Huesca
EN COLABORACIÓN CON FUNDACIÓN AGUSTÍN SERRATE

Arcadia, en la segunda línea de acción durante la pandemia

Arcadia, cuya misión principal es la inserción social y laboral de personas con enfermedades graves de salud mental, subraya el papel de los trabajadores de sus talleres de empleo y urge un plan sistémico de Salud Mental.

En su servicio de lavandería, lavaron ropa de baño y cama de hospitales y centros de mayores oscenses.
En su servicio de lavandería, lavaron ropa de baño y cama de hospitales y centros de mayores oscenses.
Fundación Agustín Serrate

“El coronavirus ha puesto en evidencia la falta de recursos y facultativos en salud mental y mientras no haya un plan sistémico seguiremos viendo enormes dificultades” defienden Sergio Benabarre, doctor en Psicología y responsable del Área Sociosanitaria de Arcadía, y Álex Pigem, responsable de comunicación de la entidad altoaragonesa.

A pesar de ello, desde Arcadia, aseguran que “hemos hecho todo lo posible, dentro de las normas, por seguir adelante” y aclaran que no ha sido fácil en ninguno de sus tres ámbitos de actuación: trabajo, red social y vivienda.

Subrayan su área de trabajo, que se estructura como una red empresarial, dice Pigem, porque “lo componen los servicios de los talleres de empleo que, por cierto, funcionaron al cien por cien e, incluso, más, durante los primeros meses de pandemia, sobre todo, la lavandería, donde se lavaban a diario los epis y ropa de cama y baño de los hospitales y de algunos centros de mayores de la capital oscense, llegando incluso a doblar los turnos”, indica.

Su servicio de lavandería ha estado a pleno rendimiento durante la pandemia.
Su servicio de lavandería ha estado a pleno rendimiento durante la pandemia.
Fundación Agustín Serrate

En este sentido, hacen hicanpié en que “Arcadia ha estado en la segunda línea de acción, durante la pandemia y mucha gente no lo sabe”. Así, desvelan que sus empleados vivieron momentos difíciles por eso no escatiman en halagos hacia su trabajo. Un trabajo que, en realidad, es necesario poner en valor, más aun, cuando sigue presente el estigma de que las personas con enfermedades de salud mental no son capaces.

En Huesca, han demostrado que eso no es cierto no solo porque evidenciaron su alta capacidad de trabajo lavando toneladas de ropa directamente llegada de espacios con coronavirus, en los momentos en que se hablaba de una alta facilidad de contagio, o cosiendo mascarillas y equipos de protección individual en su taller de confección, sino por su empatía por dar una respuesta a la sociedad en momentos de mucha presión. “Una labor que fue invisible para muchos pero realizada por personas con discapacidad mental, hasta el punto de doblar turnos e ir nosotros del centro de día a ayudar a plegar la ropa y yo no sé si lo sabrán en el hospital”, recapacita Benabarre.

Importante red social

Aun con todo, “Arcadia siguió apostando por su modelo de recuperación centrado en estos tres procesos de intervención”, relata Pigem, y subraya la importancia de la red social, que es su centro de día, porque “creemos que relacionarse es bueno no solo para estos pacientes sino parta todo el mundo y se ha evidenciado su positividad”.

El centro de día, que está junto al hospital provincial, habitualmente, estaba abierto 365 días al año, de 8 a 22 horas, pero “fue el punto más complejo porque tan solo se pudieron dar servicios mínimos como las comidas a los usuarios, pero no en el comedor sino que se las tenían que llevar a su casa, el control de la medicación y la atención de alguna urgencia”. Y es que, añade Benabarre, “de la noche a la mañana se les corta toda su rutina y no nos sentíamos a gusto llamado por teléfono para hacer los seguimientos así que empezamos a mover con la Subdelegación del Gobierno, el Ayuntamiento de Huesca y el centro de salud del Perpetuo Socorro, a los que debemos darles las gracias, lo que llamamos espacios terapéuticos, hacer acompañamientos y paseos terapéuticos por la zona hospitalaria para mantener el contacto con determinados usuarios, también aprovechábamos el momento de la entrega de la comida en el centro de día para charlar en el parquin con algún usuarios y de este modo hacer un seguimiento más personalizado, ya que se daban entre treinta y cuarenta comidas diarias”, recuerda el psicólogo. “El objetivo era respetar ese día a día de contacto y ver de qué manera se podía mantener nuestro modelo a pesar de las restricciones por la pandemia” manifiestan.

Desde Arcadia también se ofrece servicio de jardinería.
Desde Arcadia también se ofrece servicio de jardinería.
Fundación Agustín Serrate

Por otro lado, durante este tiempo han ejercido una nueva función la de asegurarse de los cuidados alimentarios y médicos de los pacientes que eran confinados, “por cierto, tan solo ha habido cuatro o cinco casos de covid, ninguno grave”.

“Las personas que atendemos aquí vivieron el confinamiento como todo el mundo, el problema lo vimos después, pasamos unos meses de julio y agosto complicados, con recaídas, pero, creo, -apunta Benabarre-, que como todo el mundo, pesaba el miedo al contagio, la ansiedad, la incertidumbre, ahora ya se ha estabilizado”.

En el taller de confección de Arcadia se han cosido mascarillas y equipos de protección.
En el taller de confección de Arcadia se han cosido mascarillas y equipos de protección.
Fundación Agustín Serrate

De este modo, Benabarre recapitula que “estamos haciendo un problema sanitario de problemas que son sociales porque si a una persona con ansiedad, que va al psiquiatra, porque ha perdido su empleo, le das trabajo, esa ansiedad se le pasará, probablemente” y defiende la necesidad de un plan estatal de salud mental que no tendrá utilidad sino integra a los servicios sociales y al Ministerio de Trabajo, entre otras áreas, porque insiste en que “mientras no se haga un plan sistémico, la salud mental del individuo se va a resentir” y, ante las últimas informaciones en el Congreso sobre esta asunto, indica que “está muy bien que ahora, con la pandemia, los políticos hablen de ello aunque habría hecho falta hace años”.

Reivindicaciones

Desde su experiencia, Benabarre, advierte de las enormes dificultades ordinarias que encuentran las personas con enfermedades mentales para salir adelante por ejemplo “es muy complicado dar altas de pisos tutelados porque no tienen adonde ir los pacientes, ya que no se pueden pagar ahora mismo una vivienda alquilada en Huesca, que debe ser la única ciudad donde ha subido el precio del alquiler”, y, puntualiza “así es como lo convertimos en un problema sanitario, porque se da el caso de que no de que un paciente no está en un piso tutelado de Arcadia porque tenga una enfermedad mental sino porque es pobre”. Al hilo de lo cual, añade que, “tampoco es fácil encontrar empresas que los contraten para recibir un sueldo digno, ni propietarios que les quieran alquilar sus pisos”. Y es que, razona el psicólogo, “es un problema mucho más complejo del que nos quieren hacer ver”.

La labor de las personas que forman parte de Arcadia ha sido fundamental durante la pandemia.
Fundación Agustín Serrate

Ahora, tras la pandemia por la covid-19 en la que ya se habla de una cuarta ola invisible, la de la salud mental, los gobiernos se empiezan a preocupar de las personas con este tipo de enfermedades y, sin embargo, critica Benabarre, “hacen caso omiso de los recientes estudios que evidencian científicamente que la esquizofrenia es la segunda causa, después de la edad, para que el coronavirus se complique con consecuencias graves y de que tienen tres veces más de probabilidades de morir que cualquier otra persona” y hace hincapié en que “a día de hoy, ninguno de nuestros pacientes en Huesca ha sido vacunado y están preocupados pero no se les ha considerado de riesgo”.

Por su parte, Pigem revela que “en estos momentos estamos pendientes de cuando se les podría empezar a vacunar, pero extraña que no estuvieran en los primeros puestos”.

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