Profesionales sanitarios de Huesca piden prudencia ante una "relajación extraordinaria"

HUESCA.- Los rebrotes de la covid-19 detectados en las comarcas oscenses de Bajo Cinca, Cinca Medio y La Litera son el reflejo de una realidad que los profesionales sanitarios, en mayor o menor medida, viven día a día en sus consultas y ante la que dicen sentirse de nuevo "desprotegidos".

Médicos y enfermeras lanzan una vez más un llamamiento a la prudencia al percibir una "relajación extraordinaria" en algunos sectores de la población ya que en la "nueva normalidad" el "virus está hasta debajo de las piedras" y en muchos pacientes jóvenes asintomáticos, tal y como está sucediendo en las comarcas de la zona oriental afectadas por focos y actualmente en fase 2.

El presidente del Colegio Oficial de Médicos de Huesca, José María Borrel, hace esta afirmación y manifiesta que "ahora que se han abierto los centros de salud a la población tendríamos que estar todo el turno cubiertos de arriba a abajo porque el virus puede entrar con cualquier paciente. Puede ser que alguien venga con un esguince de tobillo y luego nos llaman desde el hospital para decirnos que es positivo".

Manifiesta que esta situación da "una inseguridad tremenda" a los profesionales sanitarios. "Vamos a procurar seguir manteniendo distancias, atendiendo por supuesto a toda la población y marcando pautas", indica José María Borrel, que resalta también la importancia de que los pacientes desplazados "se acomoden a las normas de los centros de salud".

El presidente lamenta que, en general, existe "una relajación extraordinaria" y que "no hay conciencia de la situación" en esta "nueva normalidad" en la que ya se autorizan ciertas actividades, por lo que reclama prudencia mientras piensa, sobre todo, en los más mayores.

"Los sanitarios seguimos trabajando, y no estamos para celebraciones. Van saliendo casos sospechosos de debajo de las piedras, por todas partes", comenta José María Borrel, que destaca especialmente la necesidad de proteger las residencias, "esto es lo que más me preocupa, más incluso que antes".

En este sentido manifiesta que "antes más o menos sabíamos por dónde nos podía venir el virus ya que el paciente presentaba alguna afección respiratoria, en la mayor parte de los casos, ahora es no te puedes descuidar un segundo. Cualquier persona puede ser portadora y como no hay conciencia de la situación, ya veremos cómo acabamos".

José María Borrel también tiene palabras para las reacciones del Gobierno de Aragón tras la sentencia del Juzgado de Primera instancia de Huesca, que ha condenado a tres administraciones por no suministrar suficientes Equipos de Protección Individual (EPI) a los sanitarios.

Así, considera que "lo triste es que la DGA sigue diciendo que nos estuvo protegiendo, una huida hacia adelante vergonzosa. Lo que tiene que hacer es reconocer de una vez que lo hicieron muy mal".

Por su parte, José Antonio Franco, secretario del Colegio de Enfermería de Huesca, lanza también un llamamiento a la precaución, especialmente entre la gente joven, "que se está relajando más". Así, valora que los focos registrados en el Alto Aragón son "preocupantes" y apela de nuevo a la prudencia. "Hasta que no tengamos una vacuna a la que pueda acceder toda la población hay que ser cautos, usar mascarilla, respetar la distancia de seguridad, no olvidarse del lavado de manos y usar el gel hidroalcohólico", indica.

Respecto a la sentencia que condena a la DGA por la falta de material, confiesa que siente "un poquito de indignación porque se refiere solo a los médicos y los que hemos sufrido la falta de material y hemos estado en primerísima línea ha sido el colectivo de enfermería, de auxiliares y celadores".

Reconoce que la sentencia "ha abierto un camino, pero es un agravio ya que debería de haber contemplado a todo el colectivo sanitario que ha combatido el virus".