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Enfermedades Inflamatorias Intestinales (EII)

Generan, entre otros síntomas, dolor abdominal y diarrea crónica y pueden diagnosticarse a cualquier edad

Estas dolencias pueden llegar a ser muy molestas
Estas dolencias pueden llegar a ser muy molestas
Goncalo Costa

Bajo el nombre de Enfermedades Inflamatorias Intestinales (EII) se engloban trastornos crónicos que afectan principalmente el intestino. Generan, entre otros síntomas, dolor abdominal y diarrea crónica. Pueden diagnosticarse a cualquier edad, pero con mayor frecuencia antes de los 30 años.

Estas patologías son, la Colitis Ulcerosa (CU) y la enfermedad de Crohn (EC). Estas dos enfermedades son muy parecidas, incluso a veces difíciles de diferenciar. Hay una tercera que se denomina colitis indeterminada; sirve para calificar la patología, cuando no se pueden concretar las características de la misma, y el diagnóstico final dependerá de su evolución.

La colitis ulcerosa es una afectación inflamatoria de tipo crónico del tubo digestivo que evoluciona de modo recurrente con brotes.

Afecta exclusivamente al colon, siendo la localización más frecuente en el recto.

Los síntomas dependen de la localización anatómica y de la severidad de la inflamación. El síntoma principal es la expulsión de sangre por el recto acompañada, generalmente de un mayor número de deposiciones.

Se puede asociar dolor abdominal más o menos difuso que mejora inicialmente con la defecación. Puede existir fiebre y pérdida de peso dependiendo de la gravedad, duración y localización del brote.

No se conoce la causa de esta enfermedad. Todo hace pensar que existen múltiples factores involucrados en su origen. La teoría más actual es la que se basa en una predisposición genética, una alteración a nivel inmunológico frente antígenos alimentarios o bacterianos. Otras establecen el origen en un proceso infeccioso, siendo varios los gérmenes que se han visto implicados.

La evolución se relaciona en general con el tiempo de desarrollo de la enfermedad desde el diagnóstico, la extensión de la enfermedad, la gravedad de los brotes, la existencia o no de complicaciones y el antecedente de tratamiento quirúrgico.

Para los pacientes con colitis ulcerosa, el tratamiento va a depender de la longitud del colon que se vea afectada y del grado de inflamación. Cuando la inflamación se sitúa en la parte final del intestino (recto), puede ser tratado con enemas o supositorios; si la extensión es mayor, será necesario tomar medicación por vía oral.

En los casos leves y moderados, será necesario el tratamiento con salicilatos, mesalazina… medicamentos seguros y sin apenas efectos secundarios. En los casos más graves de Colitis Ulcerosa y Enfermedad De Crohn, son necesarios medicamentos para reducir la actividad del sistema inmunitario, responsable principal de la inflamación. En los brotes agudos se suelen utilizar los corticoides, que hay que emplear durante períodos cortos para evitar sus efectos secundarios.

Otros medicamentos que se utilizan en brotes graves son inmunomoduladores y en los últimos años, sustancias biológicas, que son potentes sustancias antiinflamatorias que bloquean directamente determinadas moléculas muy aumentadas en la enfermedad inflamatoria intestinal. Todos estos medicamentos, debemos tener en cuenta que reducen también, la actividad del sistema inmunitario.

Cuando los síntomas han disminuido, muchas personas toman medicación para evitar recurrencias; esto se llama terapia de mantenimiento.

En el caso de la Colitis Ulcerosa son pocos pacientes los que necesitan cirugía y suelen ser pacientes con brote grave que no responde al tratamiento médico.

El tratamiento farmacológico debe de ir acompañado siempre de una correcta re-educación alimentaria del paciente.

La Enfermedad de Crohn, también es una enfermedad inflamatoria crónica, autoinmune, que evoluciona de modo recurrente con brotes.

Entre sus principales síntomas destacan el dolor abdominal, diarreas, fiebre, pérdida de peso, hemorragia rectal, etc.

La enfermedad de Crohn puede afectar desde la boca hasta el ano; la localización más frecuente es el íleon (porción más distal del intestino delgado).

Puede manifestarse a cualquier edad, siendo más frecuente en la segunda y tercera década de la vida.

Los síntomas van a depender de la localización anatómica y de la severidad de la inflamación; siendo los mas comunes: la diarrea y el dolor abdominal; generalmente localizado en el lado derecho. Se puede acompañar de fiebre.

Si existe algún punto con dificultad de paso no es de extrañar que se asocie la presencia de náuseas y vómitos.

La afectación perineal es habitual pudiendo existir comunicación entre asas intestinales o entre intestino y otras vísceras (fístulas).

El tratamiento farmacológico es similar al comentado para la colitis ulcerosa, con la diferencia significativa de que la necesidad de cirugía es mayor en la Enfermedad de Crohn, especialmente por cuadros de obstrucción intestinal y por el desarrollo de abscesos