Huesca

PEATONALIZACIÓN

Los afectados por las obras del Coso Bajo de Huesca asumen las molestias de una obra que se ha hecho de rogar

Vecinos y comerciantes aceptan las afecciones y los inconvenientes de la obra que comienza el miércoles por los beneficios que traerá la peatonalización

Los afectados por las obras del Coso Bajo de Huesca asumen las molestias de una obra que se ha hecho de rogar
Los afectados por las obras del Coso Bajo de Huesca asumen las molestias de una obra que se ha hecho de rogar
AYUNTAMIENTO DE HUESCA

HUESCA.- Comprensión con las molestias de unas obras muy demandadas y que tendrían que haberse acometido mucho tiempo atrás. Esta es la opinión general de los sectores afectados por los inminentes trabajos de peatonalización del tramo pendiente del Coso Bajo, que comenzarán el siguiente miércoles y que se efectuarán en unos nueve meses en el sector que va desde la calle Sancho Ramírez hasta la plaza Santo Domingo.

Antonio Tuda, de la Asociación de Vecinos Santo Domingo y San Martín, afirma que esta intervención "es tan necesaria como la de Ramón y Cajal", y adelanta que "habrá molestias" pero, en el lado positivo, "los resultados quedarán" al igual que en Ramón y Cajal, donde "hoy todos los vecinos están contentos" tras la reurbanización del paseo. "Las molestias tienen que ser, ya sea hoy o mañana, pues cuanto antes mejor y así queda ya todo el Coso Bajo concluido", opina el representante de la asociación vecinal.

Tuda también manifiesta que hasta la fecha se ve mucha diferencia entre el tramo reurbanizado del Coso Bajo y el que no lo está: "Se ve más gente, más ambiente y más iluminación" en el sector en el que ya se ha actuado y espera que los locales cerrados que hay en el tramo pendiente empiecen a reabrirse cuando acaben las obras. "En el Coso Alto, en la parte que ya se ha hecho, hay menos locales cerrados", argumenta.

De igual manera, confía en que la reurbanización total del Coso Bajo traiga consigo el adecentamiento de las fachadas "degradadas" de algunos edificios. Tuda cree que entre el cambio de la calle y la posibilidad de acceder a ayudas a la rehabilitación, los propietarios pueden animarse a "adecentar" la cara visible de bloques como el que hace esquina entre el Coso Bajo y la calle Goya.

Por parte del comercio, la presidenta de la asociación, Susana Lacostena, comparte la opinión de que estas obras, "por supuestísimo", eran necesarias. "El Coso había que acabarlo, no se podía dejar a medias", dice la portavoz del comercio oscense sobre una calle que "parecía que acababa allí", donde se terminaba la reurbanización, y que dentro de casi un año tendrá una continuidad de principio a fin.

Lacostena aprecia muy positivamente las medidas del Ayuntamiento y la empresa adjudicataria para intentar paliar las afecciones por las obras. En especial destaca que primero se empiece por "el nudo" de la calle Lanuza y que la intervención en este punto solo vaya a durar dos meses "porque por aquí hay mucho transporte y mucha salida y entrada de vecinos".

"Estamos contentos porque creíamos que iba a ser diez meses pero quizá en bastante menos terminen lo gordo", apostilla la presidenta de la Asociación de Comerciantes.

En general, Lacostena resalta que el Ayuntamiento ha intentado aplicar medidas para reducir las molestias "lo mejor que ha podido y pensando en ayudar a todo el mundo", resaltando la oficina de atención ciudadana que habrá durante los trabajos en el número 69 del Coso Bajo.

"Hay que asumir los inconvenientes de las obras". Así de directa es Silvia Fernández, de la Asociación de Hostelería, para quien los trabajos que comienzan el próximo miércoles "son importantes y beneficiosos para el sector sin lugar a dudas". "Mejora el espacio público y eso es bueno para los establecimientos porque hay más gente por la calle", razona.

En cuanto a las iniciativas para minimizar las molestias, responde que no se podrá conocer su efectividad hasta que comiencen los trabajos. De todas maneras, la intervención en el Coso Bajo "es una obra fundamental que hay que hacer y esperamos que se haga cuanto antes".

La gran incógnita que tiene la Asociación de Hostelería es en qué punto estarán los trabajos para San Lorenzo, "el momento álgido" del sector, y cómo afectarán durante esa semana.

SATISFACCIÓN EN EL MERCADILLO

El mercadillo ambulante de los sábados se trasladará a partir del día 18 a otra ubicación todavía por determinar. El portavoz de los vendedores, Israel Cortés, declara que la reunión que tuvieron con el alcalde, Luis Felipe, fue "muy fructífera" y alabó "la voluntad" del Ayuntamiento para solucionar este problema.

Aunque el lugar todavía no está decidido, Cortés insiste en la "muy buena voluntad" del equipo de gobierno para llegar a un emplazamiento que contente a todos y adelanta que la ubicación concreta se conocerá a principios de la semana que viene.

COMERCIOS DE LA ZONA

"Queremos que se haga porque ya toca y durante las obras nos chincharemos y ya veremos cómo salen las cuentas de 2020, que creo que no serán muy buenas porque ya se ve algo menos de movimiento", dice Ángel Montorio, de Muebles Montovelaz, sobre la reurbanización del Coso Bajo, una obra que "ya tocaba porque el Coso se veía muy raro".

Montorio está convencido de que las obras afectarán porque "la gente, por experiencia de otros sitios, no pasa por una calle cortada", pero valora medidas como reducir los tiempos de ejecución o la habilitación de zonas alternativas de carga y descarga.

"El mal es necesario", comentan sobre la actuación desde la Pastelería Tricas, donde creen que la intervención será positiva pero "afectará" a los comercios de la zona. Eso sí, "era necesario que se terminara el Coso ya".

Miguel Ollés, del Bendita Ruina, también expresa que la obra es "necesaria" y que de hecho "se tendría que haber hecho antes".

Ollés cree que las medidas planteadas para disminuir las molestias son "correctas", pero también pide que el Ayuntamiento asegure que las obras "no estarán en marcha para San Lorenzo".

En cuanto a que los veladores no se puedan abrir hasta las cinco de la tarde -cuando acaban los trabajos-, Ollés responde que "casi ni merece la pena" poner la terraza a partir de esa hora.