Una empresa comprometida con la seguridad sanitaria y el mantenimiento del empleo

Los servicios urbanos de Huesca, Fraga y Sabiñánigo, servicios regulares entre la capital oscense y poblaciones como Barbastro, Graus, Jaca o Binéfar o rutas de transporte escolar por la provincia son algunos de los cometidos que Avanza tiene en el Alto Aragón. Unos servicios que ha mimado aún más a lo largo de estos meses para que la calidad de los mismos no se viera afectada y los viajeros estuvieran seguros en sus autobuses. Para ello, se plantearon dos objetivos: el primero, garantizar la seguridad sanitaria de sus clientes y colaboradores, y el segundo, el mantenimiento de los puestos de trabajo. "Hemos contado con la total implicación de todos y cada uno de nuestros colaboradores además de que la actitud de todo el personal de esta casa ha sido ejemplar y unánime durante todo el periodo", cuenta José Ramón Lasierra, director de la División Norte de Avanza.

Este compromiso de todos ha hecho posible que se haya podido ir adaptando a una actividad que ha sufrido numerosos cambios a lo largo de estos meses. De una paralización total en los primeros meses del confinamiento, "en los que solo prestábamos unos pocos servicios de carácter esencial", pasaron a retomar algún servicio durante los meses de verano con una ligera recuperación de viajeros que se truncó en el mes de octubre con la segunda ola del coronavirus. Esta situación de caída de viajeros, que sigue en la actualidad según recuerda Lasierra, unida a un incremento de costes hace que la situación se torne complicada. "Vamos a depender mucho de las ayudas que puedan llegar desde las instituciones públicas", avisa.

Actividad supeditada a la normativa

La situación que ha vivido Avanza durante este año ha ido unida a las posibilidades de movimiento de la población. Los viajes de ocio desaparecieron con las restricciones de movilidad y esto ha hecho que el servicio de la empresa en este sentido sea nulo. "La poca reactivación de este vector que se está produciendo, viene mayoritariamente de la mano de los equipos deportivos de base que desde hace poco han podido volver a desplazarse para competir, y algún centro o agrupación que empieza a agendar actividades para sus asociados, principalmente vinculados al Pirineo", afirma Lasierra. A esto se unió que hasta comienzos de abril solo podían ocupar el 50% de las plazas de sus vehículos "circunstancia que hacía inviable para cualquier equipo de base afrontar los costes de los desplazamientos" y que esperan que cambie ahora que se pueden llenar el 100%, excepto la fila detrás del conductor.

Además, Lasierra reconoce que los mensajes lanzados desde los gestores de la crisis sanitaria a la opinión pública no les han ayudado. "Han hecho percibir a los ciudadanos que los transportes públicos no eran sanitariamente seguros", afirma. Una Administración de la que también se acuerda ante los constantes cambios normativos de estos meses. "La supeditación de nuestra actividad diaria a la cantidad ingente de legislación que iba saliendo a escena con premuras de aplicación que escasamente nos dejaba horas de reacción, y a la que debíamos dar riguroso cumplimiento, ha supuesto durante meses para nuestra organización una situación de tensión y estrés en la operación como no recuerdo en los años que llevo en este sector", cuenta. Sus empleados han estado en estado de vigilia permanente y a ellos también han querido cuidarlos.

Avanza

Conscientes de que son una parte importante para el éxito de la empresa y que su salud es fundamental, desde Avanza establecieron protocolos sanitarios como la higienización de vehículos e implementaron el teletrabajo en algunos puestos o el apoyo a personas especialmente sensibles. Además, "con el objetivo de preservar los puestos de trabajo", se unió la aplicación de los ERTE con mayor o menor intensidad en función de cómo iba fluctuando la actividad.

Porque en las ciudades en las que operan en servicio urbano se convirtieron en una actividad fundamental. "Los servicios urbanos fueron claves en los meses más duros de esta pandemia, porque se consideraron esenciales para garantizar la movilidad a todas las personas que dentro de las restricciones podían ejercerla, en muchos casos, personal clave para afrontar la crisis sanitaria, personal de hospitales, centros de producción, etc.", cuenta Lasierra, que avisa de la gran caída de viajeros de los autobuses urbanos, cifrándola en la actualidad en el 50%.

Reconocidos por sus protocolos sanitarios

"Este segmento fue el foco de nuestros primeros y más rápidos esfuerzos en implementar todas las medidas de prevención que fuimos capaces dado el entorno en el que en ese momento nos movíamos; desde mamparas para proteger al conductor, a los kits personales de higienización, las medidas de higiene en los vehículos…, en algunos casos con elevadas dosis de imaginación e improvisación, pero que dieron un buen resultado", cuenta Lasierra sobre las líneas urbanas.

Este esfuerzo ha hecho que Avanza fuera la primera empresa española de transporte de viajeros que era certificada por Aenor por sus protocolos contra la covid-19. "A nivel interno, supuso un reto espectacular para toda nuestra organización, pero también la tranquilidad que te da saber que un agente externo, de reconocida solvencia y prestigio, avala que, tras todas sus verificaciones, los procesos que Avanza tiene implantados para todas las actividades que realiza, sea el punto de la geografía española que sea, están de acorde, primero con las normativas vigentes, y segundo con las mejores prácticas conocidas para atacar esta pandemia", concluye Lasierra, orgulloso de la actuación de su empresa en estos meses.