Huesca

DE CERCA

Covadonga Martínez: "Das lo que recibes, por eso procuro sonreír siempre que puedo"

"Está en nuestra naturaleza el ser mejores, avanzar y superar a las generaciones que nos han precedido"

Covadonga Martínez: "Das lo que recibes, por eso procuro sonreír siempre que puedo"
Covadonga Martínez: "Das lo que recibes, por eso procuro sonreír siempre que puedo"
S.E.

¿Qué es lo que le gusta exprimir hasta la saciedad?

-El tiempo. Si el día tuviera más horas las aprovecharía para hacer más cosas. Siempre me falta tiempo. Es algo que no se puede recuperar. No me gusta perderlo, ni hacérselo perder a otros.

¿Cuál es el emoticono que define su personalidad?

-¡Qué buena pregunta! Lo tengo muy claro, la cara sonriente, sin lugar a dudas, la de la gran sonrisa. Das lo que recibes, es mi manera de pensar, por eso procuro sonreír siempre que puedo.

La sonrisa es el lenguaje universal de las personas inteligentes. ¿Sonreímos poco?

-Sí, esa es la realidad y más hoy en día que hay tantos problemas y cada uno vivimos inmersos en nuestro mundo. La gente tiende a aislarse y a no preocuparse por los demás, a no confiar y a no fiarse de otros. Por eso te decía antes lo importante que es saber poner tu mejor cara y sonreír. El simple hecho de ser amable y sonreír puede ayudar a la gente aunque no te lo creas.

¿Hay sonrisas en la historia de la fotografía?

-Pues mira podría decirte que en los primeros retratos que se pueden ver durante el siglo XIX había muy pocas fotografías en las que el individuo posara sonriendo y la razón era porque en esa época eran muy pocos los que podían acudir a un estudio fotográfico y cuando lo hacían era una ocasión especial, era un acto ceremonioso, de ahí que las poses fueran casi solemnes, los ambientes eran cuidadosamente preparados, los objetos eran escogidos en función de la actividad profesional del retratado y sus rostros aparecían casi sin expresión ya que tenían que adoptar un porte distinguido. A medida que avanza el siglo XX, gracias a Kodak y a su lema "usted apriete el botón y nosotros hacemos el resto" la fotografía entra en la mayoría de los hogares por lo que se vuelve más familiar, las actitudes se relajan.

¿Cuánto hemos cambiado desde el daguerrotipo?

-Muchísimo, la verdad, y aún tenemos que cambiar más, por supuesto. Está en nuestra naturaleza el ser mejores, avanzar y superar a las generaciones que nos han precedido.

¿Digital o analógico?

-Analógico 100 %. No me gusta lo digital aunque haya que utilizarlo y cada vez más. Para mí con la cámara analógica tú eres el 50 % del resultado de la imagen, con la digital, tú eres el 20 %.

Entre sus investigaciones, recoge en un libro la sorprendente historia de la baronesa Sibylle von Kaskel ¿hay muchas fotógrafas mujeres?

-Sí las hay, sólo hay que ir descubriéndolas. En los inicios de la fotografía te sorprendería saber la cantidad de mujeres de buena posición que se dedicaban a ella pero siempre a la sombra del padre o el marido. Eran consideradas muy buenas profesionales, excelentes trabajadoras, sobre todo como retocadoras, que no se quejaban y encima cobraban muy poco. Por esa razón, te digo que había más de las que nos imaginamos. Sibylle fue una de esas mujeres que se reinventó, aprendió de los hombres y supo hacerse un hueco entre ellos, en las mejores revistas de vanguardia de España, Francia y Estados Unidos.

Sus estudios se centran sobre todo en la primera mitad del siglo XX, ¿por qué?

-Creo que es el momento de la historia de la fotografía en el que se producen más cambios a nivel estético y formal ya que los artistas no tienen miedo a probar cosas nuevas, experimentar con los encuadres, con los puntos de vista. Se influían unos a otros y así es como surgieron imágenes nuevas y diferentes. A pesar de ser una época de conflicto, en la que las ideas políticas o religiosas provocaban que muchos artistas tuvieran que huir de sus países eso mismo hizo que entre ellos hubiera un vínculo especial, que se ayudaran y no les importara compartir lo poco que tenían, sus ideas.

¿Qué le ha llevado a preguntarse por personajes altoaragoneses tales como Ismael Pascual, Lorenzo Almarza o Ricardo Compairé?

-Todos ellos supieron descubrir lo diferente en la cotidianeidad que les tocó vivir, a través de composiciones de tipo documental, artístico o basadas en el costumbrismo local.

Y ¿por qué la familia Pano y Ruata?

-Fue una propuesta de trabajo que me plantearon desde el Archivo Provincial de Huesca y la oportunidad me llegó de la mano de una beca de investigación del Cehimo de Monzón. Como ya te comenté, Huesca siempre me ha abierto las puertas y me ha dado la oportunidad de desarrollar mis estudios.

¿La inmigración es una bendición o una necesidad?

-Cuando alguien abandona su país es porque no tiene más remedio, es una necesidad. Yo por ejemplo tuve que salir de España. Durante seis años viví y trabajé en Omán y fui muy bien acogida, respetada y valorada. Para mí fue una bendición, me dieron la oportunidad de desarrollarme profesionalmente, y creo que nosotros debemos abrirles las puertas ya que nos pueden aportar muchas cosas, pero de manera legal y regulada para que sea una bendición para ellos y, en contrapartida, para nosotros.

¿Así se recoge el fenómeno de la inmigración en la historia de la fotografía?

-Lo cierto es que el tema de la inmigración y las condiciones laborales son temas que se han tratado en la historia de la fotografía desde sus inicios. Dos de los más famosos fotógrafos de documento social como son Jacob Riis y Lewis Hine centraron en ello la mayor parte de su producción fotográfica. Riis por ejemplo, publicó, creo que en 1888, el libro Como vive la otra mitad, en el que mostraba la forma de vida de las clases más desfavorecidas. Hine, por su parte, se dedicó a mostrar las condiciones laborales de los inmigrantes que llegaron a principios del siglo XX a Nueva York a Ellis Island, sus viviendas y los talleres donde trabajaron. Con sus fotografías documentó las duras condiciones que tenían que soportar.

¿Poderoso caballero es don dinero?

-Por supuesto, "money talks" es decir, el dinero habla. Cuando alguien se corrompe es por dinero, ¡mira los políticos!.