Huesca

ALTO GÁLLEGO - #PUEBLOSACTIVOS

Yésero: riqueza patrimonial, deportiva, festiva y cultural en el corazón del Alto Gállego

A lo largo del año se organizan varias actividades, desde conferencias hasta encuentros como el de escritoras aragonesas, Brioleta

Yésero: riqueza patrimonial, deportiva, festiva y cultural en el corazón del Alto Gállego
Yésero: riqueza patrimonial, deportiva, festiva y cultural en el corazón del Alto Gállego
S. E.

SABIÑÁNIGO.- Yésero se encuentra a 42º 37´08´´N, enclavado en pleno puerto de Cotefablo, es uno de los ocho municipios de la Comarca del Alto Gállego. Se levanta sobre una cortada producida por el barranco de Sía, a 1.132 metros de altitud, con 30,23 kilómetros cuadrados de superficie. Limita al norte con la sierra Tendeñera, al este con el puerto de Cotefablo y al sur con el monte Erata.

Tiene una iglesia barroca del siglo XVII con la advocación a San Saturnino, que se asienta sobre una anterior románica, pero apenas conserva restos de su origen medieval, y la ermita de Nuestra Señora de las Nieves, enclavada en la parte baja del pueblo. El edificio de la antigua cárcel se habilitó hace unos años para Museo de La Pez, un oficio tradicional perdido que a los antepasados de Yésero les sirvió también de medio de vida.

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La existencia de esta población está documentada en el siglo XI (1076) pero su máximo esplendor lo alcanzó en la época bajo medieval, a finales del siglo XV cuando fue la población más importante de la Val de Gavín.

A lo largo del año, Yésero organiza varias actividades, desde conferencias hasta encuentros como el de escritoras aragonesas, Brioleta, que se celebra en el mes de junio o el de paloteadores que se organizó durante unos años. De Yésero es el paloteao "t´empego", expresión que significa pegar con pez.

Sus fiestas pequeñas son para San Sebastián, el 20 de enero, el fin de semana más próximo al 8 de septiembre, festividad de la Natividad de la Virgen, celebra la fiesta mayor, y el domingo más cercano al 5 de agosto van de romería a la ermita de la Virgen de las Nieves.

Yésero forma parte de la Reserva de la Biosfera Ordesa-Viñamala, que certifica su valor ambiental y paisajístico. El municipio cuenta con atractivos senderos y rutas de BTT de distintos niveles, además, al igual que en otros puntos de la Comarca, dispone de módulos de reparación y mantenimiento de bicicletas para hacer más seguros estos recorridos.

LA ERMITA

La ermita de Nuestra Señora de las Nieves, construida en el siglo XVII, está enclavada en la orilla derecha del barranco del Infierno, muy cerca de su desembocadura en el río Sía, pocos metros por debajo de la carretera. Se trata de un edificio grande, de 14,50 metros por 5,3 metros de planta y tejado de losa a dos aguas. Consta de una nave única cubierta con bóveda de cañón al igual que el presbiterio. Sobre la puerta está la fecha 1889, correspondiente a una restauración, "pero en un óculo podemos leer 1722, posiblemente la fecha de construcción del edificio", comenta Ricardo Mur, sacerdote y escritor.

Según la tradición, en 1885 la Virgen de las Nieves intercedió por los vecinos de Yésero para librarles de la epidemia de cólera que asolaba las poblaciones de Gavín y Biescas, dejando inmunes a los vecinos de Yésero y a los del barrio San Pedro de Biescas.

Esta ermita quedó arrasada durante la Guerra Civil, al igual que otras en la zona. Hace unas décadas fue restaurada, y en 2004 se acondicionaron los accesos y sus alrededores.

El día de la romería, el domingo más próximo al 5 de agosto, y como es tradicional, los niños y niñas llevan la imagen de la Virgen, una pequeña talla con peana, precedida por otros chavales que llevan ramos de flores, seguidos por los danzantes de la localidad, el grupo T´Empego, que acompaña la procesión con el palotiau.

CASA DE LA PEZ

Yésero inauguró en el verano de 2005 la Casa de la Pez, un centro de interpretación situado en un edificio del siglo XVI que ha tenido a lo largo de su historia diferentes usos, ha sido escuela, carpintería e, incluso, cárcel.

La exposición muestra cómo se fabricaba la pez a partir de la resina de los pinos, sus utilidades y su relación con otras actividades como la ganadería o la extracción de madera. En sus dependencias, también se puede contemplar y disfrutar de una colección de fotografías cedidas por los vecinos que retratan la vida de Yésero en el siglo XX. Además, la Casa de la Pez sirve como centro cultural ya que en ella se celebran exposiciones temporales, charlas, proyecciones, etcétera.

La pez es un producto negro que se obtiene al quemar teas o "tiedas" y que se utiliza fundamentalmente para marcar el ganado o para impermeabilizar las botas de vino.

Los peceros aprovechaban las raíces y la parte baja del tronco de los pinos que tenían resina para extraer la pez. Cortaban la madera a un tamaño de 15 centímetros por 7 centímetros y 3 centímetros de grosor y llenaban el horno con esos trozos. Luego, los quemaban en una combustión lenta que duraba todo un día. Conforme se iba quemando, el alquitrán iba descendiendo por el fondo del horno hasta un depósito donde era recogido.

RUTA DE LA PEZ

Ligado al oficio de la pez, en 2011 se abrió para ser visitada la "Ruta de la pez". Rehabilitada por el Ayuntamiento gracias a una subvención de Adecuara, es una ruta que lleva hasta los pies de Tendeñera, lugar en que se fabricó antiguamente la pez y que es el motivo de que el apodo de los habitantes de esta localidad sea el de "peceros".

La "Ruta de la pez" comienza saliendo de la plaza de Yésero hacia la carretera N-260 para comenzar el recorrido en la caseta situada en el cruce, donde está colocado un panel explicativo de la misma y la señal de inicio del camino. Aquí se informa de la duración de la ruta, unas tres horas aproximadamente, y de que la dificultad es media. Al cabo de una hora de camino, se llega a la Caseta de Chuana que se reconstruyó para colocar un primer punto de información sobre lo que se puede encontrar en estos bosques, allí hay un panel sobre la flora y otro sobre la fauna de la zona. Esta caseta se encontraba deteriorada y sin tejado, y se rehabilitó como muestra de arquitectura popular y para aprovecharla como un primer punto de información de la "Ruta de la Pez".

PALOTIAU

El pueblo de Yésero recuperó su Palotiau en septiembre de 2006, en sus fiestas patronales con motivo de la Natividad de la Virgen.

Silvia Cazcarro fue la impulsora de esta recuperación. "Al poner en marcha en el Museo de la Pez (se inauguró en el verano de 2005), salió a relucir una canción relacionada con la pez: el "T"empego", que resultó ser un palotiau de hace poco menos de un siglo, así que empezamos a trabajar en ello, porque pensamos que, sí Yésero tenía un palotiau, lo lógico era que lo aprendiéramos a bailar", explica. Expusieron la idea al ayuntamiento, que les apoyó en todo momento, y también la Comarca del Alto Gállego. "La gente, los vecinos, ayudaron en todo, desde recordar la canción entera, el tono, hasta cómo iban vestidos y de qué formase bailaba".

La recuperación de este palotiau "fue muy interesante porque no había nada escrito sobre él y toda la información se sacó de conversaciones con aquellos que tenían un mínimo recuerdo. La vecina Monserrat Cazcarro me dio la oportunidad de grabar la canción de "T"empego" mientras la cantaba, y eso me ayudó mucho en la recuperación".

La canción del palotiau dice así: "Que es aquello que reluce, en lo alto de aquel cerro, son las chicas de Yésero, que están bailando el t"empego. A Orós Alto voy por coles, a Orós Bajo por acelgas, a Gavín voy por amores y a Yésero por doncellas. T"empego, t"empego, t"empego con pez, t"empego, t"empego, t"empego otra vez. T"empego, t"empego, t"empego con pez, t"empego, t"empego, t"empego otra vez".

El traje que llevan los paloteadores también fue recuperado. "Es el de pastor de antes, al que se han incorporado unos cascabeles (cascabillos) que se llevan en las piernas a la hora de bailar, por eso, el movimiento es importante para que suenen bien".

Desde que se formó el grupo han participado en diferentes encuentros y también han organizado durante varios años un encuentro en la localidad.

BRIOLETA

Yésero organiza desde el 2008 y en el mes de junio, la actividad "Brioleta. Encuentro de Escritoras Aragonesas". Surgió como una jornada de convivencia y de conocimiento mutuo entre escritoras de géneros y lenguas diferentes de Aragón y, como un foro donde se puedan compartir experiencias con otras mujeres interesadas en el mundo de la escritura y la lectura. La edición del año pasado no se pudo celebrar al igual que tantos y tantos eventos, la Covid obligó a cancelarlos todos.

Durante estos años, han pasado por Brioleta muchas escritoras aragonesas, por citar algunas: Lourdes Aso, María Pilar Benítez, Carmina Paraíso, Patricia Esteban, Victoria Trigo, Marta Marín,Trinidad Ruiz, Luz Gabas,  Isabel García, Ana Giménez, Marta Navarro, Marisancho Menjón, Sagrario Ramírez, María José Subirá, Silvia Bautista, Amaya Felices, Reyes Guillén, Carmen Castán, Blanca Langa, Cecilia Bardají y Elena Gusano, entre otras.

Durante el encuentro se celebran veladas literarias, mesas redondas, hay presentaciones de libros, exposiciones, conciertos, teatro, audiciones, etc. La directora del certamen, María Jesús Acín dice que Brioleta "ya es un referente de las reuniones literarias".

En 2015 se presentó el primer libro conmemorativo de este evento, editado por la Comarca del Alto Gállego. Una publicación de pequeño formato con ocho textos inéditos, de narrativa, de ocho escritoras que hasta entonces habían participado en Brioleta: Lourdes Aso, María Pilar Benítez, Elena Gusano, Chusa Garcés, Blanca Langa, Angélica Morales, Marta Navarro y Almudena Vidorreta. "Es una manera de plasmar todo lo que está aportando el encuentro, una iniciativa que permite dar continuidad porque la próxima edición se puede dedicar a la poesía o el teatro, por ejemplo", apunta María Jesús Acín.

LA LLEGADA DE LA LUZ

En septiembre del año pasado, se cumplieron 101 desde que llegara la luz a Yésero un 9 de septiembre de 1919. "Nos consta", explicaron los del lugar, "que en casa Chacó les dejaron una bombilla porque iba a tener lugar un feliz acontecimiento, el nacimiento de un hijo, Jesús. Solo tenían esa única bombilla que tenían que ir cambiando de estancia según las necesidades. Poco a poco todas las casas fueron disfrutando de la luz eléctrica, pero con una única bombilla".

La llegada de la electricidad a esta localidad de la Comarca del Alto Gállego supuso el progreso, al igual que en todos los pueblos.

En Yésero había dos molinos, uno en el lado izquierdo del barranco del Infierno, y el otro, enfrente de la Ermita de la Virgen de las Nieves. "El primero debió de ser harinero. El trigo se trituraba mediante piedras que giraban gracias a un rodete movido por la fuerza directa del agua. En el parque, junto a la iglesia, están hoy las dos piedras, una como fuente y la otra como mesa. Se les ha dado una nueva vida".

El segundo molino fue construido en 1910 por la Sociedad Araguás y Faja según consta en el Catastro. Quedan restos de él junto al río. Hasta hace poco se podía ver la maquinaria, poleas y turbinas que ahora están bajo las ruinas del tejado, y a un lado quedan restos del salto de agua.

El molino de Yésero llevó por primera vez la luz al pueblo. Pasar del "tedero" o de las lámparas de carburo a la electricidad fue un gran avance.