Huesca

CRISIS DEL CORONAVIRUS

Los bares de copas de Huesca reabren poco a poco y los resultados no son muy halagüeños

La gran diferencia entre unos establecimientos y otros es disponer o no de terraza

Los bares de copas de Huesca reabren poco a poco y los resultados no son muy halagüeños
Los bares de copas de Huesca reabren poco a poco y los resultados no son muy halagüeños
R.G.

HUESCA.- Tras casi cuatro meses de parón, los bares de copas comenzaron a reabrir la semana pasada aunque los resultados de estos primeros días van por barrios. Aquellos establecimientos que han podido colocar terrazas han recogido bastante más frutos que aquellos que no pueden y se tienen que limitar a un aforo del 50 por ciento y sin zona de baile, señaló Silvia Fernández, gerente de la Asociación de Hostelería.

Alrededor de la mitad de los 12 bares nocturnos asociados reabrieron la semana pasada (Casa Juan, Palmar, Cantina, Monasterio y Edén), mientras que esta semana se prevé que lo haga el Warhol.

La gerente de la Asociación de Hostelería quiso destacar en primer lugar el estricto cumplimiento de las normas covid que están llevando a cabo los bares, con zonas delimitadas y control de aforo. Además, todos han recibido formación, han instalado cartelería y han logrado el sello Hostelería Segura.

Efecto de ello, agregó Fernández, es que la Policía ha inspeccionado los bares sin que hubiera incidencias.

Además, uno de los principales miedos del sector -el cumplimiento de las normas por parte de los clientes- se ha disipado, al menos estos primeros días. "La gente se ha comportado bastante bien dentro y fuera (en las terrazas)", declaró Fernández, aunque las mascarillas costaba un poco más.

A pesar de que los establecimientos con terraza tuvieron buenos resultados, la gerente de Hostelería apostilló que, "en general, había poca gente y económicamente a veces ni siquiera para cubrir gastos".

En esa situación está uno de los bares con más capacidad de Huesca, El Edén, donde ahora pueden entrar 85 personas, de las 170 de su aforo. Carlos García explicó que el aforo máximo se ha rozado "continuamente, pero no se veía mucha más gente" y las colas eran infrecuentes.

Para García, "la gente aún tiene un poco de miedo" y el consumo no fluye tan alegre como antes, probablemente por las repercusiones económicas que la covid tiene o va a tener en casi todos.

La mascarilla era el principal problema, pero García también precisó que "cuando se lo recuerdas", la gente "en seguida" cumple.

La situación presente no es la mejor -"no se hace caja suficiente"- y las expectativas tampoco son muy halagüeñas: "Esto va a durar así y eso que estamos pocos abiertos y, por lo tanto, debería haber más gente en cada uno".