Huesca

PANDEMIA DEL CORONAVIRUS

El confinamiento podrá afectar psicológicamente a los menores

El psicólogo Sergio Benabarre advierte que "las consecuencias dependerán de cada niño y cómo lo lleven los padres", quienes están lidiando por conciliar

El confinamiento podrá afectar psicológicamente a los menores
El confinamiento podrá afectar psicológicamente a los menores
E.P.

HUESCA.- La decisión de que los niños y niñas hasta 14 años podrán salir "a dar paseos" desde el domingo 26 de abril acompañados de una persona adulta ha sido recibida bastante bien por familias como la de Sara Cáceres, con dos hijas de 8 y 14 años, quienes llevan el confinamiento de una manera totalmente diferente. "La de 8 lo lleva peor, es más pequeña y es más movida. La mayor pasa el tiempo viendo películas o hablando con sus amigas", cuenta.

Sergio Benabarre, psicólogo del Centro Arcadia de la Fundación Agustín Serrate y profesor asociado de Ciencias Humanas y de la Educación, se muestra crítico con que el debate sobre el confinamiento en menores no se haya abordado hasta ahora: "Las niñas y niños tienen unas necesidades especiales que son diferentes a las de los adultos, a nivel psicomotriz, cognitivo y social. Están en plena formación de su personalidad, el tema de compartir, identificar emociones, todo lo relacionado con la interacción social lo aprenden primero con la familia, y luego en el colegio y con sus iguales", añade Benabarre.

DIFERENTES EFECTOS

Cómo el confinamiento afectará psicológicaente a los menores, "dependerá de cada niño, de cada familia y de cómo lo lleven los padres", matiza este psicólogo. De lo que no duda es que tendrá efectos no sólo en las y los menores sino en la población general.

Es de la opinión que se podría haber hecho mucho más, "desde la Universidad, incluso planteé crear un observatorio para ver lo que ha pasado porque igual estoy equivocado y no tiene ninguna consecuencia. En principio, los niños se adaptan a todo pero no se adaptan gratis".

En el caso de Nathalie Toutatier-Muller, madre de una bebé de 8 meses, y su marido, las cuatro primeras semanas del confinamiento "las hemos llevado bastante bien, tenemos una terraza, una suerte en comparación con otras familias", aunque el no poder llevar a su hija a la guardería -"nos hemos dado cuenta de que hacen un trabajo espectacular"- les ha obligado a organizarse, y obligado a conciliar: "Al principio nos costó. Ella suele estar ahí desde las 9 hasta las 3 de la tarde. Teníamos que entretenerla mucho porque si no ella se aburría", relata.

Los hijos de Sylvie C., una chica de 15 años y otro de 12, "son tranquilos, no son de grupos muy grandes pero al niño le gusta mucho el deporte, por lo que lo de no salir a jugar a baloncesto le está afectando un poco más".

Benabarre apunta cómo algunas de las carencias -de actividad física o luz solar- que se están experimentando pueden generar problemas de diferente índole. "Entre los pediatras y psicólogos infantiles están observando mayores índices de obesidad infantil. Las llamadas a las consultas de pediatras han sido en relación a pesadillas, problemas de dormir, rabietas o incluso problemas somáticos". Pero la dificultad no sólo reside en el hecho en sí mismo de no poder salir, también influye el entorno, "cómo lo viven los padres y madres, o si estos trasmiten su preocupación al niño, es un compendio de muchas causas que pueden acabar afectando", añade Benabarre.

AÑADIDO AL NO SALIR

La convivencia 24/7 que toca asumir supone un esfuerzo añadido al que ya supone habitualmente para coordinar espacios donde llevar a cabo las tareas escolares y las de entretenimiento de las y los menores, con las laborales de las personas adultas, cuando se esté teletrabajando: "Tenemos suerte que los dos tenemos el empleo al cien por cien, pero es difícil, yo soy profesora de universidad. Desde que comenzó el confinamiento estoy dando clases on-line y tengo la niña en mis rodillas o llorando. Esto sí lo hemos gestionado con dificultad", explica Nathalie.

El no poder salir, el extrañar ver a las personas queridas o contener un estado de ánimo que ya se resiente son añadidos para quienes crían, "porque tienes que animar a tus hijas y que ellas estén bien", añade Sara Cáceres. A todo eso le acompañan muchas cosas, "que te han hecho un ERTE, que el Estado no contesta, que no sabes si vas a cobrar. Muchas cosas", añade.

"Se nos ha vendido que esta crisis afecta a todos por igual y eso es mentira", afirma contundente Benabarre, "nada afecta a todos por igual. Los niños con menos recursos económicos van a tener menos espacio y menos posibilidades de sol por ejemplo. Y evidentemente aquellos niños que estén viviendo en situación de vulnerabilidad porque están viviendo con un familiar maltratador o abusador sexual".

Benabarre insiste que se debería haber hecho de otra manera, "confiando en los padres y madres como han confiado en los dueños de los perros. ", evitando así, "la vulneración de los derechos humanos infantiles que se ha producido en este país durante más de un mes". Porque al fin y al cabo, "si tú permites salir a los padres con su hijo durante media hora a dar una vuelta a la manzana esa familia va a llevar mucho mejor el encierro, porque el adulto también sale de casa e influye en la salud psicológica de toda la familia y no solo la de los niños ", añade.

A juicio de este psicólogo, ha sido un error intentar "llevar la misma vida como si no pasara nada, pero esto no es normal", lo que ha podido hacer que la convivencia haya ido a peor por esto". Sobre la salida, opina que no estará demás que los padres pongan en contexto a sus hijos, aunque "se dan cuenta de todo, aunque no tengan la capacidad de verbalizar, todo este relato lo están desarrollando en su mente", concluye.