Noviembre acaba como el mes más letal en Huesca por la covid, más que marzo y abril juntos

HUESCA.- Con más muertos por covid en noviembre que en marzo y abril juntos y con unas unidades de cuidados intensivos a su máxima capacidad, el Colegio de Médicos ve con "mucho miedo" esa nueva ola para enero que la DGA da por inevitable.

Casi cinco altoaragoneses murieron cada día de noviembre por coronavirus, un total de 139 fallecidos a lo largo del mes, según los datos publicados este martes por el portal de transparencia de la DGA. Es una cifra bastante mayor a los 95 decesos de la primera ola, y eso que allí se incluyen dos meses: marzo y abril. Los 139 óbitos de noviembre suponen cuatro de cada diez muertos por covid en la provincia desde que comenzó la pandemia.

Y según dijeron en rueda de prensa la semana pasada dirigentes sanitarios de Aragón -la consejera, Sira Repollés; el director de Salud Pública, Francisco Javier Falo, y el de Asistencia Sanitaria, Chema Abad-, la ola de enero, la cuarta en la región, es una certeza. "Es algo que no se puede cuestionar siquiera", aseguró Falo al anunciar el desconfinamiento de las tres capitales tras la bajada de la incidencia.

El Alto Aragón está saliendo de la ola que empezó tras el puente del Pilar. Aunque la semana previa al 12 de octubre ya había repuntado el número de contagios, los casos se dispararon las semanas siguientes. A modo de comparativa entre el inicio de la ola de otoño y la esperada para enero: el 12 de octubre había 66 hospitalizados por covid en el Alto Aragón, de los que 13 estaban ingresados en UCI, mientras que este martes había 95 hospitalizados, 18 en intensivos. Hay que tener en cuenta, además, que entre octubre y noviembre ha habido más de 15 traslados desde la UCI de Huesca a otras unidades de Zaragoza al sobrepasarse la capacidad del San Jorge.

Maite Villarroel, vocal del Colegio de Médicos para hospitales, señala que el punto de partida de la provincia para esa nueva ola de enero es peor que la que había en octubre.

Varios factores explican ese empeoramiento, comenzando porque hay una mayor presión en las UCI que entonces. "Nos da mucho miedo" la ocupación en las unidades de intensivos, admite Villarroel, quien recuerda que las estancias en UCI por covid son muy alargadas -casi 20 días de media, según la DGA-, lo que causa que la "desescalada" en intensivos sea muy lenta y, ante un nuevo repunte, eso dificulta enormemente el trabajo sanitario. "Huesca y Barbastro tienen las UCI llenas todos los días y el que necesite cama (en próximas semanas) podrá tener problemas. Sería un desastre, por eso hay que tener responsabilidad, porque el sistema está muy, muy saturado", afirma Villarroel, que añade que en esta última ola "se rozaron los problemas" para tener camas en planta.

La extrema cautela ante estas próximas semanas también es porque se acercan unas fechas, las navideñas, que se caracterizan por reuniones familiares o de amigos "en interiores y, como ya nos quitemos las mascarillas, eso es el máximo riesgo" para contagiarse. "Está demostrado que donde más contagios hay es en reuniones de familias y amigos en interiores y sin mascarillas", reitera Villarroel.

"AHORA TODO DEPENDE DEL COMPORTAMIENTO INDIVIDUAL"

Por tanto, las Navidades tienen que ser muy distintas a las de cualquier otro año si queremos celebrar las de 2021 con toda la familia alrededor de la mesa. En definitiva, no vernos todos, compartir mantel con menos familiares, para reencontrarnos todos después.

Por si la situación de intensivos y las reuniones navideñas en interiores no fueran suficiente para que los sanitarios encaren enero con mucho temor, hay que sumar que hay menos personal en la UCI del San Jorge que en la primera ola y, tras ocho meses y medio sin descanso, los sanitarios están "cansados física y psicológicamente".

La escasez de plantilla agrava ese cansancio, ya que en los momentos "álgidos" de los picos los sanitarios "trabajamos mañana y tarde, y tenemos muchas más guardias". En las UCI se intenta paliar con enfermeras de quirófano y con anestesistas, que "trabajan al límite desde hace muchas semanas", apoyando a los intensivistas, pero la situación sigue siendo límite.

"Es la crónica de una muerte anunciada", dice Villarroel sobre la ola de enero, un rebrote que, como las autoridades sanitarias, da por cierto. Eso sí, un repunte como el de otoño sería "horrible" y la ciudadanía tenemos que poner todo de nuestra parte "para intentar que sea lo menor posible". "Cada vez que se han levantado medidas, ha habido rebrote", evidencia la vocal del Colegio, quien, sin embargo, sostiene que "no podemos caer en lo mismo" de octubre y noviembre, una ola que ha dejado, y con diferencia, el mayor número de muertos en la provincia desde que comenzó la pandemia.

Consciente de que la situación es "muy complicada" y que "los políticos tienen que nadar entre la salud y la economía", señala que la flexibilización de ciertas medidas sanitarias hace aún más importante que la población "siga las normas al máximo", una petición que ya hace "por favor". "Entiendo que quieran ver a la familia en Navidad, pero nos jugamos algo muy importante", incide. Y en cuanto a la postura de las autoridades, indica que otra posibilidad sería "más restricciones y más ayudas" a los afectados, ya que "la sociedad a veces no cumple" las normas.

Villarroel también diferencia entre Navidad y Nochebuena, más familiares, y Nochevieja, más festiva, y apostilla que este año no puede haber fiestas al uso por muchas ganas que haya de despedir el 2020, no vaya a ser que 2021 empiece igual de mal.

"Sobre todo hay que incidir en la responsabilidad porque ahora todo depende del comportamiento individual", resume la vocal del Colegio sobre la nueva ola de enero, de la que apunta que "no es ninguna noticia, todos sabemos lo que puede pasar".