Huesca

CONSECUENCIAS DEL CORONAVIRUS

El momento crítico de las ferias, con familias que ya van a Cáritas

El sector no trabaja en Aragón desde marzo y espera retomarlo en otoño

El momento crítico de las ferias, con familias que ya van a Cáritas
El momento crítico de las ferias, con familias que ya van a Cáritas
R.N.

HUESCA.- De ser una familia de lo más normal y corriente a tener que ir a pedir comida a Cáritas. Esta es la situación de algunas que viven de las ferias, un sector que está en el dique seco desde el estado de alarma y que no podrá volver a trabajar en Aragón hasta, como mínimo, el 30 de septiembre por la orden de la DGA prohibiendo estas actividades.

Y octubre, con los rebrotes de coronavirus de las últimas semanas y unas previsiones no muy alentadoras, tampoco pinta bien. Según explica el presidente de la Coordinadora de Feriantes de Huesca, Iván Sada, "el problema es que no se ve la luz al final del túnel. Si fuera un verano (de parón), nos hacemos a la idea y ya", pero la incertidumbre de cuándo podrán retomar su medio de vida es una de las peores cosas.

Sada reclama sobre todo que las Administraciones, en especial los ayuntamientos, les dejen trabajar si presentan planes sanitarios que sean validados por Sanidad. Y resalta que los protocolos en los que trabajan van incluso más allá de los estándares mínimos (mascarilla, geles y distancia de seguridad) e incluyen medidas como control de aforos, un único sentido de giro en las atracciones, desinfecciones de las instalaciones y 4 metros cuadrados para cada ocupante.

Pero no es esta la única complicación para los feriantes, que este año esperaban San Lorenzo "como agua de mayo" tras tres meses de estado de alarma, pero se han quedado sin poder trabajar.

Sada explica que el gremio no está englobado en ningún epígrafe concreto (hostelería, turismo, ocio...), lo que supone dos graves consecuencias. Por una parte, las familias que viven de las ferias no tienen ninguna ayuda al margen de la genérica para autónomos, a diferencia de las que sí reciben muchos sectores. Y solo la ayuda de 600 euros para autónomos es a todas luces insuficiente "si tienes hipoteca, hijos...". De allí que algunos de los feriantes más afectados por el parón total hayan podido comer gracias a entidades sociales. "Son familias que están yendo a Cáritas y hace 6 meses llevaban una vida normal", lamenta el presidente de la Coordinadora.

Además, muchos feriantes compaginan la campaña de ferias con otras actividades a lo largo del año, por lo que en algunos casos ni siquiera perciben la ayuda genérica para los autónomos.

La segunda implicación de no estar en ningún epígrafe económico es, aparte de no tener ayudas propias como la mayoría de sectores, la ausencia de normas que regulen su regreso a la actividad, lo que lleva a situaciones paradójicas como que "no se nos permita abrir una churrería cuando la hostelería ya ha abierto". La Coordinadora lamenta la discriminación entre actividades similares o iguales en cuanto a público que se congrega y que unos puedan volver y otros no.

La esperanza del sector, si la DGA no prorroga la prohibición, es ya casi de cara a Navidad, porque octubre "puede ser demasiado precipitado" por la evolución actual de la pandemia y, remarca Sada, "la salud es lo primero". La intención es poner pequeños parques con unas pocas atracciones (como el de San Antonio) en localidades de toda la provincia con los protocolos sanitarios descritos. Eso sí, "el sector se va a ir a la ruina" tras meses "paralizado al 100 %" y con unos gastos para reactivar la actividad que pueden oscilar "entre los 3.000 y 4.000 euros".