Huesca

CRISIS DEL CORONAVIRUS

El cierre del ocio nocturno, "una vuelta de tuerca más" para el sector

Huesca de Noche reclama nuevamente ayudas específicas para los bares de copas porque, a diferencia de otros negocios, ni siquiera pueden abrir

El cierre del ocio nocturno, "una vuelta de tuerca más" para el sector
El cierre del ocio nocturno, "una vuelta de tuerca más" para el sector
R.N.

HUESCA.- El cierre del ocio nocturno pactado por el Gobierno central y todas las comunidades sitúa al sector como al comienzo del estado de alarma pero con muchos recursos ya gastados para mantenerse sin actividad durante estos cinco meses en los que apenas ha podido reabrir unas pocas semanas.

Con un horizonte tan incierto como oscuro, el representante de Huesca de Noche, Miguel Ollés, reclama ayudas específicas para el sector porque, a diferencia de otras áreas económicas, los bares de copas "están obligados a cerrar" y no pueden ni siquiera funcionar a medio gas como otros negocios.

"Necesitamos medidas concretas para el ocio nocturno. Si estamos obligados a cerrar, que nos den ayudas a fondo perdido porque si no, muchos bares cerrarán", afirmó Ollés, recordando las peticiones de Ramón Más, de la Federación Nacional de Ocio Nocturno y España de Noche. Ollés criticó que el Ayuntamiento oscense "vuelva a meter al ocio nocturno en el mismo saco" que los otros sectores a la hora de las ayudas, insistiendo en que los bares de copas están cerrados y, por tanto, necesitan otras específicas.

En cuanto a la posibilidad que había para que los bares de copas pudieran abrir en Huesca en horario de cafetería y poner terrazas, Ollés apuntó que ahora, con la prohibición, ya da igual y que, de todas maneras, "casi es peor abrir" en estas condiciones porque se pierde dinero. Además, algunos bares no pueden ni abrir como cafetería ni poner terrazas. Ollés aclaró que sí está a favor de la medida pero pidió que la actuación del Ayuntamiento no se limite a esto porque "no es suficiente ni rentable".

Apuntó que los bares de copas con mayores problemas serán los que tengan muchos empleados y aquellos que tengan gastos fijos, con especial alusión al alquiler. Esas ayudas específicas que reclama el sector deben contemplar también el alquiler y otros gastos inamovibles pese a la ausencia total de ingresos. "Hablamos de subsistir", resumió Ollés, que también pide medidas a la DGA. En cambio, los negocios "con mayores posibilidades de sobrevivir" son los que sean propietarios del local y en los que trabaje la familia.

El futuro no presagia nada mejor. "Nadie tiene certidumbre sobre nada y, entre cierres y reaperturas, el agujero cada vez se hace más grande. El que pueda irse a otro sector, se irá".

Por su parte, Juan Carlos Peralta, propietario de tres bares de copas (Twister, Street y Bohemia), juzgó la medida del Gobierno central y las autonomías de "una vuelta de tuerca más" para un sector al que "no dejan abrir pero cobran los impuestos al 100 por 100. No es normal".

Al igual que Ollés, Peralta ve un futuro "incierto": "No sabemos cuánta duración tendrá (el cierre) y, por eso, no podemos plantearnos nada. No es lo mismo que dure ocho meses, dos años o cinco".

Dentro de esta incertidumbre no deja de estar más que claro que el otoño e invierno van a ser muy duros porque, incluso aunque se pueda abrir como cafetería o con terrazas, "no es lo mismo y en el interior es al 50 % y sin barra", por no hablar de que con el frío, el uso de las terrazas cae.

Esta situación hace que Peralta opine que "casi lo mejor" sea volver a un cierre obligatorio como con el estado de alarma, pero, eso sí, con ayudas para que los establecimientos no tengan que cerrar definitivamente, perdiéndose por el camino esos puestos de trabajo.

Peralta abogó porque el cierre de los bares de copas se mantenga hasta que reabrir sea seguro sanitariamente.

Un bar de Peralta que sí puede reabrir es el Central, pero, paradójicamente, es el que "más preocupa" porque las condiciones "precarias" para abrir -aforos limitados, sin barra, horario limitado a la 1...- hace que esté abierto "a pérdidas", manteniéndose "a base de poner dinero" y con el fin de "no perder clientes". "Cuesta mucho ganar un cliente y muy poco perderlo", afirmó.

LA PROHIBICIÓN DE FUMAR, "UN DESASTRE TOTAL"

A juicio de Ollés, la prohibición de fumar en terrazas si no se mantienen los 2 metros es "un desastre total". "Hay que hacerlo, pero la gente se irá al banco o a la esquina más cercana", agregó.

Reparó Ollés en otro problema de esta prohibición, que es quién controlará el cumplimiento. "No queremos ser policías con nuestros clientes. No es nuestro deber y es muy grave, que la ley la vigile quien la tenga que vigilar", expuso.

"Hay clientes que ya me han dicho que no van a volver", resumió Peralta sobre el impacto económico de esta medida.