Huesca

VIVIENDA

El mercado inmobiliario mantiene en Huesca los precios y la demanda pese al coronavirus

Los agentes acusan la falta de oferta en la capital oscense y, en general, se buscan inmuebles con terraza o jardín

El mercado inmobiliario mantiene en Huesca los precios y la demanda pese al coronavirus
El mercado inmobiliario mantiene en Huesca los precios y la demanda pese al coronavirus
R.G.

HUESCA.- La demanda de vivienda en Huesca se mantiene y, además, la oferta escasea, por lo que los precios tampoco se han movido a la baja a pesar de la pandemia por la covid-19. Esta es la situación de la capital, que no difiere mucho de lo que sucede en zonas del Pirineo donde, aunque hay más opciones a la venta, tampoco han caído las valoraciones y además siguen teniendo a muchos clientes que buscan un apartamento con terraza o una casa con jardín. Lo cierto es que estos dos últimos apellidos cada vez se piden más como requisito tras el confinamiento.

"Nuestra actividad ha sido muy positiva. Esperábamos un parón importante que no se ha producido y ahora la duda es qué pasará en septiembre cuando los ertes terminen. Pero el mercado no se ha parado. Hay mucha demanda pero ahora el problema es que hay poca oferta a la venta", señala Javier Caudillo, de Pirineos Casa en Huesca.

"No sé realmente qué pasa porque los precios, si hacemos caso a lo que dicen algunos economistas, debería de bajar, pero aquí los precios no se han tocado. En las valoraciones que hacemos no bajamos ni un euro, porque entendemos que no está el mercado en Huesca para eso. Tampoco habían subido los precios como para volverlos a bajar", indica. Caudillo explica que la situación es muy distinta a la que se ha producido en ciudades como Madrid o Barcelona o en lugares de costa, donde los precios habían vuelto a subir a niveles del boom inmobiliario que desembocó en la crisis de 2008. Según detalla, con la última crisis los precios cayeron un 43 %, pero solo se han recuperado 12 puntos. "Los precios aquí, no se van a tocar, otra cosa es que el mercado obligue", señala.

Pero no parece que vaya a ser así cuando la demanda de compra se mantiene y también la del alquiler, donde apenas hay oferta en la capital. "No sé a qué espera la gente, igual piensa que ahora no se está vendiendo nada, cosa que no es cierta porque la demanda sigue estando. Nosotros tenemos un problema de producto, de oferta", recalca. En Huesca, el cliente busca primera vivienda, sobre todo pisos de 3 y 4 habitaciones; y en el Pirineo, donde trabajan desde Jaca, segunda.

Incluso en el entorno en la capital (Tierz, Chimillas, Alerre, Banastás...), "la gente ha vuelto un poco la vista a los pueblos. Casas y chalés que teníamos parados hace tiempo, ahora la gente se ha animado y los ha comprado. Ha habido un revulsivo de la demanda que compra ese tipo de producto, pero también es escaso", comenta Caudillo.

Desde Pirineos Casa comercializaron dos fases de unifamiliares en Monflorite y ahora, "estamos convenciendo" al promotor para que hagan una promoción de 17 viviendas unifamiliares. "La demanda está subiendo y tendría una salida fácil y rápida. La gente busca este tipo de vivienda, siempre que se hagan a un precio asequible".

"La sensación que tengo es que ha cambiado poco o nada la situación del mercado inmobiliario. Después del confinamiento, estamos recibiendo tanto a propietarios que quieren vender como a compradores y la respuesta del mercado es que sigue prácticamente igual, aunque es verdad que en venta no hay mucha oferta", explica Rubén Blasco, de Garlan Servicios Inmobiliarios. Como curiosidad, explica que trabajan con servicios bancarios (inmuebles procedentes de embargos u otras situaciones), que durante este tiempo dieron facilidades para reservar pisos con una aportación económica sin verlos, a condición de que el primer día que se pudiera ver, lo vieran y si no les gustaba devolvían en dinero; y ha funcionado. "La gente sigue con ganas", indica.

También se ha mantenido la demanda en el mercado del alquiler, en el que apunta que la oferta ha aumentado. Por ejemplo, si antes solo había 8 o 10 pisos anunciados en un portal inmobiliario, ahora hay treinta, pero lo achaca más a pisos de estudiantes que han quedado libres que a las consecuencias de la pandemia. Durante el confinamiento también siguieron recibiendo llamadas y desde el primer día en que se autorizó, han enseñado pisos.

En el Pirineo, "la idea de compra es la misma que se tenía antes pero dándole más importante a la terraza y al jardín. Sigue habiendo vendedores y compradores. Y, de momento, no hay movimientos de precio", indica Francisco Marcelino, desde Fincas Jaca. A su juicio, cree que en esta situación la montaña da más seguridad que la playa, y que eso se nota en la demanda de pequeños inversores que cuentan con 100.000 o 200.000 euros para comprar un apartamento, al que le quieren sacar una rentabilidad. Y tiene a la venta desde 60.000 euros con tres habitaciones a chalés de 500.000 euros.

"Como siempre, la primera residencia es una minoría de la demanda y la segunda se mantiene porque aquí compra mucho gente de clase media a la que, por el momento, no le ha afectado la crisis", indica, en alusión a los millones de funcionarios y jubilados de este país, que mantienen su poder adquisitivo. Cuentan con mucha demanda de vascos, zaragozanos, madrileños y navarros.

"La gente está con ganas de salir de las ciudades y desde el confinamiento ha ido muy muy muy bien. Había mucha gente que quería venir a ver casas. Ha sido una locura", recalca José María Carraz, de Iberkasa, en Aínsa, aunque apunta que se ha notado un frenazo en la última semana por las restricciones de movilidad en zonas como Cataluña, por ejemplo, de donde proceden buena parte de los compradores de que fijan en esta zona. "Los precios también se mantienen, pero la venta ha subido muchísimos estos dos meses", asegura.

También resalta que el cliente busca un piso con terraza y vistas o una casa con un jardín, aunque sea de 15 o 20 metros cuadrados. Y no siempre se decantan por pueblos pintorescos del Pirineo, ya que ha vendido propiedades en localidades como Estadilla, Estada... a gente mayor (sobre todo de Cataluña) que busca pueblos con un mínimo de servicios como farmacia, cajero, tienda... y que valoran la proximidad del Hospital de Barbastro para poder hacerse revisiones con comodidad. En este tipo de pueblo, fuera de las áreas más turísticas, por 40.000 o 60.000 euros puedes encontrar una casa antigua; y hay una demanda creciente.