Huesca

NUEVA NORMALIDAD

Los bares de noche prevén seguir cerrados al no ver viabilidad

La reducción de aforo a la mitad y la supresión de zona de baile les hace ser pesimistas

Los bares de copas de Huesca reabren poco a poco y los resultados no son muy halagüeños
Los bares de copas de Huesca reabren poco a poco y los resultados no son muy halagüeños
R.G.

HUESCA.- Tras casi un centenar de días en estado de alarma declarado ante la pandemia de coronavirus, la comunidad de Aragón entra este domingo en la "nueva normalidad", una etapa entre cuyos cambios principales se encuentran la ampliación del límite de los aforos en las terrazas -del 100 por 100 desde este domingo-, en el interior de la hostelería -al 75 por ciento- y en el ocio nocturno -al 50 por ciento-.

Después de estos 98 días, la "nueva normalidad" genera muchas dudas y poca o ninguna certeza entre el sector del ocio nocturno de Huesca. La mayor certidumbre, si es que se puede llamar así, es que las actuales medidas no dan para abrir. Así encara el sector oscense del ocio nocturno esta nueva etapa.

La mayoría de bares consultados no prevé reabrir, al menos esta semana, mientras no se aclaren aspectos como los aforos -pendientes en muchos casos de la actualización de las licencias-, las terrazas o la continuidad de los ertes, mejor dicho, qué porcentaje de ayuda mantiene el Estado para los trabajadores que sigan en expediente temporal de regulación de empleo.

Con la mitad de aforo y la reconversión de zonas de baile en zonas de mesas, el sector cree que la reapertura no es viable.

Pero a esto se suma la obligatoriedad de respetar la distancia de seguridad o, en su defecto, la obligación de llevar mascarilla. Algo que si ya es difícil en las terrazas por la tarde -o incluso por la calle a cualquier hora-, hacerlo en un bar a las 4 de la mañana está más cerca de ser una quimera que de una posibilidad viable. Y si los bares no consiguen hacer cumplir esta obligación, la responsabilidad recae sobre ellos.

Pero hay dos factores que pueden decantar la balanza hacia la reapertura. El primero, y en levantamientos parciales de los ertes, es qué porcentaje asume el Estado de los trabajadores que siguen en paro temporalmente.

El segundo depende del Ayuntamiento. Los encuentros con el sector para planificar la desescalada particular del ocio nocturno comenzaron hace unas semanas y ahora, con la entrada en la "nueva normalidad", el punto crucial es si accede a la petición de terrazas o barras en la calle.

Del Ayuntamiento también depende la actualización de las licencias, muchas de las cuales llevan muchos años sin actualizarse. En ellas todavía constan cómo eran los bares hace años y algunos de ellos se han ampliado y, por tanto, el aforo máximo subiría, un aspecto vital para el sector en estos momentos de público limitado a la mitad.

Y hasta aquí lo económico, porque también hay propietarios que prefieren seguir cerrados más tiempo para "evitar la propagación del virus".

Juan Carlos Peralta, propietario del Street, Twister y La Bohemia, alude en primer lugar a la situación sanitaria para no abrir, pero tampoco esconde que "las medidas actuales no dan" para la reapertura. "Con el 50 por ciento de aforo no hacemos nada, necesitamos como poco el 90". En definitiva, y como resume Peralta, "ahora me cuesta dinero pero abrir me puede costar el doble".

Andrés Bailo, del Tararí, afirma que estas condiciones hacen "muy complicado" levantar la persiana. Bailo enfatiza que la actualización de licencias -y por tanto de aforo-podría ser un balón de oxígeno para algunos bares, al igual que el permiso para terrazas.

Bailo considera "entendibles" las medidas porque hay rebrotes y "de alguna manera hay que controlarlos". Eso sí, cree que la apertura en el exterior -terrazas o barras- puede ser viable.

La Habana también permanecerá cerrada "dos o tres fines de semana más como mínimo", declara Carlos Omiste. El bar es "muy pequeño" -aforo para 20, ahora de 10- y Omiste tampoco quiere precipitarse entre otras cuestiones porque ha visto "de cerca" los riesgos del coronavirus.

"Tarde o temprano tendremos que abrir pero sin prisas", dice Omiste, para quien San Fermín y La Vaquilla pueden ser indicativos de cómo afecta el ocio nocturno a la pandemia.

Y Carlos García, de El Edén, explica que "aún" tiene dudas sobre los ertes, los porteros y la actualización de licencias. Añade otro problema que nadie más menciona: "Si sale un fumador y cuando entra el aforo está lleno, ¿qué pasa?".

Miguel Ollés, del Bendita Ruina, también esperará "un poco más" para reabrir e incluso no descarta seguir cerrado hasta octubre. Eso sí, reclama ayudas del Estado para el sector para poder pasar estos meses.

MASCARILLAS DE NOCHE

Algo que genera mucha incertidumbre es la obligación de la mascarilla. Los empresarios la comprenden, pero también advierten de que habrá una buena parte de clientes que ya de madrugada incumpla. Su preocupación, y grande, es cómo actuar y algunos sostienen que sin Policía no es posible.