Huesca

PATRIMONIO

La Diócesis de Huesca espera intervenir en la ermita de Salas este verano

El proyecto de reforma para obras de urgencia estará listo a primeros de mayo

La fachada este del templo está bastante deteriorada.
La fachada este del templo está bastante deteriorada.
D.A.

La Diócesis de Huesca espera poder realizar este verano las obras de urgencia que necesita el Santuario de Nuestra Señora de Salas. Está previsto que estos trabajos resuelvan una serie de deficiencias que requieren de una inversión aproximada de unos 30.000 euros y que se concentran en las fachadas este y sur del templo y en el tejado de la sacristía, que tiene goteras.

Joaquín Naval, arquitecto de la Diócesis de Huesca, explica que aunque la ermita, que data del siglo XIII y está considerada como Bien de Interés Cultural (BIC), está bien conservada, el edificio pide una serie de reparaciones.

Por el momento, la Diócesis está recopilando la documentación técnica necesaria para redactar un proyecto de reforma que posteriormente se presentará a la DGA y al Ayuntamiento de Huesca en busca de financiación. Este informe, que estará listo a principios de mayo, va a reflejar las carencias del edificio, que han sido enumeradas tras una serie de visitas realizadas en las últimas semanas a la ermita e incluso con anterioridad. “Hemos visto unas necesidades desde el punto de vista de conservación del edificio que hay que resolver. Ahora estamos determinando cuáles son las más urgentes, puesto que hay que tener en cuenta que los presupuestos con los que se pueden contar son limitados”, plantea el arquitecto.

Una vez que se concrete el presupuesto necesario para estos trabajos, “las instituciones implicadas en el proceso de conservación del patrimonio deberán determinar las cuantías que pueden financiar”, explica.

Posteriormente, habrá que pedir a Patrimonio del Gobierno de Aragón los permisos pertinentes para llevar a cabo las obras, puesto que se trata de un BIC, y “esperamos que, después, con cierta rapidez, se puedan realizar estas actuaciones puntuales puesto que no contamos con una capacidad económica suficiente para proceder a una restauración integral de una parte del edificio”.

El arquitecto de la Diócesis de Huesca recalca que los trabajos de restauración “se realizarán poquito a poco pero dentro de lo que el propio edificio demanda para su conservación y mantenimiento”.

Respecto a las intervenciones, añade que en la fachada norte la sillería también requiere de algún trabajo de conservación “para evitar que ese deterioro normal a lo largo de los años y de los siglos vaya a más”. Pero quizá, continúa, “la más necesaria sea la de la parte de la cubierta que corresponde a la sacristía porque se han detectado goteras y filtraciones de agua”.

Los trabajos contemplados se concentran en la fachada este, donde en una de las ventanas superiores, bastante deteriorada, anidan las palomas, cuyos excrementos se amontonan al pie del templo. En la puerta que se encuentra en esta cara de la ermita faltan una serie de columnas que también se quieren reponer. Además, en uno de las tres ventanucos alargados de esta parte, el primero por la derecha, hay ladrillos sueltos con posible peligro de caída, estado que se achaca al impacto de una bomba durante la Guerra Civil. Y en la fachada sur se han soltado las piedras de un contrafuerte.

Joaquín Naval insiste en que aunque el proyecto no contempla una gran actuación, estas acciones entrarían dentro de “esos trabajos de mantenimiento y conservación que no pueden dejarse pasar, porque al final lo que nos manda es el presupuesto”. El experto reconoce que el edificio se encuentra en buen estado porque se ha ido manteniendo y conservando a lo largo de los años, “pero hay que actuar”.

Y apunta que “el problema es que ir alargando estas intervenciones provoca que los problemas que se detectan vayan a más, por lo que lógicamente los costos también son mayores, y por eso hay que actuar en su momento y ejecutarlo”.

Joaquín Naval recalca que “la ermita de Nuestra Señora de Salas está bien conservada, se usa, se mantiene... Lo que pasa que los edificios se quejan porque tienen sus años y cuando no es por una parte es por otra y se van detectando esos problemas y hay que responder”.

Además, concluye, “estamos ante un edificio emblemático que dentro del patrimonio de Huesca y de Aragón es una pieza clave que hay que mimar y cuidar, es algo que cuesta pero a lo largo de los años se ha tenido presente y se va actuando”.