Huesca

OBITUARIO

Antonio Lacleta, el alcalde oscense y servidor afable, fallece a los 98 años

Fue vicepresidente de las Cortes de Aragón, diputado provincial y presidente del PP provincial

Antonio Lacleta, el alcalde oscense y servidor afable, fallece a los 98 años
Antonio Lacleta, el alcalde oscense y servidor afable, fallece a los 98 años
V. I.

HUESCA.- Antonio Lacleta Pablo, alcalde que fue de la ciudad de Huesca, vicepresidente de las Cortes durante tres legislaturas, presidente de Alianza Popular y del Partido Popular, ha fallecido este lunes a los 98 años de edad, dejando tras de sí un reguero de bonhomía, afabilidad y servicio público al que nunca renunció. No en vano, estaba convencido de que "en esta vida no se puede prescindir ni de los más jóvenes ni de los más mayores".

Antonio Lacleta nació en Borja, aunque su vida quedó arraigada a la provincia de Huesca muy temprano. Médico especialista en Medicina Interna y Medicina Familiar y Comunitaria, ejerció cuarenta años la profesión desde que llegó como doctor en 1950 a Hoz de Barbastro, punto de arranque a Robres y a Huesca capital, que pisó ya como destino en 1967.

Siempre remembró con cariño su labor en los pueblos, donde el rigor climático "era durísimo" pero quedaba compensado por "la gente extraordinaria que compartía lo que tenía".

Sus "24 horas al servicio del pueblo" atendiendo enfermedades hoy desaparecidas eran reconocidas por los vecinos con buenas piezas de la matacía y otros productos.

En Robres, escuchó la llamada de su vocación política –que nunca le abandonaría- y fue diputado provincial, y más tarde procurador en Cortes.

Ya en la capital, en 1973 resultó designado alcalde como representación del denominado tercio familiar. Tras la muerte de Franco, apenas nueve días después participó en la presentación de la candidatura de Unión del Pueblo Español, precursora con el sello de Adolfo Suárez de la Unión de Centro Democrático a la que llegó a afiliarse.

En todo caso, su afinidad principal era con Manuel Fraga Iribarne, que paralelamente constituía Alianza Popular, de la que Antonio Lacleta fue su primer presidente provincial y regional en 1977. Desde entonces y hasta noviembre de 1993, rigió los destinos de la formación salvo una pausa de 1985 a 1988.

En 1993, tuvo la satisfacción de ceder el relevo a Juan Antonio Foncillas. Desde entonces, agotada su andadura legislativa, cumplió su palabra. "Me retiraré, pero no dejaré de venir al partido, a pegar sellos y cartas, y lo que haga falta".

Fue Antonio Lacleta diputado en las Cortes de Aragón durante tres legislaturas, la última (1991-1995) como vicepresidente primero.

En su profesión, además, fue elegido presidente del Colegio oficial de Médicos de la provincia de Huesca en 1976. Y es que su voluntad participativa formó parte de su propia condición humana, que compartió con su cónyuge, María Luz Almolda Nieto, presidenta que fue de la Asociación de Amas de Casa en sus primeros pasos y de otras organizaciones sociales.

LA BANDERA DE LA HONRADEZ

Antonio Lacleta Pablo, un hombre tan tranquilo como firme, ha sido lo que se llama un animal político. Una persona que, en su trayectoria, dio gracias a la vida y aconsejó a las jóvenes generaciones que "agradezcan que se han encontrado con un país libre, donde un hombre es un voto, las decisiones son colectivas y todos tienen que respetar a todos".

En su entorno y en su posibilidad de influencia, siempre demandó "decencia y honradez en los políticos, no aprovecharse, que nadie se enriquezca en esta actividad", porque "el pueblo es sabio".

Antonio Lacleta era hombre de paz, que predicaba y practicaba, tanto como la tolerancia y el respeto. Con la integridad como estandarte, ejerció su sentido crítico y fue asiduo de los espacios de opinión en los medios informativos.

En el último, el 15 de junio de 2003, ante un resultado adverso del Partido Popular, deseaba al nuevo Gobierno de Aragón "muchos éxitos y logros que redunden en beneficio de todos los ciudadanos aragoneses, y, por supuesto, también de las ciudadanas". Y apelaba al problema demográfico en Aragón para el que la autonomía y los municipios debían liderar una política eficaz de ayudas.

Persona de extraordinaria discreción, convencido de que las grandes verdades se pronuncian sin necesidad de elevar la voz, Antonio Lacleta se ha ido dejando la estela de su sabiduría a sus cinco hijos y parejas, seis nietos y la biznieta, que lo despedirán por la situación en unas honras fúnebres en privado. Descansa en silencio un hombre de paz.

PESAR EN EL PARTIDO POPULAR

El Partido Popular de Huesca ha lamentado el fallecimiento de Lacleta y ha destacado de él "una capacidad para el compromiso que hizo de él un referente de carácter histórico en el espíritu de la Transición".

A él, y a muchos hombres y mujeres de su generación, correspondió el trabajo de "instalar la impronta constitucional en la normalidad cotidiana, mediante el diálogo directo con sus vecinos" y la de concreción propuestas inequívocamente vinculadas a la nueva democracia española, indican los populares.

Antonio Lacleta, añaden, "suscitó amistad, admiración y respeto en un grado que explica su enorme calidad humana".

El colectivo popular de la provincia de Huesca, que traslada su conmoción a la familia de Antonio Lacleta, ruega a la sociedad oscense que conserve con consideración y cariño la memoria de un hombre que "previó y entendió como pocos el valor de la convivencia pacífica de las ideas en el marco constitucional que nos dimos los españoles en 1978".