Santa Cecilia mezcla historia y folclore en su festival

HUESCA.- La Agrupación Folclórica Santa Cecilia, la más antigua de la capital oscense con su fundación en el año 1953, fue la encargada en la noche del sábado de abrir los festivales folclóricos en el paseo central del parque Miguel Servet.

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En el espectáculo se rindió un sentido homenaje a los recientemente fallecidos y miembros activos de la agrupación, Enrique de Ossó y Ángel Pérez, con unas palabras al inicio de la actuación y la música de Aragón Tierra Bravía de fondo, además una bandurria ocupó una silla vacía en el escenario en recuerdo de Enrique.

En esta ocasión, el espectáculo de los "cecilios" invitaba a conocer, tal y como expresaron en la presentación de la actuación, "unas pequeñas pinceladas del folclore aragonés" a través de una historia, la de la abuela Inés, una mujer mayor que a lo largo de la actuación se acercó a los espectadores con sus historias, recuerdos, cartas o anécdotas familiares que tuvieron lugar a lo largo de las diferentes etapas de su vida como la boda de sus padres, su nacimiento e infancia, la juventud, así como la vejez y la madurez.

EL BAÚL DE LA ABUELA INÉS

De un baúl situado en el escenario fueron saliendo diferentes objetos y prendas de ropa que introdujeron cada una de las piezas que interpretaron durante el festival.

Con esta historia como hilo conductor de toda la velada folclórica, Santa Cecilia comenzó su actuación con "la jota de los pastores" donde no faltaron las arrufias que utilizaban antaño y que aparecieron dentro del baúl de Inés. Seguidamente, Toño y José Antonio entonaron sus estilos, además del primer dúo de la noche, un canto de cuna interpretado por Inés y Toño.

Tras este canto, fue el turno del palateau de Aragüés del Puerto donde la "rasmia" y la fuerza propia de este dance se mezclaron con el sonido del chiflo y el salterio. Continuaron las jotas individuales cantadas por César y Rosana.

En torno a la mitad de la actuación, los pequeños Olivia, Úrbez y Lorién, que forman parte de la Escuela de la agrupación, interpretaron varias rondaderas que dieron paso a los estilos de Raquel y Sandra.

La siguiente pieza de baile fue el Polinario de Fabara, cuya melodía fue interpretada por la dulzaina.

De esta localidad del Bajo Caspe, viajaron hasta el Sobremonte para interpretar su movida jota cruzada, no sin antes escuchar la ronda de los mozos, interpretada por los hombres y Romario que cantaron tres rondaderas. Tras esta interpretación por parte de las voces masculinas de la agrupación, Lorena entonó Amor Baturro y posteriormente interpretó con Romario un dúo titulado "El canto de los novios".

Después de la jota cruzada, fue el turno de Víctor quien, además de su jota, cantó junto a Laura un precioso dúo.

La abuela Inés y la historia de su vida, presentes durante toda la actuación, también se acordaron del Santo Cristo de los Milagros con una jota alusiva en su honor y cuya letra decía: "Las lágrimas de sus ojos, fueron lágrimas de amor, que el Cristo de los Milagros, por su Huesca derramó. Se celebró el centenario, con cultos y procesiones, el amor al Santo Cristo, está en nuestros corazones".

Los últimos que deleitaron con sus voces a todo el público asistente fueron Martín, Javier y Celia a quienes después se unieron el resto de cantadores para interpretar el estilo grupal de este primer festival en el parque.

La actuación finalizó con el cierre del baúl de la abuela Inés y la vibrante jota de San Lorenzo, que como cada año, fue la encargada de poner el broche final al festival folclórico que ofreció Santa Cecilial