Huesca

José María Santos: “Fui el itinerante de la provincia que más kilómetros hacía en esa época”

Se jubiló de maestro el 1 de marzo, después de 36 años, 30 de ellos en Sobrarbe

José María Santos
José María Santos
S. E.

José María Santos de las Heras (Fraga, 1961) se jubiló el pasado 1 de marzo siendo maestro en Paúles de Sarsa, tras 36 años de profesión, de los que 30 los pasó en Sobrarbe, “donde siempre quise estar”. Nació en la capital del Bajo Cinca pero a los dos años su familia se trasladó a Zaragoza, “y allí me crié y estudié y trabajé tres años de camarero”.

“Decidí ser maestro bastante pronto, en Bachillerato ya lo tenía claro. Me gustaba la educación, había tenido algún profe en el Instituto que me parecía que hacía clases muy interesantes y eso hizo que me decantase por la profesión, nunca quise ser otra cosa para el trabajo”, explica sobre su trayectoria profesional.

Comenzó a trabajar en Borja, donde estuvo 6 años, “uno en EGB y cinco en educación de adultos”. Lo de Borja -dice- “fue casual, yo quería venir a Sobrarbe, tenía contactos con otra gente de Zaragoza y de aquí y siempre quería venir aquí. Y en cuanto salió una plaza, que fue la del Centro de Recursos de Boltaña, me vine, en 1991. Estuve unos cinco años, iba a las escuelas pequeñas a dar inglés y hacía con los alumnos un programa en Radio Sobrarbe. Iba a Fiscal, Tierrantona, Paúles de Sarsa, Lafortunada, Laspuña, Escalona y Bielsa, era el itinerante de la provincia de Huesca que más kilómetros hacía en esa época”.

En Plan, en el CRA, estuvo otros 5 años. Tenía mucha menos itinerancia y seguía con clases pequeñas, “que siempre me han gustado porque puedes hacer muchas cosas y tienes que liberarte de prejuicios que llevamos los maestros cuando empezamos”.

En 2001 llegó a Paúles de Sarsa, donde ha trabajado 20 años que recuerda “con especial cariño. Aparte de llevar el aula, eres el director, el jefe de estudios, el secretario, el conserje y lo que toque, y eso hace que tenga sus complicaciones, pero también puedes intentar hacer el tipo de enseñanza que tú quieres hacer. Si te gusta la enseñanza y quieres hacer cosas que no se pueden hacer habitualmente, las puedes hacer en una escuela unitaria”. La parte educativa resultó “muy interesante, tienes niños desde 3 años a 11 y cambia mucho de unos cursos a otros. He llegado a tener 14 alumnos de los nueve cursos y hacía el programa específicamente para el tipo de alumnos que tenía”. Cuando comenzó, todos los escolares eran de familias de la zona, “pero fueron llegando muchas familias europeas (franceses, ingleses , alemanes, belgas, holandeses…), y hubo algún curso que todos tenían en su casa otro idioma menos uno, que tenía el español. Era una ONU en pequeño donde durante unos años viví una experiencia muy interesante”.

“La escuela de Paúles de Sarsa fue (algunos años) una ONU en pequeño”

Esa variedad de edades y nacionalidades le obligó a “agrupar temas, ver qué es lo fundamental e intentar hacer atractivo lo que estás haciendo, y al final solo se aprende de verdad lo que emociona, lo que se practica y lo que se toca con las manos, lo demás, muchas veces se pierde el tiempo en los coles”.

Lo de diferentes idiomas “se lleva muy bien porque los niños y las niñas son muy listos y aunque no sepan nada de español, que he tenido varios casos así, si los tratas con cariño y les propones actividades curiosas, enseguida enganchan… Un chaval tarda más o menos en integrarse un curso, al cabo de un año hablan perfectamente el español”.

Santos comprobó que “estar rodeados de otras culturas potencia el aprendizaje” y también que “era muy importante hacer que las familias se conocieran, eso hace que los niños vayan mejor”.

Su último año de clases, lo vivió bajo la pandemia. Lo peor, el confinamiento, “telemáticamente se hizo lo que se pudo”. Después, con la vuelta al aula, la cosa mejoró porque “el colegio entero es una burbuja y esto facilita hacer las cosas con los chavales, a los que les pongo un 10 en el cumplimiento de las medidas higiénico sanitarias en relación con la covid. Los niños responden sin quejarse tanto como los mayores, tendríamos que aprender un poquito de ellos”.

Llegó su jubilación el 1 de marzo de este año, pero la covid impidió una despedida con fiesta presencial. A cambio recibió “un emotivo vídeo” con intervenciones de alumnos, exalumnos, familias, compañeros... Y se fue “con la buena noticia de que la escuela se mantiene abierta y además el curso que viene tendrá aula de 2 años”.

José María Santos es también muy conocido en Sobrarbe por ser uno de los fundadores y único presidente de la Asociación Río Ara. Desde que llegó a Boltaña “tuve un contacto muy estrecho con la historia de Jánovas, que era una vergüenza”. La asociación funcionó cinco años, hasta que se descartó la construcción del embalse. “La historia será triste por lo que pasó, pero por fin vuelve la vida a Jánovas, aunque no sea como antes”.

“La historia será triste, pero vuelve la vida a Jánovas”

Sus diferentes destinos de maestro le llevaron a vivir en Guaso, “un pueblo pequeño y tranquilo, y céntrico”. Explica que “fui el primero de fuera que se compró un terreno para hacerse una casa y vivir allí fijo. Me parece una de las mejores elecciones de mi vida, Guaso es un sitio envidiable para vivir”.

“Quería venir a Sobrarbe... Guaso es un sitio envidiable para vivir”

Aquí estuvo en la creación de la Asociación de Vecinos, ha escrito “un par de novelillas” y ahora participa como voluntario en el proyecto “Ríos ciudadanos, para analizar el Ara y el Cinca”. La montaña -dice- “me gusta mogollón”, pero pide que se visite también “el sur de Sobrarbe, ‘Tierra Buxo’, que es la gran desconocida”. Un territorio que “necesita que vengan familias residentes fijas, pero no existe la posibilidad de alquiler y este es un gravísimo problema que tiene esta comarca. Hay gente que quiere venir a vivir aquí pero no hay pisos de alquiler y los pájaros si no hay nido, no anidan”.