Huesca

LA NUEVA NORMALIDAD

Las guarderías oscenses se reactivan con todas las medidas de seguridad y mucha ilusión

Muchos padres buscan plazas para este verano entre los centros de educación infantil que han abierto sus puertas en Huesca

Las guarderías oscenses se reactivan con todas las medidas de seguridad y mucha ilusión
Las guarderías oscenses se reactivan con todas las medidas de seguridad y mucha ilusión
D.A.

Animación, entusiasmo y algún que otro lloro es lo que se ve a las puertas de las escuelas de educación infantil que con la nueva normalidad, tras el estado de alarma, entre la última semana de junio y esta primera de julio van recuperando la actividad en la capital altoaragonesa.

Algunos centros no han esperado ni un minuto más, en respuesta a la necesidad de muchos padres, y el primer lunes de "nueva normalidad" acogían a los primeros pequeños con la emoción propia de un primer día. "Es como si hubiera vuelto a abrir una nueva guardería, iba el lunes con los nervios a flor de piel y me levanté a las cinco de la mañana", explica Patricia Betrián, responsable de Club Minnie y presidenta de la Asociación de Centros de Educación Infantil 0 a 3 años de Huesca (Acein).

Y es que la apertura de puertas no es cosa fácil para estos centros que se vieron obligados a cerrar completamente el pasado 13 de marzo y han ido a la zaga en cuanto a protocolos anunciados para las medidas de seguridad, quedando los más pequeños como los olvidados en esta pandemia.

Durante estos meses, aseguran desde la asociación que se han ido preparando "a ciegas" para este momento, porque en realidad, no ha sido hasta las últimas semanas cuando de verdad han podido adaptar sus centros a lo que preveían que serían las medidas sanitarias obligatorias para estos centros ya que no se conocían. Es más, no fue hasta el pasado martes, tercer día tras levantarse el estado de alarma, cuando la Dirección General de Salud Pública del gobierno de Aragón se puso en contacto con las escuelas infantiles para remitirles por correo electrónico el documento en el que se especifica la normativa.

En la ciudad de Huesca la mayoría de las escuelas han abierto sus puertas, o lo van a hacer en los próximos días, porque hasta el momento lo veían completamente inviable ya que la ratio se situó en cuatro niños por cada educadora y ahora se recomienda unos diez. "Estamos al 75 por ciento de la capacidad de cada uno de los centros", comenta la responsable de Club Minnie.

Ahora, entre otras medidas, deben realizar un continuo lavado de manos, crear grupos de convivencias estables evitando interacciones con niños de otras aulas, es decir, siempre los mismos pequeños con la misma maestra y los mismos materiales que dejan de ser intercambiables. Se deben establecer horarios de entrada y salida escalonados para que los padres no se hacinen a las puertas de las escuelas, fijar turnos de comidas, desinfectar continuamente zonas comunes como puede ser el recreo o sala de psicomotricidad, hacer siestas con separación entre cunas de dos metros e impedir la entrada a la guardería de material ajeno.

En cuanto al personal del centro, la normativa pide que tomen medidas de higiene como llevar el pelo recogido, vestir ropa de trabajo que se lave a temperatura elevada cada día y, sobre todo, estar pendientes de posibles casos de niños y adultos del centro para lo que les exigen contar con termómetro y botiquín de primeros auxilios.

Sin duda las encargadas de las guarderías, un sector mayoritariamente femenino, han contado con estas indicaciones para lo que han tenido que adaptar sus espacios e, incluso, han sumado ideas propias, como una alfombra desinfectante para el calzado, contar con un calzado infantil exclusivo para el centro o pantallas faciales para las educadoras.

En esta nueva normalidad, la opinión general de los profesionales de la educación infantil "ahora con las puertas abiertas, es bastante buena". Afirman que se han podido adaptar, aunque no sin dificultades, porque para ello han asumido una inversión que ronda los mil euros después de tres meses sin ingresos. Así algunas han tenido que incrementar sus cuotas mensuales y muchas continuarán con personal en ERTE hasta que la situación se estabilice.

Desvelan que había ganas de retomar la actividad y estar con los niños "que a pesar de las mascarillas, nos reconocen y están muy contentos de volver" asegura Patricia Betrián. Aunque, bien es cierto, que no se les escapa a estos profesionales que la situación a la que se enfrentan es complicada "y tenemos sentimientos enfrentados", pero la presión o necesidad de los padres les ha ganado, "es la única manera de solucionarles la papeleta".

Betrián explica que los centros abiertos están recibiendo muchas llamadas de padres de alumnos de las guarderías cerradas, como las públicas, para pedirles una plaza este verano porque, además, se prevé que apenas hagan vacaciones. "Nosotros solo cerramos la semana de San Lorenzo y así lo haremos este año también, pero hay otras que estarán en marcha todo agosto" defiende la responsable de Club Minie.

El ejemplo de estos casos es el de Ara, de casi 3 años, que iba a una guardería pública, actualmente cerrada, por lo que ahora sus padres, ambos trabajando, han decidido llevarla a Zimbel para poder conciliar pero además afirman que les da seguridad las medidas que se han tomado.

Por otro lado, Patricia Betrián recuerda que ni los padres ni los centros están contando con ningún tipo de ayuda y es una reclamación antigua que se está haciendo muy presente con la crisis del coronavirus.

En las últimas semanas, la Patronal Aragonesa de Centros de Educación Infantil (Pacei) y los sindicatos CCOO, UGT y Fsie enviaron sendos escritos conjuntos al presidente y al consejero de Educación de Aragón para pedir, en el contexto de la pandemia, medidas urgentes que garanticen la viabilidad de estos centros educativos de 0 a 3 años y también el mantenimiento del empleo "en la base del sector educativo, de vital importancia en el desarrollo físico, afectivo, social e intelectual de quienes conformarán la sociedad del mañana".