Huesca

RIBAGORZA - #PUEBLOSACTIVOS

Lascuarre: belleza en el paisaje, dinamismo empresarial y una gran unión entre sus vecinos

Su privilegiada situación en la parte baja del Valle del Isábena le proporciona un clima agradable en invierno y en verano

Lascuarre: belleza en el paisaje, dinamismo empresarial y una gran unión entre sus vecinos
Lascuarre: belleza en el paisaje, dinamismo empresarial y una gran unión entre sus vecinos
E. F.

LASCUARRE.- Cari y Luci eligieron para instalarse la localidad de Lascuarre, en pleno valle del Isábena, por su belleza. Con el tiempo, montarían su taller de cerámica "El Portalet". "Nos trajo aquí el paisaje". Óscar Pérez regresó a sus orígenes desde Barcelona por elección. Después de dos décadas, está encantado con su decisión y es el "alma mater" de la vida social de Lascuarre como gestor del Centro Social y la piscina, donde prepara los cócteles más codiciados de la comarca. "No es el sitio donde se nace, sino donde uno elige vivir y trabajar", comenta mientras destaca "la unidad" que hay entre los vecinos, unos 130, que forman "una gran familia", asegura Cari. Laura Rivera salió de Lascuarre para formarse y, de vuelta a los pocos años, preside la Asociación Cultural de Lascuarre. "Siempre ha habido implicación por parte de todos, pero la asociación la hace oficial", asegura respecto a una población muy dinámica socioculturalmente, pero también en lo empresarial para garantizar su futuro.

Lascuarre es un pequeño municipio dentro de la Comarca de la Ribagorza, situado en la parte baja del valle del Isábena, a 2 Kilómetros de la carretera que va hacia Bonansa, y al lado de la carretera que continúa hacia Castigaleu. Se encuentra a 648 metros de altitud sobre el nivel del mar, lo que le proporcionan un clima agradable, tanto en invierno como en verano. Está asentada en una pequeña colina situada entre dos barrancos de notable profundidad, el Barrán de La Creu y el Barrán de Sabró. El castillo de Lascuarre; la ermita de la Piedad o Convento Trinitario; la Iglesia Parroquial de La Asunción o la Torre de los Moros son algunos de sus elementos patrimoniales más destacados, aunque sin duda son sus gentes lo más valioso.

"Llevo aquí dese febrero de 1997. Cuando vine de Barcelona no quería llevar nadie el centro social y lo cogí yo. En 2001, se hizo la piscina que fue todo un revulsivo para Lascuarre", relata Óscar respecto a estos dos espacios emblemáticos para los vecinos. En especial, el centro social, que lleva décadas siendo el corazón de Lascuarre. "Ha existido siempre, o yo siempre lo visto y tengo ya 50 años. Allí se reúnen los mayores y los jóvenes, es un ejemplo de integración entre generaciones. Nos llevamos todos bien, pese a que se intercambian opiniones. También se pulsan proyectos. Es un punto de encuentro para organizar actividades, de diversión. Aunque ahora con el Covid hay menos actividad, siempre se hacen cosas. La cena de fin de año es uno de los momentos más esperados. Viene todo el mundo, más de 100 personas. Nos juntamos todos", cuenta el responsable de este espacio, quien apunta a otros momentos importantes para socializar en Lascuarre. Así, marcan el calendario la Feria de San Martín, la ferieta de abril, las fiestas de agosto o Santa Águeda, entre otros momentos. "Es un sitio de reunión para organizar cualquier cosa que surge, siempre con la Asociación Cultural de Lascuarre que nos reunimos aquí", detalla, resaltando el buen ambiente. "Cada uno tiene su propia personalidad, pero nos conocemos y nos respetamos todos con las diferencias que podemos tener", explica satisfecho de su trabajo en permanente contacto con los vecinos y, siempre con la colaboración del Ayuntamiento.

"He visto ya tres alcaldes en estos años y nada que decir, siempre muy bien", asegura refiriéndose también a la buena marcha de la piscina, incluso este año con las restricciones propias de la crisis sanitaria. "Se han hecho las adaptaciones necesarias que ha marcado sanidad y se ha puesto en marcha. Me ha sorprendido la buena respuesta de la gente, que se ha organizado con mucho sentido común. Yo también me adapto a los horarios, pero hay mucho respeto. Los niños vienen por la tarde, los mayores por la mañana. Y hay gente que viene a nadar a primera hora", puntualiza Óscar, siempre servicial como a la hora de elaborar sus afamados cócteles. "Sobre todo, toman Gin Tónic y Mojito, que los hago con una espuma de limón que elaboro yo mismo, pero también hago otros sin alcohol como el San Francisco, que está teniendo mucho éxito, sobre todo entre las mujeres", relata.

Cari y Luci llegaron a Lascuarre procedentes de Lérida buscando la calidad de vida de un entorno rural y no les ha decepcionado. "Nos trajo aquí el paisaje, luego compramos la casa y llevamos ya 32 años. Si no acompañara el ambiente no nos habríamos quedado. Esto es como una familia y el roce hace el cariño", aseguran como vecinas y como parte del tejido social y empresarial de Lascuarre, ya que su trabajo a través de la cerámica tiene un amplio recorrido. "Trabajamos para tiendas y vamos a ferias, con la Asociación Profesional de Artesanos de Aragón, y también hacemos talleres para niños y adultos", nos cuentan aludiendo a "La Magia del Barro en Lascuarre", jugando con el eslogan de la Magia de Huesca. "Es agradable vivir y trabajar aquí".

El territorio está muy presente en sus creaciones artísticas. Los quemadores de incienso que elaboran adoptan formas de chimeneas aragonesas, tradicionales cocinas económicas o estufas de leña, casitas o dragones. Modelan animales, letreros para plasmar el nombre de las casas y, en los últimos tiempos, reproducciones de patrimonio artístico de la zona como la ermita de San Martín o la parroquial iglesia de La Asunción.

La Asociación Cultural de Lascuarre, creada en enero de 2015 y que preside Laura Rivera tiene como objetivos principales organizar y realizar actividades culturales en el municipio; promover y apoyar actividades e iniciativas a favor del desarrollo de la cultura, del ocio y el tiempo libre del municipio; favorecer la participación e interrelación entre todos los vecinos y vecinas, así como de las personas especialmente vinculadas a éste; y cualquier otro fin que suponga el impulso, fomento y difusión del territorio. Para cumplir estos fines, el colectivo realiza las actividades de animación comunitaria, ocio, tiempo libre y culturales del municipio y, de forma específica, organiza las festividades de Santa Águeda y Carnaval, las Fiestas Mayores y la Fira de San Martín. "Santa Águeda y Carnaval fueron las últimas fiestas que hicimos. De momento, siguiendo la normativa, hemos paralizado la agenda, incluso de las fiestas mayores. En lugar de camisetas, este año repartiremos mascarillas de Lascuarre durante estos días festivos", explica apelando a la prudencia y a celebrar el año próximo con mayores garantías.

Una decisión que han entendido perfectamente los vecinos, que también en esto, van a una. "Siempre hemos ido todos a una, es la filosofía del pueblo y es fundamental. Lo que hace la asociación se ha hecho siempre y siempre de forma desinteresada porque lo hacemos para todos y luego lo disfrutamos juntos", comenta destacando también la respuesta a sus propuestas festivas y feriales por parte de los pueblos del entorno. "Claro que estamos abiertos. Nos encanta que venga la gente de fuera. De hecho, también se hace con esa idea", asegura la flamante presidenta arropada por todo el pueblo y, en especial, por los asociados, que superan ya los 70, más de la mitad del censo.

DINAMISMO ECONÓMICO

Los vecinos de Lascuarre apuestan por permanecer en la localidad como muestra el dinamismo empresarial de la población diversificado en distintos sectores. Así, se mantienen las explotaciones agropecuarias familiares, dedicadas a la cría de ganado porcino, vacuno, ovino, avícola, equino, cunícola y apícola junto con el cultivo de cereales tradicionales, sobretodo cebada y otros cultivos oleaginosos y herbáceos. De forma testimonial se conservan el cultivo de huertos y árboles frutales para el autoabastecimiento de frutas y hortalizas. También se cultivan minoritariamente olivos y almendros que sin duda tuvieron una gran importancia económica en el pasado. Tan sólo se conserva una pequeña viña en Lascuarre a pesar de que fue un cultivo muy extendido hace apenas 50 años. La mecanización agraria y escasa productividad provocaron el arranque de numerosas viñas y plantaciones de almendros y olivos. El sector de la construcción tiene un peso considerable con tres empresas con sede en Lascuarre. También la agroalimentación está presente en Lascuarre, con hornos de pan y elaboración de productos integrales en varias casas. La artesanía forma parte también del tejido productivo de la población, donde el turismo cobra importancia de la mano de una decena de alojamientos de turismo rural y apartamentos de alquiler.