ramón Lasaosa: "Las fiestas son una inversión que genera riqueza para la ciudad y su entorno"
Ramón Lasaosa: "Las fiestas son una inversión que genera riqueza para la ciudad y su entorno"
P.S.

HUESCA.- Con apenas un mes en el cargo, el concejal de Cultura y Fiestas, Ramón Lasaosa, ha visto lo que hay detrás de San Lorenzo, el intenso trabajo que lleva su organización y ha tenido que lidiar también con varios problemas, pero sigue defendiendo el valor de unas fiestas en las que ciudad se transforma.

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¿Cómo ha iniciado las fiestas?

-Por un lado, con ilusión, porque sé la importancia que tienen las fiestas para la ciudad, que se viven intensamente y que para mucha gente es una parte intrínseca de su vida, desde los actos más tradicionales a la fiesta en la calle. El programa estaba hecho, pero es la ilusión de estar en el meollo y vivirlo todo. Por supuesto, lo vivo con responsabilidad, viendo lo que hay detrás. Tienes que preocuparte de que las cosas salgan bien y muchas veces no dependen de ti. Y también lo vivo con alegría. Para una persona que se siente de Huesca, poder trabajar y vivir de forma tan intensa, desde la organización, las fiestas es un privilegio.

Ha llegado con casi todo el trabajo hecho...

-Ayuda mucho el buen equipo que hay y también hay que agradecerle a María Rodrigo la implicación que ha tenido durante estos últimos años, como impulsora de este modelo de fiestas. Los técnicos se dejan la piel y cantidad de horas para que nada falle y cubrir las espaldas al político. Emplean mucho más tiempo del exigible porque se implican y se sienten muy participes. Cuando llegas es todo nuevo y hay cosas que no te imaginas que funcionen así, de los trámites y permisos que son necesarios. Y durante las fiestas y antes de ellas también tenemos a las Brigadas, que están a tope, montando escenarios, casetas, puntos de luz… Es un cúmulo de tareas que, sin la buena voluntad de estos trabajadores, sería muy difícil que todo esto funcione. Por ello tenemos que ser conscientes de que hay que destinar dinero. Si queremos hacer unas fiestas que estén bien, que sean un referente, se necesita inversión. Este dinero no es un gasto, sino que estamos generando riqueza para la ciudad y su entorno. Si la gente que viene en fiestas se queda contenta, probablemente volverá a lo largo del año para conocer la ciudad con más tranquilidad. Unas buenas fiestas repercuten en una buena imagen de la ciudad y económicamente, esperemos, a lo largo del año.

Ya le han llegado las primeras críticas por su gestión...

-Se me ha acusado de alegar un motivo económico por no editar el programa en aragonés. Tenemos que gastar dinero y esfuerzo para luego volver a recoger un montón de programas y la mejor manera de optimizarlo es ponerlo en la web. No nos cuesta dinero y utilizamos nuestros recursos propios, porque tenemos a una persona en la Oficina de Lengua Aragonesa. Si vamos ajustando los gastos en la medida de lo posible estamos haciendo un gestión más eficiente. Muchas veces son polémicas buscadas, no reales. Si los que las buscan, hubieran querido hablar conmigo, se lo habría explicado. Me hubiera gustado, que antes de salir con esos temas, hubieran preguntado. Si hay algo que me gusta de estas áreas que me han tocado es que puedes trabajar con la tradición y la modernidad. Y, uno de mis mantras es que no podemos trabajar hacia el segundo si no entendemos nuestras raíces .

Tenemos que identificarnos como comunidad y esta se basa en la cultura que se ha ido heredando y no pueden renunciar a ello, pero si evolucionar. Y si somos capaces de unir tradición y modernidad seremos capaces de progresar, sobre todo de una manera humana porque nos reconoceremos a nosotros mismos, lo que nos diferencia de los demás y, al reconocer esas diferencias, trabajar con ellas. Como Ayuntamiento tenemos muy claro que sin esa defensa de las raíces y de la tradición no podemos progresar, y queremos hacerlo para mirar al futuro y es a través de la cultura y la fiesta, como la gente se reconoce.

"NO HABRÁ TOROS CUANDO LA GENTE NO QUIERA QUE HAYA"

Dentro de esa defensa de la cultura y la tradición, ¿tienen espacio los toros ¿Se conciben las fiestas sin ellos?

-Sin entrar en otras connotaciones, la tradición de las corridas de toros en Huesca esta desde que existen medios de comunicación, en este caso el Diario de Huesca. Entonces había una corrida en San Lorenzo y se hablaba de lo que había entorno a ella, de cómo se contrataba a los toreros, de cómo se iba a Madrid directamente a contratar… En Huesca tenemos un modelo de fiestas en el que los toros son una parte importante. Culturalmente tiene esa tradición y nos genera riqueza. Hay muchos establecimientos de hostelería que están esperando a que haya feria, porque se llenan de gente que viene de Aragón, Cataluña y sur de Francia. Los toros desaparecerán cuando la gente, de verdad, no quiera que haya toros o, en su defecto, cuando las empresas consideren que no son rentables, por más que nos empeñemos. El Ayuntamiento, en si, no promociona los toros, hace una cesión de la plaza y lo introduce en su programa de fiestas, pero no es el organizador. Pero tenemos respeto absoluto hacia cualquier ideología y temática, pero hay que valorar los pros y contras de cualquier decisión.

Respecto al cartel, tras los comentarios sobre un posible plagio, ¿se plantean cambiar el sistema de elección?

-Ha habido distintas variables, desde el cartel que elegía el concejal de turno, al de un jurado o el encargo a profesionales de reconocido prestigio, y también hubo problemas. El cartel no es sólo la imagen de las fiestas, sino de la ciudad, porque se distribuye en muchos sitios y tenemos que hacer el esfuerzo en elegir los mejores carteles que se presenten. El sistema que se hace ahora, en concepto, no está mal. Un jurado elige unos carteles y de esos, la gente los vota. Este año han sido más de 500 personas. El cartel que recibe la mayor suma de puntos en ambas partes es el elegido. Este año se ha hablado de plagio. Lo pusimos en conocimiento del jurado, que contactó con la autora, y lo consultamos con los servicios jurídicos municipales. Y, no mediando por medio una denuncia formal del autor de esa imagen, se consideró que se tenía que seguir adelante, porque si no nos quedábamos sin cartel. El sistema de elección no me parece mal, porque es mixto, y si nos planteamos cambiarlo tenemos que pararnos a pensar para que sea para mejor y que haya consenso. Aunque, hoy en día, con la cantidad de imágenes que se generan es muy difícil tener un control absoluto sobre de dónde vienen. Después de las fiestas nos queremos juntar con todos los agentes festivos para analizar muy seriamente cómo han ido las fiestas, porque es importante conocer la opinión de quienes están implicados en ellas.

Entonces ya el 16 de agosto empezarán a trabajar en las fiestas del 2020...

-El trabajo de concepto se puede empezar a trabajar ya, pero el real no se sabe hasta que tienes los presupuestos. Tampoco se puede programar con mucha antelación porque hay que estar al tanto, por ejemplo, de la música, qué es lo que está funcionando, pensando en qué gente va a ir a verlo. También estamos muy mediatizados por la Ley de Contratación y los tiempos que marca. Y las fiestas no son sólo San Lorenzo, sino Reyes, San Vicente, Carnaval, San Jorge... Hay mucha actividad y el trabajo del día a día te va comiendo. Se trabaja son suficiente antelación y este año han surgido cosas que han hecho que casi no tengamos tiempo. Lo primero que toca es pensar un poco y mirar qué se puede cambiar, como los puestos de venta ambulante, a quienes se les quiere pasar una encuesta. Pienso que los modelos culturales y festivos cada cuatro o cinco años hay que revisarlos.

¿Y cómo se puede conciliar la diversión con el civismo en fiestas, en especial en aspectos relacionadas con el botellón o las agresiones sexuales?

-A través de la educación a lo largo del año y siendo una sociedad que tiene que compartir espacios con unos y otros. Contra el botellón tienes que proteger al menor y concienciar a los adultos en el consumo moderado. Con el tema de las agresiones, el año pasado se magnificó, porque no hubo una denuncia formal y en la comisión de investigación los responsables que había en ese momento quedaron exonerados. En este sentido, desde el área de Derechos Sociales, con los técnicos y el colaboración con Cruz Blanca se está trabajando en concienciar de que cualquier relación tiene que ser consentida y que merecemos respeto. Hay unos protocolos especiales y tenemos que ser estrictos, porque están para proteger a la víctima y, si ha habido una agresión, lograr que se detenga a la persona que la ha cometido. No digo que no haya que decirlo pero, muchas veces con la forma de decirlo se crean estados de alarma que no son reales. Hay que se muy cuidadoso al tocar estos temas, porque nos estamos jugando mucho como ciudad. No nos podemos permitir que Huesca parezca una ciudad insegura, porque no lo es.

La tensión que cada año hay con las peñas, ¿cómo se va a resolver?

-La relación entre las peñas y el Ayuntamiento siempre ha sido un tira y afloja. Les he planteado, como con los otros grupos, que nos tenemos que sentar tranquilamente tras las fiestas para ver cuál es su papel y el nuestro y cómo podemos colaborar a lo largo del año, no sólo en San Lorenzo. Las peñas son una parte importante de las fiestas, pero tenemos que combinarnos y empezar a trabajar juntos decidiendo qué modelo de fiestas queremos para la ciudad.

Véndame las fiestas como si fuera un turista que acaba de llegar a la ciudad.

-Se lo va a pasar genial, busque lo que busque en la fiesta, porque hay actividades para todos los gustos y todas las edades. Va a tener una oferta lúdica y cultural de calidad. Se va a encontrar con una ciudad amable, acogedora y segura, en la que se puede estar por la calle. Es importante que venga con la mente abierta para imbuirse de unas fiestas tradicionales, que son de Interés Turístico Nacional, con una oferta tan amplia que, seguro, se lo va a pasar muy bien.