Huesca

CRISIS DEL CORONAVIRUS

Clara Coiduras, gerente del Centro Deportivo J10: "Creo que se han quedado en el Neolítico"

Los gimnasios, temerosos de otro cierre en enero, critican algunas de las medidas impuestas para poder reabrir

Clara Coiduras, gerente del Centro Deportivo J10: "Creo que se han quedado en el Neolítico"
Clara Coiduras, gerente del Centro Deportivo J10: "Creo que se han quedado en el Neolítico"
P.S.

HUESCA.- Los centros deportivos han sido un tema recurrente estos últimos días por el decreto que les permitía reabrir desde el día 15. Los locales vieron cumplida una de sus principales reclamaciones que había provocado la convocatoria de concentraciones en Huesca y muchas otras ciudades.

"Toda la clientela que vino lo hizo con muchísimas ganas, los niños de natación también", relata Clara Coiduras, gerente del Centro Deportivo J10. No obstante, reconoce que "hay mucha gente que echamos en falta". El motivo lo tiene muy claro: "La gente no viene porque piensan que alguna razón concreta deben de tener las autoridades para mantenernos cerrados", razona. "Nos tienen un poco demonizados", confiesa, "y no está justificado porque nadie viene a saber cómo trabajamos o cómo estamos cumpliendo todas las medidas sanitarias". Es por ello que no entienden qué criterios se utilizan para abrir o cerrar los gimnasios: "Lo más triste es que tu apertura o no apertura esté condicionada al comportamiento de la gente fuera de tu centro", lamenta Coiduras.

Carlos García es socio y entrenador del centro Silban360, en el que se prepara de manera personalizada e individual a cada cliente. Esto, según dice, lo diferencia de otro tipo de gimnasios: "Aquí la gente viene con cita previa y no va cada uno a su bola, por lo cual no dependemos de un volumen grande, sino máximo cinco personas". Para García, uno de los problemas a la hora de establecer medidas es que, a diferencia de otros territorios, Aragón "no distingue entre un centro de entrenamiento, un gimnasio a gran escala, un centro deportivo o una piscina cubierta". A pesar de ello, se muestran satisfechos con la reapertura y optimistas mientras se les deje desarrollar su actividad: "Por el tema de las medidas no tenemos ningún problema, el problema viene si no nos dejan abrir la puerta".

Las medidas que condicionan que los centros deportivos puedan abrir son el uso obligatorio de mascarilla y mantener un aforo máximo del 30 %. En el centro J10 no tienen ninguna queja con ello: "En realidad nos han aumentado un 5 por ciento, porque cuando tuvimos que cerrar estábamos al 25 %". Muchos gimnasios de Huesca se autoimponen aforos menores al permitido, como es el caso de Límite Fitness: "Estamos por debajo del 30, estamos a un 23 o 24 %", informa su gerente, Ginés Foixench. Él reconoce que "el aforo es lo que menos me preocupa, porque la mayoría de horas, salvo las horas punta, no lo alcanzamos ni superamos". El verdadero problema para Foixench es la viabilidad de las clases: "Solamente podemos tener seis personas por actividad y eso es inviable ya que tiene que salir rentable hacerla".

A la par que los eslóganes de la concentración que tuvo lugar el pasado lunes en Huesca, Clara Coiduras considera quelos centros deportivos son un "servicio esencial". "Creo que los que toman las medidas se han quedado anclados en el Neolítico", expresa, "ahora en los gimnasios se hacen readaptaciones y rehabilitaciones y se preparan oposiciones, como las de policía o bomberos".

Por su parte, la Unión de Centros Deportivos Privados (UCDP), una de las convocantes de la concentración en Huesca, está preparando movilizaciones para las primeras semanas de enero ante la amenaza de cierre a raíz del posible repunte de contagios tras las fiestas navideñas.