Huesca

crisis del coronavirus

La Abubilla de Yéqueda deja de ser centro covid y abre una nueva etapa de esperanza

Las instalaciones dejan atrás un año muy duro en el que han atendido a a 164 personas y se transforman para ser el hogar de nuevos usuarios

Autoridades y personal del centro han recorrido las instalaciones.
Autoridades y personal del centro han recorrido las instalaciones.
RAFAEL GOBANTES

La Abubilla de Yéqueda ha abierto este lunes una nueva etapa cargada de esperanza en la que deja de ser centro covid para convertirse en una moderna residencia de mayores.

El director de La Abubilla, Matero Ferrer, ha manifestado en un acto celebrado esta mañana en el exterior del centro que a partir de este martes comenzarán a llegar los nuevos usuarios a estas instalaciones para las que se prevé una ocupación del 50 % a finales de abril.

La consejera de Ciudadanía y Servicios Sociales, María Victoria Broto, ha querido arropar con su presencia a todos los trabajadores de estas instalaciones que comenzaron su actividad como centro covid el 23 de marzo de 2020, justo cuando preparaba su inauguración como residencia de mayores. Desde ese día y hasta febrero de este año La Abubilla ha atendido a 164 personas. En la primera etapa, entre el 23 de marzo y el 20 de junio, se recibió a 99 pacientes positivos en coronavirus. En la segunda, se atendió a 65 usuarios negativos en covid, que provenían de residencias donde se había producido un brote importante y era necesario aislar a las personas no contagiadas.

Mateo Ferrer se ha mostrado emocionado al recordar este último año marcado por la pandemia y también ha querido rendir tributo a sus abuelos, las dos personas que hace 40 años crearon el edificio de La Abubilla, “y que a la familia nos inculcaron ese espíritu de superación, de innovación que es lo que ha hecho que este último año hayamos podido luchar día tras día y poder seguir adelante”.

Esta nueva etapa como residencia de mayores, ha dicho, “para nosotros supone un cambio muy intenso y poder empezar por fin un nuevo futuro muy ansiado.

Mateo Ferrer ha agradecido el apoyo que ha recibido La Abubilla como centro covid de todas las entidades “ya que han sido parte esencial para que funcionara con todas las garantías”.

Se ha referido así al Ayuntamiento de Igries, al Instituto Aragonés de Servicios Sociales, a la Diputación Provincial de Huesca, “y a todas aquellas personas que han puesto su granito de arena, sin las cuales no hubiera sido posible”.

Mateo Ferrer también ha recordado la gran labor de todos los profesionales del Salud “que fueron una parte muy esencial y que tuvieron a bien en duros momentos asumir una gran responsabilidad y a los cuales tenemos que estar infinitamente agradecidos”.

El director de La Abubilla ha querido hacer balance y echar la vista atrás. A los pies de las escaleras de la residencia ha señalado que “hace 378 días estaba precisamente en este mismo sitio pero por otra razón muy distinta, porque íbamos a recibir nuevos ingresos. En cambio hoy por fin podemos mirar hacia un futuro mucho más esperanzador tirando hacia una nueva normalidad que nos va a permitir que los centros residenciales podamos poquito a poco volver a asumir lo que en su origen somos que es un centro social donde nuestros residentes puedan sentirse como en su casa y realmente acogidos”.

Ha recordado que el personal de esta residencia ha vivido la pandemia "en sus carnes y todo un año de aislamientos, de personas que no podían tocarse, y no poder dar ni un abrazo ni un beso”.

Por eso, ha manifestado que La Abubilla quiera comenzar a dar pasos hacia adelante, “y los centros residenciales estamos saliendo y empenzando a ver esa luz que tanto se nos ha escapado durante este último año”.

A continuación, ha tomado la palabra Patricia Vivas, auxiliar que ha vivido los duros efectos de la pandemia en la residencia La Abubilla y que en la nueva etapa del centro va a ejercer como coordinadora del equipo de auxiliares.

“En esos primeros momentos, rodeados de incertidumbre, dejamos a un lado nuestros miedos, y enfocamos nuestras energías, para poder ayudar a quienes más lo necesitaban. Quienes precisaban mucho más un abrazo o una sonrisa, aunque fuera detrás de una mascarilla, que el mejor de los medicamentos”, ha recordado esta profesional.

La coordinara de las auxiliares ha leído uno párrafos del relato “Pájaron Maravilloso” de Farid-Ud-Din’Attar, donde ha realizado un símil entre la búsqueda que realizaron 30 aves guiados por una abubilla y lo vivido en las residencias. “Todas, al principio, buscábamos ese pájaro maravilloso que nos sacara y alejara de la covid, pero fue ese pájaro que cada una lleva dentro, encarnado en trabajo, constancia y amor, el que hizo que todos, juntos, saliéramos hacia adelante”.

Mateo Ferrer también ha querido resaltar que el tipo de atención por el que apuesta el centro es novedoso en Aragón y está inspirado en “modelos nórdicos”. En esta línea, ha explicado que la residencia tendrá una elevada ratio de trabadores por residente (hay 45 plazas y se contará con 31 profesionales) y se va a implantar un sistema flexibilizado, donde prime el poder de decisión de los residentes, los espacios íntimos y cálidos, así como un horario libre de visitas, para apostar por la mayor implicación de las familias posible. Además, cuenta con área específica de rehabilitación con fisioterapia, terapia ocupacional puntera, y un extenso jardín.

El acto ha terminado con el recuerdo a las 27 personas que fallecieron en La Abubilla víctimas del coronavirus, a los que se ha brindado un emotivo aplauso.