Huesca

PANDEMIA DE CORONAVIRUS

Víctor Santolaria: "Con mis combos he pretendido llevar una alegría a las casas los fines de semana"

Ha reinventado su restaurante un día después de abrir sus puertas

Víctor Santolaria: "Con mis combos he pretendido llevar una alegría a las casas los fines de semana"
Víctor Santolaria: "Con mis combos he pretendido llevar una alegría a las casas los fines de semana"
S.E.

Con enorme ilusión y con muchas ideas en la cabeza, Víctor Santolaria, ayudado por Carla Reblet, su mujer, decidió apostar por emprender un negocio y tomar las riendas del restaurante Bazul, un histórico en la hostelería oscense cuyos dueños se jubilaban; invirtió tiempo y dinero en acondicionar el local a su gusto y diseñar una atractiva e innovadora selección de platos.

El jueves 12 de marzo celebró, arropado por familiares y amigos, la inauguración del establecimiento y al día siguiente, viernes, "atendimos a los primeros clientes y dimos unos veinte servicios y estoy seguro que no vinieron más por la psicosis que ya se respiraba". Pero tan sólo un día después, el 14, con la llegada del estado de alarma, se vio obligado a cerrar sus puertas.

Y como otros muchos negocios tuvo que acogerse a un ERTE que en su caso afecta "a la otra persona contratada y a mí" y solicitar "la ayuda de autónomos", y gracias a ello, concluye, "vamos capeando el temporal".

Mas allá de no poder trabajar, Víctor afrontó un primer problema: "teníamos todo el producto comprado, gran cantidad era fresco y de calidad, como los mariscos, el pescado, solomillos y el resto de la carne", y ese mismo sábado "lo dedicamos a envasar y organizar las cámaras para dejarlo todo bien"; otro contratiempo era la falta de espacio, y agradece enormemente al hotel Pedro I que le "dejara sitio en sus congeladores".

Víctor, como muchos otros, se quedó en casa pasando el confinamiento y relata: "con tantos días encerrado se te agudiza el ingenio, y en lo primero que pensé fue en darle salida al embutido, todos de Melsa, y los quesos que tenía en la nevera y se iban a secar" en un momento. Recalca que "se hallaban en óptimas condiciones" y para su consumo.

Aprovechando la celebración del Día de San Jorge lanzó su primera propuesta, "un aperitivo para llevar con temática Aragonesa", lo promocionó en redes sociales, especialmente en Instagram y la idea funcionó.

Desde entonces, cada fin de semana, lanza un combo diferente, basado en "la cocina de aprovechamiento para ofertar de forma distinta, pero a la vez muy atractiva, todo lo que tenemos ". En los días previos, va mostrando en los diferentes perfiles de sus redes el proceso de creación de esas delicias con las que desde el primer momento ha pretendido "llevar una alegría a quienes estaban encerrados en casa y que pudieran disfrutar de un pequeño aliciente los fines de semana".

El menú varía pero siempre son "unos aperitivos, a precio atractivo y que además son contundentes y se convierten en una comida" porque, matiza, "procuro hacerlos abundantes", ya que su objetivo final es "darnos visibilidad y que la gente sepa que ofrecemos producto de calidad".

Con el cambio de fase se le plantean dudas ya que el local es pequeño y de momento tiene previsto seguir funcionando con esta fórmula de "take away" que hasta ahora le ha permitido ir dando pequeños pasos ya que reconoce, "es mucha la incertidumbre, las decisiones a tomar... y poco a poco lo iremos decidiendo". Sólo hay dos cosas en las que no duda, y son sus ganas de sacar adelante su negocio y seguir avanzando con este proyecto en el que ha puesto tantas ganas.