Huesca

CONSECUENCIAS DEL COVID-19

"No sé qué haríamos sin internet en casa"

Con mucha paciencia y creatividad, los padres buscan que sus hijos se entretengan y sigan el ritmo de sus clases desde el hogar

Sin internet
Sin internet
S.E.

Los grupos de WhatsApp de padres de alumnos echan humo en estos días de confinamiento. Ideas de actividades para hacer en casa, enlaces de plataformas de juegos de lengua o matemáticas que se ofrecen en abierto estos días o los deberes que marcan los propios profesores son algunas de las comunicaciones que se comparten durante la cuarentena. Todo para intentar evitar, por un lado, que los niños noten mucho esta situación de estado de alarma y, por otro, para no perder el ritmo escolar.

Desde los colegios, se buscan alternativas a las clases presenciales y se preparan plataformas para enviar deberes a los alumnos.

"No sé qué haríamos sin internet en casa", es el sentir general de los padres que no solo emplean los ordenadores, móviles y tablets para el ocio de los niños, sino también para que sigan su aprendizaje gracias a webs como Smartick, Genially, Celebriti Edu o Amco. Además, muchas academias de Huesca están siguiendo las clases particulares semanales en su mismo horario en "streaming". No todos los alumnos tienen ordenador o conexión y, en estos momentos, se ayudan entre los padres de alumnos todo lo que les es posible.

Con altas dosis de paciencia y creatividad, las familias llevan mejor los días de confinamiento, según han apuntado a este periódico algunas de ellas.

"Aquí tenemos internet que echa fuego", asegura Amaya, la madre de Alejandro, un niño de cuarto de Primaria del colegio Santa Rosa de Huesca. Desde su casa ha explicado a este periódico cómo es su día a día y desvela que, "aunque son pocos días de confinamiento ya se está haciendo difícil". Indica que, "afortunadamente, hay muchísimas páginas para que los niños estén entretenidos y, además, puedan continuar con lo que estaban haciendo en clase".

"En mi caso, desde el colegio han habilitado una plataforma para estar en contacto con los profesores y que sirve tanto para que les indiquen qué tareas hacer como para que las enviemos una vez terminadas para su corrección. Para ello nos han enviado una clave individual vía correo postal", cuenta.

Es una maravilla poder estar conectados, dice, "el único inconveniente es que no les puedes dejar solos y muchos, que teletrabajamos, no podemos estar y, al final, les dejas un poco de lado". Es por eso que esta primera semana es el padre de Alejandro el que se ha cogido vacaciones "y gracias a que uno de los dos está libre, tenemos la comida hecha y la casa limpia".

Así explica su día a día: "No seguimos el horario del colegio, somos mucho más flexibles, pero ya está en un curso con algo de presión escolar y dedicamos a cada asignatura el tiempo que necesita y toma un pequeño descanso entre fichas". "Dedicamos solo la mañana. La tarde es mucho más amena, es para juegos de mesa o la Play Station, es tiempo libre pero aun así hay que entretenerle porque, si no, estaría todo el día en Youtube, jugando a la Play o diciendo: "Me aburro"", desvela.

En cuanto a Alejandro, asegura que preferiría ir al colegio y estar con sus amigos: "Es mejor que hacer los trabajos en casa porque nos mandan hasta de educación física. Hoy me ha tocado hacer uno sobre juegos tradicionales aragoneses".

Pero no es el sentir de todos. Los hermanos Izarbe y Acher, de segundo de Primaria y segundo curso de Infantil del Sancho Ramírez, respectivamente, están contentos y llevan bien las actividades en casa. Entre los dos se entretienen. Su madre, Jara, quien estos días puede estar con ellos "prácticamente todo el tiempo" porque su trabajo se lo permite, comenta que además de estar en casa, también ha bajado la carga laboral bastante. Así que invierte su tiempo en ser "maestra, animadora y lo que haga falta". Nuevas labores que se han integrado en la rutina de muchos padres y madres.

Cada día, tras preparar el desayuno, comienzan las actividades. "A primera hora empezamos por trabajar lo más intenso, tanto para la mayor como para el pequeño y vamos relajando la actividad hasta llegar a las tardes, que son más tranquilas".

"Desde el colegio nos envían enlaces y fichas para hacer y nos ponemos en contacto todos los padres porque no todos cuentan con los mismos medios. Hay que tener ordenador, impresora... y no todos tienen, así que pasamos las fichas por correo o se le acercan al buzón a quien no dispone de otra manera de obtenerlas. Colaboramos en todo lo posible para seguir el ritmo de la clase" asegura Jara.

"Ya que no podemos salir a jugar, intento que todas las actividades sean divertidas", comenta Jara, que no obstante indica que "lo mejor son las manualidades y el entretenimiento, como la actuación diaria de los Titiriteros de Binéfar, junto con los ejercicios de educación física, que bailamos por la mañana y hacemos yoga por la tarde".

Pero no es fácil organizarse. Bea está separada y es madre de Valeria, alumna de segundo de Primaria en el colegio Sancho Ramírez. Dedica las mañanas a ser maestra, cocinera y limpiadora y por las tardes trabaja fuera de casa.

"Por suerte, Valeria esta contenta y lleva bien esta situación. También es cierto que tengo una terraza un poquito grande donde puede patinar", explica Bea.

Apunta que la profesora de su hija les ha dado deberes para una semana y que prevén que la próxima les lleguen más fichas para hacer. Su jornada es la siguiente: "Valeria se despierta y después de desayunar empezamos las clases. Lo que más le gusta es la gimnasia, así que haciendo ejercicio comenzamos el día". Comenta que su maestra les ha pasado una coreografía del "baile del coronavirus con una canción que, por lo visto, se ha puesto de moda". Deben aprenderla todos, padres, niños y profesores, porque a la vuelta harán su puesta en escena.

Pero también hay espacio para las matemáticas. "Hacemos sumas, restas y estamos empezando las multiplicaciones" y para la lengua "tenemos fichas y lecturas", señala Bea.

"Mientras ella va haciendo las tareas, yo hago las cosas de casa" y "a las tres, cuando voy a trabajar, la recoge su padre". Con él, que ha cogido dos semanas de vacaciones, dice Bea, "sigue haciendo cosas, como hornear pan".

A los deberes del colegio, cuenta Bea que se suma la extraescolar de inglés, que "imparten vía "streaming" dos horas a la semana, en el mismo horario que lleva".