Las empresas de reparaciones: "Las pequeñas urgencias no dan ni para pagar el alquiler de la nave"

HUESCA.- Las empresas encargadas de pequeñas reparaciones domésticas y mantenimiento del hogar están sobrellevando la crisis sanitaria de la mejor manera posible pero desvelan que la situación se torna insostenible.

Mientras ansían un futuro optimista para el fin del estado de alarma aseguran, con los pies en el suelo, que "será complicado".

Hace varias semanas que sus puertas están cerradas, salvo para atender alguna emergencia, siempre siguiendo todas las medidas de seguridad ante el posible contagio de covid-19. Es decir, emplean guantes, mascarilla y mantienen la distancia.

En realidad, explican que las salidas son muy escasas, "tiene que ser algo realmente grave" para que les den el aviso porque "la gente tiene miedo de que entremos en su casa, no solo por el coronavirus sino también porque les puedan multar", asegura Fidel Castro, responsable de Multiservicios FCV.

En su caso, comenta Fidel a este periódico, "tan solo estamos teniendo los avisos de los seguros de vivienda y esos nos exprimen al máximo, con lo que una salida no llega casi ni para la gasolina". De todas formas, continúa, "en la última semana únicamente he tenido tres avisos de reparación". Los motivos son el agua y la luz en la mayoría de los casos. "O se han quedado sin luz o está relacionado con el agua, no he tenido otra cosa", indica Fidel, quien aclara, además, que son "reparaciones puntuales en Huesca y alrededores" las de estos días.

En la misma línea, Santiago Abenoza, responsable de Servicios Eléctricos SYB 24 horas, destaca que hay pocas urgencias, pero graves, a las que ha tenido que ir en estas semanas de confinamiento. Entre otras, hace especial hincapié en la visita a la residencia de mayores Ciudad de Huesca que "sufrió una avería y se quedó sin luz".

Asegura Santiago que él pretende ser optimista ante esta situación, pero que siendo realista "estos dos meses son como tirados a la basura", y desvela que ha tenido que "pedir un crédito para poder seguir los próximos meses" porque insiste en que "las pequeñas urgencias no dan ni para pagar el alquiler de la nave".

En este sentido, Fidel comenta que "justo antes de esto me cambié la furgoneta porque tenía muchas obras y, ahora está parada, igual que los trabajos previstos, porque de un día para otro nos dijeron que no podíamos seguir con el trabajo". Se muestra, como los demás, preocupado por esta situación y lo que conllevará. Sobre todo por las obras que tiene a medias y las que se han cancelado "que no sabemos si seguirán adelante".

La misma inquietud acosa a Sergio Vicente, quien desde la empresa oscense SVP, ve como se llena su almacén del material que tenía pedido para las obras previstas en las que no puede trabajar. Sergio, que afirma que por el momento no ha tenido urgencias que atender porque "imagino que la gente no llama por cosas menores para mantener las distancias, tendría que ser algo muy grave como que un toldo esté a punto de caerse o una ventana rota", critica que "yo tengo que pagar las facturas de todo el material recepcionado que sigue entrando pero que no puedo instalar". Dice que está situación le va a dejar "en números rojos" y que no está claro si podrá disponer de alguna ayuda porque considera que "para cuando salgamos de ésta, tal y como estarán las cosas, será imprescindible que demos al cliente facilidades de pago y no sé cómo lo afrontaremos".

Así, cree Fidel que "vamos a volver atrás porque veremos si podemos aguantar o tenemos que dejar de pagar alguna cosa".

Santiago apuesta por el consumo local para superar el resultado de esta crisis, indica que "lo que hace falta es que cuando podamos no nos vayamos muy lejos a comprar sino que nos quedemos en la zona y no hace falta ir al extranjero de vacaciones, tenemos que ayudarnos".