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Antonio Viñuales Betrán: "Estuve 25 años en serio en la música, a la que le estoy muy agradecido"

Este oscense compaginó su participación en Los Rayos y la Orquesta Lepanto, donde cantaba y tocaba el bajo, con el trabajo, durante cerca de 49 años, en el sector del Metal

Antonio Viñuales Betrán: "Estuve 25 años en serio en la música, a la que le estoy muy agradecido"
Antonio Viñuales Betrán: "Estuve 25 años en serio en la música, a la que le estoy muy agradecido"
P.S.

HUESCA.- "Yo me conformo con lo que hice y si volviera a nacer y pudiera hacer lo mismo, lo haría porque he tenido muchísima suerte en esta vida, no he estado ni un solo día de baja, he tenido salud y trabajo". Este balance hace de su existencia Antonio Viñuales Betrán (Huesca, 1947), un hombre que está loco por la música, una profesión que durante 25 años compaginó con el trabajo en el Metal, en el que estuvo casi 49.

Hasta los 17 años vivió en Liesa, "pero no éramos una familia de grandes agricultores y la sociedad de consumo nos invitó a salir del pueblo para buscar otros horizontes. Con 17 años me vine a Huesca con el certificado de estudios e hice un curso de FP acelerada de ajustador, en los Salesianos, de seis meses". Un periodo que recuerda "estuve de pensión en Casa Juan".

Acabó la FP y "tuve la suerte de entrar en Duro Metal, en 1964, un trabajo de muchísima precisión y más paciencia, de ajustador". Compró la empresa Vidia Ibérica y pasados los años, "llegó la época de la transformación y la empresa marchó a Andoain y a Vitoria, en 1991". Pero él y otros compañeros, "montamos Rectificados CTV en el Sepes, que aún sigue, hacíamos el mismo trabajo y lo llevábamos a Andoain y Vitoria. 22 años de autónomo. Éramos tres socios y llegamos a tener 9 empleados". Toda una vida en el sector del Metal.

La música había llamado a su puerta formalmente en 1966, aunque antes su padre ya le había comprado, "en Zaragoza, en Musical Serrano, la primera guitarra, un bajo". "Estábamos locos por la música y montamos Los Rayos unos amigos: José Ángel Lorenzo (batería), otro Antonio Viñuales (guitarra rítmica), Ángel Orensanz (trompeta y guitarra), José Luis Gastón (saxofón), Eliseo Latre (organista) y yo (bajo y vocalista)".

"Con muy pocos conocimientos musicales, pero a base de ensayos y ensayos -subraya Viñuales- avanzamos, y salíamos a tocar por ahí y ganábamos bastante dinero, para aquellos tiempos, si lo comparábamos con el dinero que ganábamos en la empresa". Entre 1972 y 1974 grabaron en Barcelona "tres discos de dos canciones cada uno, originales, todas nuestras: "Vuelve a mí" y "Noche feliz"; "Quiero que estés a mi lado" y "Una vida triste"; y el tercero, "La Primavera" y "Don Ramón. Tocábamos música de esos tiempos, de los Sirex, Los Mustang, Brincos... y pasodobles de toda la vida". Actuaron "por media España: Navarra entero, La Rioja, un poco de Cataluña, la provincia de Zaragoza trillada... Igual hacíamos de 150 a 180 fechas al año, algo que en aquellos tiempos era un montón. Y actuamos mucho con Dyango, la Década Prodigiosa, Sergio y Estíbaliz, Mocedades, Los Mustang...".

Al principio era un grupo instrumental, "que costaba atreverse a cantar canciones de Adamo, Camilo Sesto, Raphael...". Él dio el paso y recuerda que la primera canción lenta que cantó fue "En bandolera" y otras como "La casa del sol naciente"· "Se me daban las melódicas, pero luego nos atrevimos con todo, no le temíamos a nada en aquellos tiempos".

Éxito y, en 1976, cambio de nombre del grupo. "Nos dijeron que en los pueblos eso de Los Rayos no sonaba muy bien, que parecía poco serio", y pasaron a ser la Orquesta Lepanto, a la que llegaron "Manolo Plaza (batería), Jesús Sancho (guitarra y trombón) y estuvo con nosotros un par de años Luis Barrio, que fue cantante de San Luis, en Huesca... Marchó Barrio y nos quedamos seis". Fueron -comenta Viñuales- "la primera orquesta que hicimos las verbenas para la tercera edad en la plaza del Mercado, y la primera que tocamos en la plaza del Mercado, después de su derribo". Tocaron, además, en todas las peñas y en todas las verbenas de verano, "que entonces eran muchas: la de la SD Huesca, la de los Camareros, la del Duro, el 18 de julio...".

Así cerró un importante ciclo de su vida después de unos "25 años en serio en la música, a la que le estoy muy agradecido".

Pero no acabó aquí su relación con los micrófonos. Pasado un tiempo de su jubilación en 2012, "José Luis Sainz, de los Simun"s, me invitó a ir a recordar alguna canción en su local y después de muchos años sin cantar ni bajo la ducha, dije igual podíamos probar, y esto es como una droga. Nos compramos instrumental y empezamos a tocar desinteresadamente en 2017, solo cobramos el transporte, que no vamos a pagar por tocar, y un pequeño alquiler por el dinero que nos hemos gastado en el instrumental". La última actuación fue para las Amas de Casa, el día de Santa Águeda, en Almudévar. Pero llegó la pandemia de covid y se paró casi todo, aunque "nosotros -Antonio Paraíso, José Luis Sainz, Manolo Fernández y yo- seguimos con ganas de tocar. Llevamos 90 canciones de aquellos tiempos cantadas y unas 30 instrumentadas".

Antonio Viñuales tiene otra pasión: "Soy del Huesca desde siempre". Ahora pasea y pasea por las calles de una ciudad de la que "lo que más me gusta es San Lorenzo, soy de las fiestas a tope".