Huesca

CRISIS DEL CORONAVIRUS

El mercado ambulante de Huesca pasa por una situación "muy difícil"

Desde la Junta de Mercados lamentan que el Ayuntamiento no cede ante su petición de reducir la tasa un 50 %

El mercado ambulante de Huesca pasa por una situación "muy difícil"
El mercado ambulante de Huesca pasa por una situación "muy difícil"
R.G.

HUESCA.- Los vendedores ambulantes que cada martes y sábados instalan sus puestos en la ciudad de Huesca lamentan la situación por la que están pasando. "Ya no estábamos muy bien antes de la pandemia, pero ahora la situación está muy difícil", explica Esther Jiménez, portavoz de la Junta de Mercados. Y es que, además de la pandemia, durante este mes de enero han notado un descenso en sus ventas porque la llegada de la borrasca Filomena no permitió la venta durante ese fin de semana.

Para paliar esta situación, desde la Junta han pedido en numerosas ocasiones al Ayuntamiento de Huesca que les redujeran la tasa que tienen que pagar por instalarse dos mañanas, pero la respuesta "siempre ha sido que eso era imposible". "Desde el mercado propusimos pagar la mitad de la tasa total mientras los meses que estemos en esta situación", indica la portavoz, quien explica que en otras zonas cercanas a la ciudad oscense "está siendo así".

"Nosotros no tenemos más que esto para vivir, y si no nos dejan vender, no podemos hacer nada", lamenta Jiménez, quien opina que "las tasas del mercadillo no son baratas". "Aun después de habernos bajado algo, nos cobran por dos mañanas 150 euros", subrayan los vendedores, una cantidad que consideran "mucho dinero" a pesar de que han logrado que el Consistorio oscense les reduzca un 15 % del total a partir de este mes de enero.

En este sentido, insisten en que en la zona catalana "ayudan a los responsables de cada puesto con 3.000 euros", pero "aquí no se pide eso, se pide pagar la mitad hasta que la situación mejore", reiteran.

Y es que, según confiesan los propios vendedores, la situación del mercado ambulante en Huesca ya había tenido una disminución de ventas antes de la pandemia -se había pasado de 126 puestos a 63-, pero el coronavirus ha hecho que se acentúe esta situación.

"La gente vive en una incertidumbre constante, además hay clientas a las que les da miedo salir a la calle y rodearse de gente por miedo a contagios", explica Jiménez, que defiende lo seguro que es el mercadillo. "Además de estar al aire libre, hay distancia de dos metros entre cada puesto. También hay una única entrada y una salida para que el aforo esté controlado en todo momento", indica, y agradece que hay vendedores que de forma voluntaria se encargan de controlar que los clientes lleven la mascarilla y de que no se produzcan aglomeraciones.

Por ello, considera que "es muy difícil un contagio en estos mercados".

PASEO RAMÓN Y CAJAL

Otra de las reivindicaciones presentadas ante el Ayuntamiento, es la vuelta a Ramón y Cajal los sábados por la mañana.

"Esta petición sigue en pie" porque, según dice Jiménez, "es una promesa que hizo el alcalde de la ciudad".

"Él mismo dijo que creía que el mercado de los sábados tenía que estar en el paseo Ramón y Cajal porque están dando un buen servicio", explica la portavoz, que señala que "incluso las tiendas de la zona y los vecinos lo están solicitando", ya que tienen en cuenta que hay clientes para los que les resulta complicado desplazarse de un lugar a otro de la ciudad, y así "da vida en diferentes barrios".

Otra de las peticiones que llevan a cabo es que dejen instalar puestos de fruta y verdura en el mercado, y es que, para Jiménez, un mercado no puede constar únicamente de puestos de ropa y calzado.