Huesca

DERECHOS SOCIALES

A la espera de una vivienda desde hace más de un año

Un incendio calcinó la casa en la que vivía una familia en Camino de Jara

A la espera de una vivienda desde hace más de un año
A la espera de una vivienda desde hace más de un año
P.S.

HUESCA.- Desde hace más de un año una familia residente en el asentamiento de Camino de Jara lleva esperando un realojo a una vivienda debido a que en la que residía se quemó. Era una de las construidas hace ya 18 años cuando el asentamiento se creó para acoger el desplazamiento de 35 personas que vivían al otro lado de la carretera de Apiés. Hoy, según el Ayuntamiento, residen en este lugar 18 personas adultas y entre 20 y 25 menores. Aunque Secretariado Gitano eleva el número de residentes a "más de 50". En los últimos dos años, según Servicios Sociales, se han llevado a cabo dos realojos en el casco urbano.

Tras el incendio, Juana Hernández y su familia fueron reubicados en uno de los apartamentos del Aparthotel de la estación. Una solución "temporal" que acabó con la vuelta del núcleo familiar al asentamiento. En la actualidad, Juana, junto a su marido, vive en una pequeña y destartalada caravana, que tiene el espacio justo para Juana y su marido. "Era de mi hermano pero me la ha dado", explica. Sus cinco hijos, tres chicos y dos chicas todos menores, viven por el momento en casa de su abuela, la suegra de Juana, que también vive en el asentamiento.

El confinamiento (cuando se produjo la visita de este periódico al asentamiento) acrecentó la sensación de vulnerabilidad de la familia de Juana. Miedo al contagio de la enfermedad, "claro", y "el estado de la casa" no ayudaba a levantar el ánimo. Un baño en una caseta hecha por la misma familia con tablones que da poca confianza en tiempos de pandemia de poder asegurar una higiene suficiente. "Me he hecho un baño como he podido por lo menos para lavarnos porque aquí no hay higiene ninguna", explica. Y la imagen de la casa incendiada, de fondo.

Ante el confinamiento, según Rosa Serrano, concejala de Relaciones Institucionales y Participación Ciudadana y de Derechos Sociales e Igualdad, "se continuó con el trabajo que se estaba realizando. Lo primero que hicimos fue firmar un proyecto con la Fundación Secretariado Gitano, porque vimos que el estado de alarma iba a provocar un descuelgue en estos niños en cuestión de educación", debido a la brecha digital. Así como "que no tuvieran necesidades en alimentación e higiene, a través de las ayudas de emergencia del Ayuntamiento".

Juana Hernández insiste en alto, "cómo estamos viviendo aquí no se puede vivir".

Tanto el Ayuntamiento como la Fundación Secretariado Gitano reconocen que el realojo de esta familia en una vivienda en condiciones se ha alargado más de lo deseado. "Estamos en ello. Llevamos un año intentándolo, ha habido varias opciones y algunas de ellas han fallado", explica Serrano.

Desde Secretariado Gitano afinan en las "dificultades" para encontrar una casa para Juana y su familia. En primer lugar que "para ellos acceder a una vivienda de alquiler en el mercado libre es complicado porque los precios de los pisos son muy altos", explica Eduardo Pascual, coordinador provincial de la entidad, por otro, asegura que se han encontrado "reticencias de algunos propietarios y de algunas inmobiliarias para alquilar a este colectivo, Sería injusto decir que todas pero algún caso sí ha habido", añade.

EL ELEFANTE EN LA HABITACIÓN

¿Crees que es racismo? "Yo pienso que sí", responde Hernández. Tirando de estereotipos, ¿cuando escuchas que dicen de vosotros que no os adaptáis o que creáis problemas qué opinas? "Lo que pasa es que por uno pagamos todos. La gente piensa que los gitanos no nos adaptamos a los pisos. Vas a alquilar uno y por el hecho de ser gitano, no, no, que no se saben comportar", afirma. "Te lo puede decir todo el mundo. Cuando estuvimos en el apartahotel no se enteraban ni cuando bajábamos las escaleras", añade.

Esta discriminación ya está detectada hace tiempo, cuando se baja a la discusión cotidiana cuesta reconocerla. Según un estudio del CIS (2006), una de cada tres personas gitanas afirmaron haberse sentido discriminadas en el proceso de alquiler de una vivienda, y una de cada cuatro, en los procesos de compra. En un estudio del CIS sobre la Percepción de la Discriminación de 2016, un 60 % de los encuestados encontró que el ser de etnia gitana es una características que podría perjudicar a una persona a la hora de alquilar una vivienda.

Las dificultades en el acceso a una vivienda para la población de etnia gitana se convierten en una resistencia para cualquier proceso de integración de este colectivo. Tal y como refiere la Estrategia Integral para la población gitana en Aragón del IASS 2018-2020, se han hecho avances en los últimos años. En 2015, la inmensa mayoría (un 92,9%) de las viviendas de población gitana se sitúan en los entramados urbanos. Y según el Estudio-Mapa sobre Vivienda y Población Gitana, 2015, del Ministerio de Sanidad, el número de viviendas en entornos segregados de los núcleos urbanos se ha reducido del 9,1c% de 1991 hasta un 2,8c% en un 2015. En ese año el número de infraviviendas en el municipio de Huesca era de 36 y el de chabolas de 3. No se ha vuelto a hacer una edición de este informe.

En estos 18 años, la vida continuó en el Camino de Jara y la familia creció. Bienvenido Jiménez es otro de los habitantes de este asentamiento. Desde Zaragoza, donde nació, llegó a Bolea y Ayerbe. Después, 45 años en el de Las Mártires, y desde entones en el Camino de Jara. Conversando con el sobre cómo estaban llevando el confinamiento afirma: "Si lo sabe llevar uno, bien, pero si no mal". Sobre el miedo a la enfermedad, dice que lo tendría "si viniera alguien de fuera pero aquí no viene nadie". Ha trabajado 46 años en la chatarra, de donde sacan ingresos otros habitantes del asentamiento como el marido de Juana. "Ahora no, porque no podemos ir", afirmaba en plena cuarentena.

SEGUIMIENTO Y RECURSOS

Las personas que residen en el asentamiento comparten vínculos familiares en su mayoría. "Los hijos se hicieron mayores, han formado nuevos núcleos familiares y han tenido descendencia. Con lo cual, explica Pascual, "nos encontramos con unidades amplias que complica el realojo de estas familias".

Según Secretariado Gitano, la intervención socioeducativa que se realiza en este asentamiento va dirigida a "prepararlos para que cuando hay una vivienda y se produce el realojo, el proceso educativo esté ya hecho y la integración sea ya sin problemas".

En todo proceso de realojo, asegura Eduardo Pascual "hay un seguimiento, una planificación y unos recursos detrás".

De los recursos que destina el área de Derechos Sociales, Rosa Serrano, "entre otros, hay un apartado que se trabaja exclusivamente con este colectivo", en donde "entra la actividad de una educadora social, que su trabajo es trabajar con el colectivo gitano y en concreto con este asentamiento".

Además, en el asentamiento se realiza una intervención con menores. "La Obra Social La Caixa es la que está poniendo la financiación para intervenir. 21.060 euros de la convocatoria de Lucha contra Pobreza Infantil y exclusión social. Es un dinero muy importante", explica Pascual. En la misma convocatoria pero del año 2017, según Secretariado Gitano, "se subvencionó 35.840 euros para el desarrollo socioeducativo para la inclusión de los residentes en Camino de Jara de Huesca. Aun así, recalca que "actualmente faltan recursos", especialmente "recursos humanos, viviendas disponibles y quizás apoyo del Gobierno de Aragón".

Desde Derechos Sociales, la concejala Rosa Serrano afirma: "Deberíamos promover acciones de sensibilización para reducir esos factores que existe en este colectivo a la hora de acceder a la vivienda", además "acercar los servicios públicos a esta población y trabajar para que la población gitana acceda a programas que faciliten la inserción laboral". "A futuro hay que erradicar el chabolismo porque hay que mejorar la calidad de vida de estas personas", añade.

El asentamiento de Camino de Jara es uno de los pocos núcleos de infravivienda que existen en Aragón. Y Juana Hernández sigue a la espera de un realojo.