Huesca

CRISIS DEL CORONAVIRUS

Marta Polo, enfermera de la UCI del San Jorge en Huesca: "Vivimos momentos muy emocionantes acercando a los pacientes a sus familias"

Desarrolla junto a sus compañeros un programa para humanizar las estancias de larga duración durante los peores días de la pandemia

Marta Polo, enfermera de la UCI del San Jorge en Huesca: "Vivimos momentos muy emocionantes acercando a los pacientes a sus familias"
Marta Polo, enfermera de la UCI del San Jorge en Huesca: "Vivimos momentos muy emocionantes acercando a los pacientes a sus familias"
S. E.

HUESCA.- Ya sabían curar los cuerpos y quisieron curar también las almas. Y lo siguen haciendo. El equipo de la UCI del Hospital Universitario San Jorge de Huesca lleva desarrollando un cuidado programa de acercamiento de los internos a sus familias durante su ingreso que comenzó en los peores momentos de la pandemia y que ha llegado para quedarse. Así lo relató una de las profesionales de esta unidad, Marta Polo, enferma, en el VII Simposio Aragonés de Comités de Ética celebrado recientemente y que organizan el Comité de Bioética de Aragón, la Red de Comités de Ética Sanitaria de Aragón y la DG de Derechos y Garantías de los Usuarios del Gobierno de Aragón.

Como asegura Polo, miembro también del Comité de Ética Asistencial de Huesca, esta iniciativa surgió con el fin de "humanizar la atención a las familias de los pacientes ingresados por covid". La llegada del virus, señala Polo, supuso todo un cambio en la UCI del hospital oscense. "Teníamos una ocupación de once camas, atendíamos a pacientes quirúrgicos, respiratorios y coronarios con una ocupación del 60 % y un equipo de siete médicos, 4 residentes, 23 enfermeras residentes y 18 auxiliares, además celadores y un equipo de limpieza", explica Polo.

Todo comenzó, recuerda, el 19 de marzo, con el ingreso del primer paciente. "Entonces no lo sabíamos, pero comenzaba una etapa de cambio y la peor época de nuestra vida laboral. El personal de enfermería pasó a casi 50 personas, no nos quedó más remedio que improvisar, se habilitaron dos nuevas zonas para pacientes que requerían UCI, un área de quirófano para pacientes no covid y un área en el paritorio con cuatro camas para pacientes covid. Personalmente, pensé en la paradoja que suponía que un paritorio, hasta donde yo conocía, un lugar donde se respira vida, pasaba a ser un lugar donde había pacientes que luchaban por sobrevivir", comenta la profesional.

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Llegaron así momentos "de gran incertidumbre e inseguridad, momentos muy duros debido a la falta de material y de personal". Al principio, explica Polo, se centraron "en lo urgente, que era conseguir material y aumentar la plantilla de la UCI". "Pero no nos podíamos olvidar de algo importante que estaba pasando, era la sensación de aislamiento y abandono que tenían tanto los pacientes como los familiares". "Muchos de los enfermos que habían ingresado en nuestra UCI Se fueron de sus casas sin despedirse de sus familias y pensando que la situación no iba a ser tan grave –prosigue la enfermera- las familias quedaban en sus casas confinadas, angustiadas, esperando la llamada de unos minutos de cada día donde se les comentaba el estado médico de su familiar".

Ante esa situación, Marta y sus compañeros decidieron que no estaban dispuestos "a que la covid restara humanidad" a esa situación. Lo que estaban viviendo entonces les sirvió así como base de un proyecto de mejora que ya tenían en marcha en la UCI y que se basaba en la humanización de los cuidados intensivos.

"CONOCIMOS A MUCHOS DE NUESTROS PACIENTES"

Así, articularon todo ello en torno a cinco iniciativas. La primera fue así la adquisición por parte del centro de las tablets con las que realizaban las videollamadas y que fueron destinadas no solo a la UCI, sino también a otras unidades hospitalarias. "Había hijos que tenían que trabajar y respetábamos los horarios de salida de niños y mayores en aquella ya lejana fase de desescalada", recuerda Polo.

Gracias a estas videollamadas, señala, "conocimos a muchos de nuestros pacientes, su historia, sus aficiones, sus gustos musicales… pretendíamos sobre todo acercar a las familias a nuestros pacientes aislados". Ella y sus compañeros se convirtieron así, afirma, "en la voz de nuestros pacientes, los cuales, o estaban conectados a un respirador o no podían hablar porque les habían hecho una traquotomía". Al principio, recuerda, no resultaba fácil la comunicación, "tanto por las mascarillas como por las pantallas, pero al final lo conseguimos y vivimos momentos muy emocionantes".

EN FAMILIA EN TORNO A LA TABLET

Así, recuerda momentos como el de toda una familia que se reunió para poder ver a su familiar después de muchos días ingresado "o cómo veíamos a diario el momento del baño de los nietos de Antonio, conseguimos ver los campos de Pilar en Biescas y la familia de Ángel pudo ver casi en directo el momento en el que decidimos después de 72 días ingresado, sacar a Ángel a una pequeña terraza que tenemos allí y pudimos ver el reflejo del sol en su cara. Nos convencimos de que hay paseos que curan".

Recibieron así "mensajes de cariño, de buenos días, de buenas noches, fuimos testigos de mensajes íntimos entre padres e hijos y siempre nos mandaban también mensajes a nosotros para que nos protegiéramos y cuidáramos, tan bonitos como el de la hija de Mario, que nos decía 'gracias por ser luz en la oscuridad'".

Junto a las videollamadas, el personal de la UCI del Hospital Universitario San Jorge de Huesca quiso mandar también un mensaje de esperanza y positividad y para ello grabaron un emocionante y divertido vídeo utilizando la canción de Macaco "Seguiremos", que se hizo viral y les valió incluso una felicitación del propio artista. "Pretendíamos acercar a las sociedad y a las familias de nuestros pacientes a nuestro ambiente de trabajo y la verdad es que lo conseguimos, fue muy bien aceptado, tuvo una gran repercusión e incluso el cantante de Macaco nos felicitó por nuestro trabajo ya que la base del video era una de sus cancione", relató Polo.

El cuarto paso, por otra parte, fue redactar una breve carta de condolencia que hicieron llegar a todas las familias que habían perdido a alguno de sus miembros. "Por un lado, era una forma de ayudarles a iniciar el duelo, ya que no se pudieron despedir de sus familiares y por otro, de decirles que sus familiares nunca estuvieron solos, que les atendimos con todo el cariño que pudimos y que éramos conscientes de la difícil situación que tuvieron que vivir", expresa esta profesional, que recuerda también que, afortunadamente, "muchos pacientes salieron de nuestra UCI y se siguen recuperando", por lo que no fue necesario enviar la misiva.

"VOLUNTAD Y ESFUERZO" PARA MEJORAR

Puso así como ejemplo al empresario oscense y presidente de la Federación de Polígonos de Huesca, Ignacio Almudévar, quien estuvo internado 35 días.Almudévar intervino también en la charla de manera virtual para agradecer los buenos cuidados y el trato recibidos, recordando que había sido "fundamental" el trabajo del equipo de rehabilitación, como también lo es "la voluntad y el esfuerzo que tenemos que poner los pacientes, como voluntad y esfuerzo total fue el que puso el equipo de la UCI del hospital San Jorge de Huesca para nuestra recuperación".

"Fuisteis capaces de darnos mucho cariño a todos los pacientes que allí estábamos, vuestros ojos y vuestra mirada hablaban sin pausa, vuestras manos nos acariciaban, vuestros gestos eran nuestro guía, los mensajes que nos traíais de personas del exterior y como no las video llamadas eran el momento más esperado del día, solo queda deciros una vez más que sois muy grande y muchísimas gracias", fueron las palabras de agradecimiento que les dedicó Almudévar.

UN PROYECTO EN MARCHA

Ahora, recordó Marta Polo, siguen contando con pacientes positivos en covid en la UCI, pero se permite la entrada de familiares a ver a los pacientes, que pueden pasar con ellos 15 minutos cada día, aunque ha de ser siempre la misma persona y deben firmar un consentimiento asumiendo el riesgo que tiene entrar en la UCI. El personal les ayuda a colocarse y quitarse los equipos de protección y les acompañan hasta el box donde se encuentra el paciente. "La experiencia está siendo muy buena, las familias lo agradecen y seguimos con las vídeo llamadas y los whatsapps y esperamos que esto lo sigamos manteniendo cuando todo esto pase, ya sabemos que la UCI es un sitio de visitas muy restringidas y estamos concencidos de que todo ayuda a nuestros pacientes y su mejoría", señaló esta profesional.

Así, concluyó, meses después "de toda esta pesadilla", siguen padeciendo, señaló, "un gran abanico emocional", desde miedo y rabia a tristeza y alegría. "Pero algo que se ha mantenido en esta pandemia es el sentimiento de orgullo, de pertenencia a un gran equipo, que fue pegamento para los corazones rotos en los momentos de agotamiento y tristeza".