El alma de Huesca

HUESCA.- El Comercio de Huesca reivindicó en su fiesta en la plaza Luis López Allué su papel protagonista en el desarrollo de la ciudad. Y los oscenses respondieron arropándoles en este escenario que sirvió como homenaje para uno de los suyos, Guillermo Marro, que a finales del año pasado dejo el negocio familiar, Farmacia Marro, tras casi 50 años al frente.

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La lluvia, que amenazó por la mañana, permitió que la Asociación de Empresarios de Comercio y Servicios de Huesca pudiera celebrar este tradicional acto, con una plaza llena que resistió incluso cuando comenzaron a caer las primeras gotas al finalizar el acto y tuvieron que abrir los paraguas. Durante esta tradicional cita, los Danzantes realizaron su segunda actuación de la semana laurentina y los asistentes pudieron saborear las rodajas de melón y los bocadillos de jamón que se habían preparado para la ocasión.

La nueva presidenta de la asociación, Susana Lacostena, recordó la trayectoria de Guillermo Marro, que en 1979 heredó el negocio que abrió su padre, Joaquín, en 1941. Una farmacia pequeña, que comenzó con dos trabajadores y, poco a poco, se fue transformando en la actual Marro Salud, con 20 profesionales involucrados y "referente en su sector a nivel nacional e internacional".

Su hijo, Diego Marro, al frente del negocio tras la jubilación de su padre, ensalzó su "talento" y su "capacidad de liderazgo", siempre "desde la acción y en el ejemplo". Y tuvo unas palabras de reconocimiento también para su madre, Palmira Ramón, la "jefa", dijo su hijo, quien ha tenido un papel "crucial" en el funcionamiento del negocio familiar gracias a su "buen criterio". Alabó la decisión que tomó cuando con tres hijos (Diego, Pablo y Elena) decidió estudiar Medicina a la vez que su hija comenzó la Universidad. "Sacaba las mejores notas", apuntó Diego. Insistió en que sus padres han sido un "ejemplo para nosotros en todo momento".

Guillermo Marro, emocionado, agradeció el reconocimiento recibido por la Asociación de Comerciantes que valoraba no sólo su faceta personal sino profesional. Durante estas casi cinco décadas en el negocio, destacó que una de sus metas había sido siempre la "mejora constante" de la actividad comercial de la farmacia, porque este comerciante es consciente de que "sin una gestión eficaz de las necesidades del cliente no se puede aspirar a dar el mejor servicio que este necesita, tanto sanitario, cosmético o dietético".

El comercio, apuntó Marro, es la "base de la ciudad, le da vida, alma y cuerpo". Y "si este se apaga, la ciudad se apaga", insistió. Por ello valoró la necesaria unidad entre el comercio y el urbanismo, una mención que hizo especialmente por las obras pendientes de la zona peatonal en el Coso Bajo, que consideró repercutirán en el impulso a este tramo de la calle, después de que varios negocios hayan cerrado o se hayan trasladado a otras zonas. Marro subrayo que el Ayuntamiento debe considerar que "toda ayuda prestada al comercio", en medios o en formación, "repercute directamente en el desarrollo de la ciudad". No obstante mostró su convencimiento de que la actual administración "va a seguir ayudando a comercio por que bien de toda la ciudad porque -concluyó- Huesca se lo merece".

PROPUESTAS CONSTRUCTIVAS

Tras el reconocimiento, en el que el alcalde, Luis Felipe, le impuso la parrilla de plata a Guillermo Marro, aquel se sumó a sus palabras valorando la labor del comercio, tan "indispensable para cualquier ciudad". Detrás de un "buen comercio", añadió, "siempre hay una gran familia", en alusión el homenajeado. "Y, detrás del trabajo bien hecho, siempre se construye ciudad", apuntó. Y aprovechó el regidor municipal para desear suerte a la nueva presidenta de la Asociación de Comerciantes que encabeza una junta que, auguró, "traerá propuestas constructivas para la ciudad".

Para finalizar el acto, todas las autoridades, homenajeado y familia e integrantes de la Asociación de Comerciantes brindaron con la cerveza de San Lorenzo, después de que el concejal de Fiestas, Ramón Lasaosa, abriera el barril conmemorativo de La Zaragozana.

Mientras, el público que asistió al acto comenzó a sumarse a las colas que se formaron para recoger las raciones de melón y los bocadillos de jamón, para los cuales se utilizaron 1.500 kilos de fruta y 200 kilos de jamón, además del 200 litros de vino, agua y refrescos. Dada la coincidencia de esta fiesta con el domingo, la Asociación de Comerciantes incrementó las cantidades repartidas respecto al año pasado. "Nunca sobra", aseguró la gerente, Vicen Mateo.