Los oscenses muestra su devoción a San Lorenzo en la ofrenda de flores y frutos

HUESCA.- Dos millares de personas demostraron su devoción al santo participando en la ofrenda de flores y frutos a San Lorenzo, un acto que ha hecho vibrar de emoción y fervor laurentino las principales calles del centro de la ciudad, abarrotadas por miles de oscenses y visitantes.

VÍDEO DE LOS DANZANTES EN LA OFRENDA

La ofrenda ha sido además la exaltación y reivindicación de los elementos más tradicionales de nuestra cultura. Cientos de personas han sacado del armario trajes tradicionales que sus familias han guardado durante generaciones con exquisito mimo, el mismo que han puesto este jueves sus descendientes para mantenerlos impolutos un año más y continuar la tradición.

GALERÍA DE IMÁGENES DE LA OFRENDA

Fraga, Graus, la propia Hoya... Los cuatro puntos cardinales de la provincia, e incluso de Aragón, han estado representados n los trajes regionales que se lucieron desde el cruce de la avenida Monreal con el Coso Alto hasta la plaza San Lorenzo.

La indumentaria no ha sido el único elemento tradicional que se ha reivindicado y puesto en valor en la ofrenda de flores y frutos.

La música, este año más en boga que nunca merced a la Parilla de Oro que ha concedido el Ayuntamiento oscense a la Escuela Municipal de Folclore y Música como representante de la jota y el folclore musical. Hasta cinco agrupaciones del folclore altoaragonés han procesionardoy han hecho su ofrenda al santo patrón oscense, a quien también han dedicado sus más sentidas jotas y bailes entre los aplausos del concurrido público que se dio cita en la plaza de San Lorenzo.

Para el plato fuerte, símbolo de las esencias más laurentinas de la ciudad, ha habido que esperar al final de la ofrenda. Los danzantes han hecho sus últimos bailes de este San Lorenzo mientras recibían los ánimos de los asistentes en forma de palmas y algún "Vivan los danzantes".

La última ofrenda ha sido depositada poco después de las nueve de la noche, cuando ya habían pasado más de dos horas desde el inicio de la procesión. Este año le ha tocado a la familia del danzante Daniel Cejalvo entregar la ofrenda a los trabajadores que iban creando esa "superparrilla" en la fachada de la basílica de San Lorenzo con las ofrendas que habían hecho cada uno de los, según el Ayuntamiento, cerca de 2.000 participantes en la ofrenda.

Han acabado los danzantes y varios oscenses han corrido hacia la albahaca que llevaba el rapatán para hacerse con uno de los recuerdos más simbólicos y apreciados de todo San Lorenzo, pese a su carácter efímero: un trozo de la planta más laurentina.

Con su actuación, los danzantes han vuelto a convertir sin duda alguna la plaza de San Lorenzo en un gran escenario festivo tras los días 9, con el saludo al santo, y 10, con sus primeros dances de fiestas.

Por su parte, el enorme mosaico, que lucirá de la fachada del templo los próximos días, evidencia el gran fervor que despierta el mártir en amplias capas de la ciudadanía oscense.

Las seis peñas recreativas (más Os Casaus, que probablemente fuera la asociación más numerosa de toda la ofrenda), localidades cercanas, agrupaciones folclóricas de la ciudad y de vecinos procedentes de otros países, barrios oscenses e incorporados... Prácticamente toda la ciudad está representada en ese enorme lienzo vegetal que se podrá contemplar hasta que se mustie.

Como hemos dicho, el fervor por el patrón oscense sigue igual de vigoroso que siempre en las agrupaciones del folclore (como demostraron con sus actuaciones los grupos San Lorenzo, Roldán del Altoaragón, Estirpe de Aragonia, Elenco Aragonés -que este año celebra su 25º aniversario- y Santa Cecilia, así como el grupo Alhambra de la Casa de Andalucía), la Real Cofradía de San Lorenzo, asociaciones como Frater o las entidades vecinales.

Pero esta devoción incluso ha dado un paso más al participar en la ofrenda al santo patrón oscense vecinos de la ciudad en nombre de sus países de origen, como fue el caso de las asociaciones Fraternitatea (de Rumanía), Aprear (de Guinea-Conakry), Hermanos de Senegal y Burkinabe (de Burkina Faso).

Entre las agrupaciones folclóricas, la Real Cofradía de San Lorenzo, las peñas recreativas y las distintas asociaciones han ido pasando por delante de la peana de San Lorenzo cientos de familias oscenses para depositar sus ofrendas. Algunas de esas familias llevan saliendo en la procesión ininterrumpidamente medio siglo, gracias a varias generaciones que mantienen la tradición.

De impecable blanco y verde o ataviados con trajes regionales, oscenses de todas las edades, desde la más avanzada hasta recién nacidos en brazos de sus padres o en los carritos, se han parado ante la peana del santo y entregaban sus ofrendas a los miembros de la Real Cofradía de San Lorenzo, haciendo así de la ofrenda un acto realmente participativo.

Los mejores productos de la huerta altoaragonesa o ramos de flores escogidos con el mayor cariño se iban acumulando conforme pasaban las horas en torno a la peana donde el santo, desde su busto relicario, contemplaba un año más la pasión que le rendían los oscenses.

Y así, con dos millares de personas habiendo pasado ante él y con una enorme parrilla vegetal que evidencia dicho fervor, la ofrenda ha finalizado para dar paso a los dos últimos actos de San Lorenzo, otros dos masivos hasta luego: la despedida al santo y la traca de fin de fiestas.