Huesca

PANDEMIA DE CORONAVIRUS

Marco Escribano: "Los primeros días fueron como ver un escenario de guerra constante"

El médico oscense ha vivido en el servicio de urgencias del Hospital Clínico San Carlos de Madrid lo peor de la pandemia por el coronavirus

Marco Escribano: "Los primeros días fueron como ver un escenario de guerra constante"
Marco Escribano: "Los primeros días fueron como ver un escenario de guerra constante"
S.E.

HUESCA.- Madrid ha sido, en España, el epicentro de ese terremoto que sigue asolando el planeta en forma de pandemia, y la región que más ha sufrido en forma de contagiados, y por desgracia, fallecidos, el coronavirus.

Y en Madrid, en concreto en el Hospital Clínico San Carlos, en el centro de la capital, ha vivido en primera línea este drama el médico oscense Marco Escribano. Terminó su carrera en 2016 y tras aprobar el examen del MIR al año siguiente, logró plaza en este centro en rehabilitación, la especialidad, como él mismo explica "más parecida a lo que sería la medicina del deporte, que es algo que no hay ahora mismo", y es que su trayectoria como deportista profesional, en las filas del Balonmano Huesca como extremo durante varias temporadas, también tuvo que decir en su decisión. Cumple su penúltimo año de especialidad, y luego será el momento de pasar a un centro y un lugar fijo.

DE TOLEDO A PRIMERA LÍNEA

Curiosamente, el inicio de la crisis le cogió como quien dice con las maletas hechas para ir a Toledo. "Dentro de mi especialidad hay una rotación obligatoria para ir al Hospital Nacional de Parapéjicos de Toledo. En enero, cuando estábamos preparando ese traslado, se veía todo lejos, pero en marzo empezamos a pensar que igual se tenía que suspender, y justo antes de decretar el estado de alarma nos hicieron volver cada uno a nuestro hospital".

A partir de ahí, una auténtica guerra. "Se empezaron a cerrar las consultas, en nuestro caso también el gimnasio, y todas las instalaciones y todos nos pusimos a disposición del hospital. Todo pasó a ser COVID, todas las instalaciones, incluso alguna que no se usaba, y otras se adaptaron para ser UCI. Poco a poco todas las plantas del hospital pasaron a ser COVID. Yo pasé a urgencias, y sobre todo al principio todo se desbordó. Aquello era como estar en un escenario de guerra, porque cada día teníamos más de doscientas personas pendientes de ingresar y no había sitio para todos".

Su pareja también es médico y ha vivido incluso más de cerca la situación, pero al final todos tuvieron que echar una mano en lo que se podía. "No era solo cuestión de Urgencias o Medicina Interna, al final el hospital entero era un centro COVID. Fueron días con muchas cosas desagradables, pero también días históricos que creo que nos han formado mucho".

EXPERIENCIAS DURAS

La experiencia personal también ha sido muy dura, porque ha sido una enfermedad con mucha letalidad y sobre todo, muy rápida. "Lo más duro era ver cómo los pacientes se ponían muy enfermos muy rápido, y muchos morían también con mucha velocidad. Es muy duro ver a tanta gente irse así, y también luego tener que llamar por teléfono a los familiares porque ni siquiera podían venir a despedirse".

Al menos, en su hospital no ha habido desabastecimiento de epis, como se ha denunciado por diferentes colectivos sanitarios en puntos de España. "Tenía mi EPI para cada día, aunque lo ideal hubiera sido uno para cada paciente, y en eso no ha habido problema. Sí que ha sido algo peor lo poco organizadas que estaban las cosas al principio, aunque fue todo muy repentino. Se empezó a hablar de Ifema y el hospital de campaña y algunos compañeros fueron por si hacía falta echar una mano, pero al principio no había organización. Luego todo mejoró, y supongo que es normal al principio cuando ocurre algo tan inesperado".

A nivel profesional, además, la COVID-19 ha supuesto un reto que continúa. "Todo ha sido nuevo y hemos tenido que empezar a estudiar de cero. Muchos nos hemos tenido que reinventar, olvidar todo lo que estábamos haciendo y estudiar esta enfermedad. Y esa reinvención va a continuar, porque ahora que la cosa se va calmando, y vuelven a abrir consultas y servicios, todo es diferente. En mi caso, por ejemplo, de momento la consulta es telefónica, al paciente si le tienes que explicar un ejercicio que debe hacer ahora le mandas un vídeo... Están cambiando muchas cosas".

UNA CRISIS CON ASPECTOS POSITIVOS

También destaca que esta crisis ha traído consigo cosas positivas. "Mi especialidad no es de las más relacionadas y he estado más en una segunda línea, ayudando. Pero sí que había gran ambiente, compañerismo, remando todos en la misma dirección. Además hemos percibido el apoyo de los cuerpos de seguridad, de restaurantes que nos mandaban comida. Ha habido mucho positivo".

La situación mejora, pero con cautela. "Se van reabriendo cosas y parece que se ve la luz, pero siempre está ese posible rebrote. Ahora conocemos más al virus, hay protocolos, y podríamos reaccionar mejor en todo caso, pero mejor que no vuelva a pasar. Ha sido increíble el ver tanta muerte".

Y al hilo de los aplausos de las ocho de la tarde, los agradecía y pedía no olvidar. "Agradecemos que se nos valore, y he vivido momentos emocionantes cuando me ha tocado de guardia un aplauso. Pero sobre todo debe servir para que la sociedad se dé cuenta de la suerte que tenemos por contar con un sistema sanitario como el nuestro, y que entre todos lo cuidemos un poco más".