Huesca

QUIÉN SOY

Raúl Bernal Belarra: Un niño artista que encontró el chocolate

“Como es un oficio muy manual, que tiene una parte muy artística, me enganchó”

Raúl Bernal Belarra: Un niño artista que encontró el chocolate
Raúl Bernal Belarra: Un niño artista que encontró el chocolate
S.E.

Un artista en potencia se escondía dentro del pequeño Raúl Bernal Belarra, que no encontraba forma de desarrollar sus aptitudes en el colegio y sí la halló al descubrir la pastelería, y en concreto el chocolate, un mundo que se le abrió de par en par, le nombró maestro y le ofreció un camino de trabajo y éxito.

Raúl nació en Huesca el 25 de enero de 1983. Es el segundo hijo de Gonzalo e Isabel, que ya habían tenido a Gonzalo y luego llegaría su hermana Susana. Una familia en la creció feliz y donde le inculcaron buenos valores y aprendió la importancia del esfuerzo y el trabajo.

Era básicamente, dice, "un buen crío. Aunque fuera un poco trasto y mal estudiante, tenía buen fondo", y destacaba por ser muy divertido. Del colegio guarda los buenos ratos con sus amigos, compañeros ya desde la guardería San José, luego en Salesianos y para siempre. Disfrutaban jugando al baloncesto, al fútbol o charlando en un banco mientras comían pipas. Recuerda con especial cariño los sábados en el Club de Amigos de Salesianos y los campamentos de verano que se organizaban en Villanúa. Otros días especiales eran cuando les daban entradas para los partidos del Peñas, con aquel ambientazo en el pabellón del parque -"no cabía un alfiler"- o, en Navidad, los bocadillos de barra del París después de la cabalgata y con la ilusión de la noche de Reyes.

Le gustaba emplear su tiempo y empezó a tocar de oído el bajo que su hermano no usaba. Con una capacidad enorme para lo que le interesaba, fue aprendiendo y "poco a poco" se fue "liando" hasta formar parte del grupo de rock Au d"asti. Grabaron un disco y ofrecieron conciertos en Huesca, Zaragoza y Madrid, una época de la que tiene un buen recuerdo. La música sigue en su vida a través de la Cofradía del Santo Cáliz, donde toca el bombo, y por la que sigue vinculado a Salesianos.

A Raúl ya entonces le atraía todo lo relacionado con el arte, el dibujo, la restauración... y su imaginación siempre ha sido desbordante, pero en el colegio no se sentía "cómodo". Opina que no se potenciaban las aptitudes: "O eras listo o eras tonto. Ahora sí se valora que cada uno tiene su sitio en la vida".

Según recuerda, "desde el primer momento dije que no quería estudiar. Quería trabajar, que es lo que he visto en casa, no estar viéndolas venir, eso que aguantas y aguantas...". Conoció a unos pasteleros y a los 16 años entró de aprendiz. "Al final, como es un oficio muy manual, que tiene una parte muy artística, me enganchó". Tenía la inquietud de aprender más, buscar los porqués, y el libro "Los pasteleros del siglo XXI" le llevó a estudiar en la Escuela de Pastelería del Gremio de Barcelona a los 23 años, dejando un trabajo fijo. "Aluciné con todo lo que había". Tanto se metió que llegó a ser profesor del centro y su curriculum incluye, entre otros logros, el trofeo Lluís Santapau 2011 al Mejor Maestro Chocolatero, ser el Chef Chocolatero de Chocovic, y lograr su reto:abrir su propio negocio en Huesca, Lapaca. Paquito el Chocolatero sublimado.