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Bonansa, un enclave tan hermoso como estratégico

Supone un punto turístico diferenciado, alejado de la masificación y que apuesta por el equilibrio con la naturaleza

Bonansa, un enclave tan hermoso como estratégico
Bonansa, un enclave tan hermoso como estratégico
J. C.

GRAUS.- Desde el puerto del mismo nombre, Bonansa se alza a 1.200 metros de altitud como espléndida atalaya sobre el valle superior del río Isábena y en la cuenca alta del Noguera Ribagorzana, que sirve como frontera entre Aragón y Cataluña, en un enclave tan hermoso como estratégico. "En una hora de coche -coinciden en señalar varios vecinos- estás en Aínsa, en Graus, en el Valle de Benasque, en el de Boí o en la localidad francesa de Luchón", todo ello disfrutando de un punto turístico diferenciado alejado de la masificación y que apuesta por el equilibrio con la naturaleza y por mantener el sector ganadero, estratégico para conservar su riqueza medioambiental. Selectos hoteles conviven con turismo rural e iniciativas sostenibles en torno a actividades en la naturaleza, todo ello impulsado por unos vecinos que son los mayores enamorados de un pueblo con manifestaciones culturales valiosas y ancestrales como las Fallas, declaradas patrimonio inmaterial de la Humanidad por la Unesco en 2015.

Tras un año "complicado" por la crisis sanitaria, el alcalde de Bonansa, Marcel Iglesias, aseguró que se empieza a ver la luz. "Estamos esperanzados, ya ha empezado la vacunación a los cinco mayores que hay de 80 años -en una población de 90 personas bastante joven- y esperamos que lo antes posible se abran los límites de las comunidades autónomas porque tenemos casi parado el sector turístico, que es el más importante de nuestra economía aunque se compagina con el sector primario, con la ganadería extensiva. Es un claro ejemplo de que tienen que convivir esos dos sectores porque estamos viendo las consecuencias de depender solo del sector turístico. Tienen que ser sectores complementarios", considera Iglesias, describiendo el equilibrio que define la economía de Bonansa.

En el ámbito de la ganadería, destaca que permiten obtener alimentos de primera calidad a la par que mantener el paisaje. "Hay bastantes cabañas ganaderas que tienen continuidad", dijo, incidiendo en el potencial turístico de la localidad. Bonansa está enclavada en un sitio ideal para conocer el Pirineo, en un punto central próximo al Parque Nacional de Ordesa y Aínsa, al oeste; al Valle de Benasque y el Parque Natural Posets- Maladeta, al norte; la cultura del Valle del Isábena, con Roda; Graus, al sur; y al este, Cataluña, con el Valle de Boí o el Parque Nacional de Aigüestortes, además de las zonas del sur de Francia. "También estamos muy próximos a elementos patrimoniales muy bonitos como Montañana, Benabarre o las pasarelas de Montfalcó. Es un punto estratégico porque en una hora de coche puedes llegar a los atractivos turísticos más importantes Pirineo. Ha habido muchos jóvenes que han hecho sus inversiones y hay que agradecerles ese dinamismo, esa apuesta y esa labor de ponerse a trabajar desde municipio", apuntó Iglesias.

Bonansa es la cabecera de un municipio formado por los núcleos de Cirés, Gabarret, Bibiles, Buira, Espolla y Torre de Buira que comparte servicios con Montanuy, con quien es agrupación secretarial, promoción turística, escuela y la asociación Punto Pirineos. Con una tipología clásica de núcleo de montaña, destaca en su casería la del político Joaquín Maurín y, a nivel arquitectónico, las ermitas de San Aventín y San Bartolomé, de los siglos XI y XII, respectivamente.

El arquitecto Alejandro Royo ha aplicado lo último en construcción sostenible en el Ecohotel Terra Bonansa que ha impulsado en su pueblo, en un proyecto familiar que complementa su trabajo profesional. "El sitio es éste porque buscamos otro tipo de turismo. Es un sitio tranquilo, fuera de las rutas de demasiada gente, y somos gente de aquí. Yo trabajo aquí desde hace 30 años y tuvimos la oportunidad de comprar una parcela y nos pusimos de cabeza en este proyecto creado con sistemas sostenibles y energías renovables, en el que aplicamos lo que conocíamos y lo hicimos a nuestra medida. La gente lo ha apreciado. Es pequeño pero manejable", considera

Aunque este año "está siendo una hecatombe, como para todo el mundo", confía en que mejore y sigue apostando por esta propuesta coherente en torno al disfrute respetuoso del medio ambiente. "Esperamos seguir creciendo sin perder el hilo argumental del que estamos tirando", explica Royo, lamentando que dadas las circunstancias, de momento, el establecimiento permanece cerrado.

Un "impasse" que está aprovechando para mejorar y seguir buscando sinergias con proyectos paralelos al hotel como el colectivo "Bonansa Activa", una asociación de naturaleza que, entre otras propuestas, impulsa un muladar para la observación de aves para hacer fotografías a ejemplares de buitre leonado, milanos, alimoches o quebrantahuesos. Junto al Bird Watching, la asociación promueve otras actividades en la naturaleza como motor de desarrollo, entre las que figuran el senderismo o la BTT. "Estamos viviendo unas 50 personas fijas y queremos desarrollar Bonansa en torno a temas de naturaleza, experiencias que nos permitan reencontrarnos con la naturaleza y ponerla en valor como complemento al establecimiento. Es el camino lógico y correcto. No buscamos atraer a grandes masas sino pequeños grupos y desestacionalización. Un turismo que sea una experiencia de fusión con la naturaleza a través de la construcción, las actividades o la gastronomía, estamos tirando del kilómetro cero, por ejemplo", resume Royo.

El Bonansa Country Hotel es otra de las apuestas selectas de la población, donde también se cuenta con dos casas de turismo rural, Casa Rural La Era de Navarri y Casa Lluís, el apartamento Casa Farré y el camping Baliera. La familia de Luis Túnica regenta Casa Lluís y gestiona una de las explotaciones ganaderas del municipio, huyendo también del "monocultivo".

El sector ganadero, explica Túnica, sigue teniendo un considerable peso en Bonansa. "En el municipio hay 9 explotaciones ganaderas: 7 de vacuno de raza parda de montaña y 2 de ovino, de raza "xisqueta". Son todas grandes. Es todo lo que se puede acoger en el municipio. Son todo explotaciones familiares. La mitad de los ganaderos compaginan la actividad con el turismo rural, los taxis o la hostelería y la otra mitad solo hacen ganadería", explica este vecino, que recientemente ha sido padre por segunda vez y que no querría vivir en ningún otro lugar. "Para mí, Bonansa es el mejor sitio del mundo".

Punto Pirineos es la asociación turística y empresarial que apoya el emprendimiento en la zona. Fundada hace 6 años, Silvia Pons, como representante, reconoce que presenta más dinamismo en los últimos tres, mientras alude al amplio radio que abarca en las ribagorzas aragonesa y catalana. "Son empresas de Bonansa, Montanuy, Laspaúles, Vilaller o Pont de Suert. Es una asociación turística y empresarial con unos 35 socios, entre los que hay hoteles, turismo rural, camping, pequeños comercios, transformación de productos agroalimentarios o taxis".

El principal objetivo de Punto Pirineos es la promoción, sobre todo debido a la ubicación estratégica. "En cinco días puedes conocer todo el Pirineo central", asegura Pons. Además, "los puntos fuertes" que impulsa el colectivo son los senderos (la ruta de las ermitas o el camino de Santiago), la BTT, la ornitología o la gastronomía, detalla refiriéndose a su colaboración con Bonansa Activa en temas de naturaleza. Destaca también que un 80 por ciento de los turistas proceden de Cataluña, "aunque cada vez va viniendo más gente de Aragón. "Las comunicaciones influyen mucho. No se puede llegar en transporte público desde Zaragoza", lamentan. En cuanto a promoción, reconoce que la declaración de las Fallas ha dado a conocer Bonansa y que existe turismo específico. "Después de la declaración de la Unesco, hay clientes que vienen exclusivamente por las fallas durante un mes, ya que no son en todos los pueblos a la vez, concluye.