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La Sala de Doña Petronila del Museo de Huesca estrena nuevo aspecto tras los trabajos de intervención

También se ha restaurado la obra de Miguel Jiménez “La mujer adúltera”

Sala de Doña Petronila en el Museo de Huesca
Sala de Doña Petronila en el Museo de Huesca
Rafael Gobantes

Durante este último año, “el lugar más emblemático del Museo de Huesca”, como lo ha definido Víctor Lucea, director general de Cultura en el Gobierno de Aragón, la Sala de Doña Petronila ha sufrido una serie de trabajos para “poner en valor la importancia de este espacio”.

Y es que, debido a los fondos procedentes de la Estrategia Aragonesa para “apoyar y acompañar a diferentes sectores del ámbito de la cultura que han sufrido el cese de sus actividades a raíz de la pandemia del coronavirus”, desde la dirección general de cultura de la DGA, han visto necesario atender a subsectores y gremios del mundo de la cultura, que “de manera habitual, pertenecen a un segundo plano", ha indicado Lucea. En este sentido, el ámbito de la restauración es considerado por el Gobierno autonómico como un “elemento clave” de la gestión habitual de los equipamientos culturales y museísticos.

Por ello, en este año han puesto en marcha acciones de restauración de obras y espacios que “requerían una actuación y que por diversos motivos no se habían podido realizar hasta la fecha”, ha apuntado Lucea.

En concreto,  en el Museo de Huesca se han llevado a cabo dos acciones con un presupuesto de 20.000 euros para ambas. En un primer lugar, en la Sala Doña Petronila se procedió al estudio en profundidad de los restos de policromía que siguen presentes en los capiteles, lo que ha permitido tener conocimiento sobre los pigmentos y los trabajos utilizados. Tras esto, se ha realizado una reconstrucción virtual de cómo sería uno de los capiteles, con el que realizaron un video informativo que ilustra el proceso de restitución cromático.

Además, también se ha intervenido en la consolidación del conjunto escultórico y limpieza de la cubierta, y se ha dotado a este espacio de una mesa interpretativa con información histórica de la sala, todo ello con el objetivo de “favorecer la comprensión por parte del público que visite este espacio”, ha apuntado Fernando Sarria, director del Museo de Huesca.

Sarria ha destacado la importancia de esta estancia, y ha recordado que “fue alcázar de los reyes de Aragón del siglo XII”, por lo que se ha considerado que esta razón merecía “esa concienciación por los valores intrínsecos que encierra este espacio”.

Así mismo, Sarria ha subrayado la singularidad de la Sala Doña Petronila, ya que “sus capiteles han conservado parte de la policromía”, algo que ha considerado como “un hecho bastante excepcional”, que se ha debido a que estos monumentos han estado protegidos durante mucho tiempo, y “gracias a ello se ha conservado sus colores”.

La segunda actuación de restauración del Museo de Huesca se ha realizado en la obra La mujer adúltera, de Miguel Jiménez, donde en un primer momento se eliminaron los repintes y las capas de suciedad, y posteriormente se llevó a cabo una reintegración cromática a base de rigatino y que finalizó con la aplicación de una capa de protección.